𝗠𝗔𝗡𝗜𝗔𝗖 | 𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠 ☕︎

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𝑇ℎ𝑎𝑡'𝑠 𝑤ℎ𝑎𝑡 𝑡ℎ𝑒𝑦 𝑠𝑎𝑦 𝑤ℎ𝑒𝑛 𝑤𝑒'𝑟𝑒 𝑡𝑜𝑔𝑒𝑡ℎ𝑒𝑟

Siempre he luchado con la tortura que provocan mis poderes. Soy portadora de telequinesis, y viaje en el tiempo, y el único poder que uso a escondidas de mi padre es la absorción de mentes.

Esto logra matarme en vida, tener que controlar tantas cosas y algunas veces usar varios en una sola pelea termina desgastando mi cuerpo y mente sin poder evitarlo, mientras que todos mis hermanos están siendo felices y llegan a casa a celebrar, pues a mí siempre me toca ir a que Grace cuide de mi...

Cinco a veces cruza para verme, puedo sentirlo, y a pesar de estar cansada y casi sin fuerzas, siempre busco ayudarlo con sus pesadillas, son algo difíciles de explicar, ya que no creo que eso sea posible, pero como logro verlas, también es doloroso.

Todos cumplimos 15 años el día de mañana, y justo hoy, todos estamos corriendo y preparándonos para una misión de emergencia en el mismísimo edificio más alto de la ciudad. Gracias papa por volvernos super héroes (sarcasmo).

—Vanya, ya deja de tocar ese violín, no necesitamos distracciones —Grita Diego desde la habitación de al lado.

Estoy lejos de ellos y puedo escuchar todo lo que dicen, es lo peor. Sentada en las escaleras, pasan a mi lado Klaus y Cinco, golpeándome en la espalda por lo que ocurrió la noche anterior.

—No me golpees —Le advierto, levantándome.

—Levántate y vayamos con papa.

—Yo decido eso. Vete y déjame en paz.

—¿Ahora que les pasa a ustedes dos? —Pregunta Klaus al ver la escena.

—Cinco es una mierda. —Desaparezco dejándolos allí.

Odio tanto querer ayudarlo, y siempre terminar en malos términos. Me dice que no durmamos para no sufrir al día siguiente y esa misma noche, y al minuto está peleándose con diego por algo tan trivial, toda mi noche se arruino y no terminamos la pijamada.

Estoy molesta con todo el mundo y cualquiera que se me atraviese en el camino voy a golpearlo o a dejarlo en el borde de algún abismo.

A los pocos minutos llegan todos al carro y comienza en viaje hasta el lugar de la misión. Debemos rescatar al hijo del presidente de los jefes de un cartel mafioso que acaban de secuestrarlo, papa dio con su ubicación y ahora debemos resolver toda esta situación.

—¿Estas bien? —Pregunta Allison al ver mis ojos violetas.

—No.

—Se que lo que ocurrió ayer te molesto lo suficiente como para amenazar a Diego, pero ¿Es solo por eso?

Siento la mirada de mis hermanos sobre mí, por mis ojos.

—No lo sé, Pregúntale a número Cinco y saca tus conclusiones. —Me agarro el cabello corto en una coleta y me preparo para nuestra llegada.

—¿Qué hiciste Cinco?

—Nada, ella es una exagerada, como siempre.

—No soy ninguna exagerada, tú eres un malagradecido que odia a todo el mundo — Lo enfrento mientras mis manos empiezan a iluminarse de color morado.

—¿Qué quieres que te diga, hermanita?, ¿Gracias por ayudarme con mis pesadillas?, Lo hare cuando me las quites por completo.

—Jodete.

—Tu primero, eres una malcriada.

¿Yo malcriada?, exploto de la rabia y activo mi telequinesis para dejarlo sin aire poco a poco. Empieza a ahogarse y trata de hablar. Pero nada me interesa, a mí no me seguirá insultando como lo hace siempre.

—Ocho, déjalo —Grita Luther tomándome de un brazo.

Sigo viendo a Cinco con mis ojos morados, sus verdes y brillantes ojos están por derramar lágrimas y se va poniendo pálido, se toma el cuello con las manos como si eso pudiera ayudarlo, y yo con las manos que tengo libres, le envío todas las pesadillas que he guardado en el interior de mi mente, lo suelto y logra respirar, pero no puede ver, porque consigo cegarlo y hacerle creer que está dentro de su misma pesadilla.

La puerta del carro se abre y nos sobresalta a todos. Papa mira a Cinco y no entiende que ocurre, —¿Qué le pasa a número Cinco?

—Creo que no durmió muy bien, puedo tomar su lugar en la misión de hoy si no hay problema, papa —Le digo.

—De acuerdo, luego recibirá un castigo.

Todos salimos y dejamos atrás al pelinegro que tiene espasmos por todo el cuerpo y llena sus mejillas de lágrimas.

Ahora me odiara más, y el sentimiento es mutuo.

Entramos a la misión, Luther y Diego consiguen acabar con los de la entrada, me teletransporto con Allison y Ben hasta el último piso en donde encontramos al hijo del presidente al borde del edificio tomado por el jefe del cartel.

—Allison, usa el rumor mientras agarro al hijo y Ben acaba con ellos.

Nos ponemos en posición y Allison habla.

—Escuche el rumor...de que dejabas ir al hijo del presidente y caminabas hacia los demás.

El hombre lo hace, y el niño no tiene el equilibrio suficiente y se resbala, quedando así agarrándose el borde. Corro hacia el y le tomo la mano, y me siento inútil cuando empieza a resbalarse.

—¡Ben!, ¡Ayuda! —Le grito esperando que me oiga.

Ben llega justo cuando el niño se me escapa de las manos y logra tomarlo con sus tentáculos. Pero llega Diego y busca acabar con los otros dos hombres que quedaban, sus cuchillos golpean a uno, y el otro viene a donde estamos Ben, Allison y yo buscando salvar a lo mas importante, y nos empuja.

Me golpeo la cabeza soltando a Ben y cuando volteo, tomándome el cráneo, veo a mi hermano ahora perder el equilibrio. Su pie se va al vacío y busco tomarlo esperando que Diego me ayude, pero nunca llega.

—Suéltame, Clarity.

—No, yo te subo, usa tus tentáculos, ayúdame, hermano. —Hablo con esfuerzo. —¡Diego apresúrate, Ben se caerá!

—Suéltame, tienes que salvar al niño...

—¡No te soltare, no puedo, ayúdame!

—Podre ser libre de este poder y de sentirme un monstruo, hazme ese favor, diles a todos que fue por voluntad propia —Me hablo.

—No.

Hago un intento de subirlo, pero se empuja y se me sale de las manos.

Lo veo caer y me sonríe mientras yo solo consigo llorar, Allison, Luther y Klaus llegan a ver la triste escena mientras yo me destrozo y rompo en llanto, me cierro en mí misma a llorar, no quiero verlo llegar al suelo.

Unos brazos me envuelven con su calor y logro oler un perfume conocido, subo la cabeza y veo a Cinco allí con los ojos llenos de lágrimas evitando voltear a donde cayó nuestro hermano.

Me aferro a él buscando consuelo, olvidando el odio. Numero 6 murió por mi culpa.

Solo por mi culpa.