𝗠𝗔𝗡𝗜𝗔𝗖 | 𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠 ☕︎

20☢︎︎

𝐴𝑛𝑑 𝑡ℎ𝑒𝑛 𝑦𝑜𝑢 𝑝𝑢𝑡 𝑦𝑜𝑢𝑟 𝑎𝑟𝑚𝑠 𝑎𝑟𝑜𝑢𝑛𝑑 𝑚𝑒

Clarity/Ocho
Todos estamos listos, sentados en el suelo para comenzar el entrenamiento. Papá ya se enteró que logramos controlar los saltos, así que probablemente nos ponga juntos hoy, y no lo pensaré dos veces antes de desquitarme y golpearlo.

—Hoy solo pelearán con una persona, y podrán elegirlos. Empecemos con Número Ocho, por ser la más poderosa.

—Cinco —Hablo mientras me levanto.

—Número Cinco, ¿Qué estás esperando? —Le pregunta al ver que se queda congelado cuando digo su nombre.

Cuando papá le habla, se levanta y se pone 3 metros frente a mí en el centro del lugar. Me ve y sé que sabe que no se la dejare tan fácil volvimos a lo mismo de antes, el me lastima y yo lo destruyo.

No estoy pensando bien, solo estoy cegada por la ira. Y puedo sentir la energía a mi alrededor cuando mi cabello vuelve a flotar y veo mis manos violetas, inundo toda la sala con el color y lo miro solo a él.

Cinco
Ocho, con los ojos brillantes y llenos de furia, avanza hacia mí, veo sus puños apretados y los brazos tensos. Se que esto está mal, y luego de lo que ocurrió anoche, no estoy preparado para la intensidad del enfrentamiento que se avecinaba.

—No te voy a dejar salir ileso de este lugar. —Grita, su voz se escucha en la habitación y la siento más grave. —¡Voy a enseñarte quien es mejor que quien y por qué!

Aprieto los puños y me preparo para saltar si llega a lanzarme un golpe y así puedo inmovilizarla. Con un movimiento rápido, extiende sus manos y una onda de energía violeta me golpea en el pecho, haciéndome volar. Caigo al suelo, jadeando por aire mientras siento cómo su energía se esparce por todo el lugar.

—¡Cálmate o vas a matarnos a todos! —Grito levantándome cuando la veo acercarse.

Veo sus ojos brillando a mas no poder, mierda, está muy molesta. —Yo decidiré cuando calmarme, y si los mato a todos, será tu culpa—Dice, su voz ahora baja y peligrosa— Eres un insensible.

—No grites eso aquí —Le hablo con las manos es son de paz.

—Ese es mi problema.

Deja escapar el poder de sus manos, le sigo el rastro a las finas cuerdas violetas que salen y no puedo escapar cuando juntan mis piernas y me tumban en el suelo, sujetándolas fuertemente y evitando que me mueva. Trato de levantarme, pero mis piernas no responden. Con un esfuerzo increíble, logro saltar detrás de ella y librarme de las cuerdas, ella aparece del lado contrario, —Ocho...

Clarity/Ocho
Para de hablar, y empieza a correr hacia mí para golpearme y obviamente, para ganarme, pero no lo dejare.

No tiene tiempo de decir más cuando lo alcanzo por la espalda y, con una fuerza que no sabía que tenía, lo golpeo en el rostro. Cinco cae de nuevo, lo ciego con mis poderes mientras el dolor se apoderaba de él. Intenta levantarse, pero le propino otro golpe, ahora en el abdomen que lo deja sin aliento.

Me subo sobre él y lo dejo inmóvil contra el suelo, busco golpearlo, y lo hago tantas veces en todo su maldito rostro. Le doy puñetazos en la nariz, mandíbula, mejillas, en la cien. Y se lo merece.

—Esto es por la mierda que causaste— Le digo al oído, lanzando un último golpe que conecta con su mandíbula. Escupe sangre y deja caer la cabeza, inconsciente.

Me pongo de pie sobre él, con el pecho subiendo y bajando con rapidez.

La habitación queda en silencio y Papa se acerca a Cinco junto a Pogo, me miran con el ceño fruncido sin entender que ocurre.

Y yo tampoco sé que explicación dar. Solo desactivo mis poderes y me siento junto a los demás. Pogo se lleva al moribundo que deje en el suelo y todo vuelve a la normalidad.

—Nunca habían peleado así... —Me dice Allison—, ¿Que paso?

—Creo que no es algo que te interese, luego de lo que te pidió que hicieras ayer.

Me mira sorprendida, ella no sabía que no había funcionado.

—Lo hice porque me lo pidió con mucho afán, y pensé que serviría. —Explica.

Suspiro antes de hablar —Ojalá hubiera servido. Ahora quiero que hagas lo mismo con él, y que lo olvide todo.

—¿En serio?

—Por los momentos en que fuimos buenas amigas y hermanas, necesito que me salves el corazón y que vuelvas a hacerlo un maldito hielo.