𝗠𝗔𝗡𝗜𝗔𝗖 | 𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠 ☕︎

05☢︎︎

𝑅𝑢𝑛𝑛𝑖𝑛𝑔 𝑗𝑢𝑠𝑡 𝑎𝑠 𝑓𝑎𝑠𝑡 𝑎𝑠 𝑤𝑒 𝑐𝑎𝑛

Cinco

Estoy cada vez más cansado de que culpen a Clarity, y me extraña tanto que Allison y Vanya no la escuchen ni estén de su lado cuando son las más cercanas a ella.

Si yo no me acerco a intentar que mejore, es probable que con sus poderes nos asfixie a todos. Y no es una buena forma de morir, ayer me dio una probada de eso.

Estoy ordenando mi habitación, buscando despejar mi cabeza de la locura que hice en la madrugada, y de lo que ocurrió en la habitación de Ocho en la noche. La cena fue una excusa para saber como estaba, y la mermelada fue un simple regalo.

Creo.

Vanya toca la puerta llamando mi atención, la miro y le hago un gesto para que entre sin problema. Se sienta en la cama y se quedara un rato en silencio.

Su compañía no me molesta, pero preferiría estar discutiendo con mi hermana de ojos violetas.

—Cinco, ¿Qué opinas de todo lo que ha pasado? —Pregunta rompiendo el silencio.

Volteo a verla y doy un suspiro antes de responder —No es justo. Nada de esto lo es.

—¿Por Ben u Ocho?

—Se llama Clarity —Aclaro frustrado.

—Papá nos prohibió llamarla así. Responde.

Me siento a su lado dejando la libreta sobre mis piernas —Por los dos, Ben sufría desde hace mucho tiempo, Clarity no tuvo la culpa de que el haya querido irse de esa forma. Y todos la juzgan, ustedes no saben de lo que ella es capaz si se siente dolida, y no entiendo como tu no la apoyas.

—Yo no entiendo como es que tu la defiendes si siempre han peleado. ¿Ocurre algo?

Evito su mirada a toda costa, ni siquiera yo sé que ocurre.

—Últimamente me ha ayudado mucho, eso es todo.

Sonríe sin mostrar los dientes —Creo que está pasando otra cosa, pero no te presionare, te conozco. ¿Sabias que fue con papá para empezar el castigo de una vez?

—¿Qué?

Loca. Enferma. Psicópata. Masoquista. Idiota. Depresiva. Débil.

—¿Por qué hizo eso? —Volví a preguntar—, ¿Qué le pasó?

—Diego insinuó cosas sobre ustedes, y ella estuvo a punto de iniciar una pelea, pero él le recordó que podía aumentar su castigo.

—Y ella obviamente prefirió estar encerrada que acabar con él. No me sorprende. Pero igualmente sigue siendo una estúpida.

—¿Cómo lograrás dormir sin ella? —Me pregunta haciéndome recordar otro problema.

No quería pensar en eso, va a ser muy difícil. Verla en mis pesadillas ahora me está consumiendo, no entiendo como acabó allí. Me estoy volviendo loco.

—Supongo que lo averiguaré esta noche, y mañana podemos seguir hablando. Quiero ordenar mi habitación para distraerme.

Se despide y sale, cierro la puerta y vuelvo a pensar. ¿Qué mierda haré en las noches sin Clarity? ¿Y como hará ella?

No quiero que llegue el momento de dormir.

Clarity/Ocho
No tengo noción del tiempo. Pero el sueño me está haciendo cerrar los ojos y supongo que es de noche, mi momento más temido cada vez que estoy en el sótano. Aquí se encuentran almas que han torturado a Klaus, grietas en cualquier lugar causadas por Luther, cuchillos de Diego en las paredes, y un montón de hojas con ecuaciones que ha dejado Cinco las pocas veces que ha estado aquí.

Papá y mamá entran acompañados de Pogo, ponen ondas en mis venas con un líquido que controla mis poderes y no me permite usarlos durante toda la noche, me siento débil cuando entra a mi organismo, me provoca un dolor punzante en la cabeza y el pecho. Sin importarles, se retiran cerrando la puerta detrás de ellos.

Hago un esfuerzo por dormir, y ahí es en donde la verdadera tortura empieza.

—Levántate, hay que buscar un lugar seguro dentro de todo este desastre —Lo tomo del saco.

—No.

—Cinco, por favor. No te rindas.

—¡Toda nuestra familia está muerta porque nosotros no estuvimos con ellos!

—Debe haber una explicación y tenemos calmarnos para pensar, te necesito tranquilo.

Me mira con las mejillas llenas de lágrimas —Yo no necesito que estés diciéndome que debemos hacer. Déjame en paz, largate, fueron tus malditos poderes.

Me giro en la cama buscando borrar esa escena de mi cabeza pero aparece otra.

—No tenemos comida, vayamos a buscar.

—Ve tu sola. Yo veré que hacer —Me dice antes de meterse una cucaracha en la boca.

Casi vomito de tanto asco, el parece estar ido, no piensa, no hace nada. Come cualquier animal que aparezca y no me dirige la palabra.

—¿Puedes ayudarme?

—Busca otra persona. ¡Oh! Todos están muertos y el mundo se acabó.

—¡Eres un gran idiota! —Le grito.

—¡Tu eres una inepta que no supo controlar sus poderes y dejó que acabaramos aquí! —Me regresa el grito—, No me vengas con insultos, Número Ocho, porque sin ellos ya no eres nada, y no me molesta matarte de una vez por todas.

Siento el golpe en mi rostro que me deja la nariz sangrando, desconcertada totalmente, lo miro con miedo y me alejo lentamente.

—Y...yo, no sé por qué hice eso, no entiendo que pasa... Perd....

Levanto la mano llena de sangre para detenerlo mientras me recupero —No te acerques, no te reconozco.

Me voy en dirección contraria a nuestro lugar provisional para olvidar esto. ¿Lo necesito y el solo me golpea?

¿Por qué me golpeaste? ¿No soy buena hermana? ¿No merezco cariño? Cinco, no me golpees, perdón, perdón, perdón —Digo llorando dormida.

Cinco
La golpeo en el rostro tan fuerte que su nariz termina sangrando, me mira con miedo y se aleja lentamente de mi.

—Y...yo, no sé por qué hice eso, no entiendo que pasa... Perd.... —tartamudeo al ver lo que he hecho.

¿Cómo voy a golpearla?

Levanta la mano llena de sangre para detenerme —No te acerques, no te reconozco. 

Le veo irse dejándome en medio de la nada, preguntándome que carajos me está ocurriendo. Mi mano está roja, las lágrimas alcanzan a salir de mis ojos, y todo se me nubla cuando la veo desmayarse a lo lejos.

Maldición.

Necesito ir con Clarity.

Tomo la linterna de la mesa de noche y me transporto hacia la puerta del sótano. Veo por la pequeña ventana como se mueve de un lado a otro y sus labios se mueven, debe estar igual que yo.

Entro sin hacer mucho ruido y cuando escucho lo que dice me deja destruido.

—¿Por qué me golpeaste? ¿No soy buena hermana? ¿No merezco cariño? Cinco, no me golpees, perdón, perdón, perdón —Dice llorando dormida.

Camino hacia ella y pongo mi mano sobre su muñeca, se despierta y me mira.

—¿Vas a golpearme? —Pregunta con miedo.

Ni siquiera sé que responder. Jamás la había visto así.

—Cinco...

—Me estoy volviendo loco y no sé que hacer si no estás para ayudarme.