03☢︎︎

119 12 1
                                    

𝐴𝑛𝑑 𝑤𝑎𝑡𝑐ℎ ℎ𝑜𝑤 𝑦𝑜𝑢 𝑝𝑙𝑎𝑦

—¡Fue su culpa, papá! —Me señala Diego—, Lo dejó caer.

—El se lanzó —Grito.

—¡Silencio los dos! —Dijo papá—, ¿Qué fue lo que ocurrió, número 2?

Estamos todos reunidos en la sala, yo sigo llorando sin parar igual que los demás, Cinco está a mi lado junto a Klaus tratando de calmarme cuando Diego habla.

—Uno de mis cuchillos falló por la energía de Ocho, y un hombre salió corriendo a empujarlos, Ben se tropezó y Ocho lo agarró ¡Y no pudo sostenerlo!

—¡Necesitaba de tu ayuda y nunca fuiste! —Lo señalo.

—Si no hubieras discutido con Cinco, nada de esto habría pasado y Ben estuviera aquí. Todo esto es por lo que le hiciste a Cinco.

—¿Qué le hiciste a número cinco? —Me pregunta papá.

Sintiéndome bajo su fría y dura mirada, rompo aun más en llanto, —Cinco no... él no hizo nada, yo me sentí ofendida y jugué son su mente, por eso estaba así cuando llegaste al auto...

—Tus poderes van a acabar con todos nosotros si no te controlas —Acusa Diego—, Ben no merecía morir de esa forma, y tu única solución es llorar como una bebé.

—Número Ocho, vamos a evaluar tus poderes con Grace luego del funeral de numero seis, y tendrás un castigo que ya conoces. Por ahora no quiero verte fuera de tu habitación.

—¿Qué castigo le pondrás? —Pregunta Cinco—, Creo que todos merecemos saber.

—Una semana en el sótano.

—¡Una semana!, eso es tortura.

—Me lo merezco —Susurro.

—Ninguno de nosotros se merece eso —Habla Cinco al escucharme.

—Por insolente, te has ganado un castigo, Cinco.

—Pero...

Cierro los ojos buscando controlarme, solo quiero encerrarme a recordar todo lo que he hecho mal el día de hoy, antes de estar una semana en el sótano. Le digo a papá que acepto el castigo y voy caminando a mi habitación, no siquiera tengo ganas de usar mis poderes.

Como dijo Diego, mi energía desvío el cuchillo qué dejó al hombre libre, aunque no puedo controlarlo, es mi culpa.

Llego y me siento en el suelo pegando mi espalda a la puerta, se avecina una tormenta y no tengo como controlarla, mi mente es un caos. Lloro buscando consuelo en los recuerdos que tengo con Ben desde pequeños, pero igual me duele.

Momentos después, el cansancio y dolor de cabeza me consumen y caigo dormida sobre el piso.

10:00 p.m.

—Despierta —Escucho que dicen a lo lejos.

—Dos minutos...

—Clarity, despierta, soy Cinco.

¿¿¿¿¿CINCO EN MI HABITACIÓN?????

Me despierto sobresaltada —¿Qué pasó? ¿Hice algo dormida? ¿Son tus pesadillas? ¿Papá hizo algo?

—Calma, solo te traje la cena, mamá me obligó.

—Ah, está bien. Gracias, puedes irte...

—Prefiero quedarme a ir por tercera vez a entrenar con Luther, está arruinando mis manos.

Me levanto a tomar el plato que se encuentra en la mesa de noche, es mi sándwich de mermelada de fresa. —¿Mamá me lo preparó?

—Algo así, dijo que es para que te sientas mejor.

Mamá no me prepara sándwich de mermelada de fresa cuando estoy castigada, tal vez esta vez fue diferente, no me quejo.

—¿Cuál es tu castigo? —Muerdo el pan.

Da un suspiro —Debo entrenar más de lo normal, con Luther y Diego, ellos contra mi. Y juntos son más fuertes, se que me creo el mejor de todos, pero en este momento no estoy en condiciones de pelear con ellos, están acabándome.

—Siento mucho que te haya puedo esto por mi, no debía lastimarte de esa manera en el auto, sé lo mucho que te afectan esas pesadillas sobre "el fin del mundo".

—Yo te llamé malcriada, me lo merecía. —Se sienta en la cama arrecostandose a la pared—, no puedo creer que el viejo te vaya a tener una semana en el sótano, Vanya no lo soporta.

—Estoy acostumbrada a estar allí, a veces estamos juntas así que no la pasamos tan mal. ¿Cómo está ella?

—En su habitación con Klaus, no averigüé sobre su estado de ánimo, imagino que igual que todos.

Sigo comiendo —Ben me sonrió cuando se lanzó.

Se quedó en silencio y yo seguí —Mi energía lo arruinó todo, era mejor que tu estuvieras allí.

—Creo que tienes razón, pero tal vez así debieron pasar las cosas.

—No tenía que morir —Mis ojos se llenan de lágrimas.

Se sienta a mi lado ahora y me ve con esa maldita expresión que siempre tiene —Todos sabíamos lo mucho que Ben sufría por su poder, se sentía un monstruo. Si dices que te sonrió al caer, es porque se fue feliz, piénsalo.

Lo veo a los ojos y dejo el plato a un lado mientras sigue hablando —No te culpes por algo que él decidió, nuestro hermano al menos ya no está sintiéndose mal gracias a ti.

Sin poder evitarlo lo abrazo dejándome caer en su pecho, maldita sea, tenerlo solo a él en esta situación no es fácil, pero necesito que me comprendan, y un abrazo.

Él no me regresa el abrazo, se queda estático, pero empieza a respirar cada vez más rápido, pienso que es porque está cerca de llorar también.

Me hace a un lado después de 10 segundos dejándome desconcertada.

—Debo irme.

—Entiendo —Evito verlo.

—¿Me ayudaras más tarde?

—Siéntate para quitarte esos tormentos de una vez por todas.

Regresa y se sienta en el suelo —Espero que ya no grites.

Pongo las manos en su cabeza y extraigo todos los pensamientos que provocan esas horribles pesadillas. Las guardo en mi cerebro a medida que las saco del suyo y cuando siento que ya no hay más, me detengo.

Me quedo con mis ojos violetas fijos a la pared frente a mi, ubicando esos pensamientos en algún lugar, y pongo las manos en mis rodillas

—¿Estás bien?

—Si, creo. Pregúntame eso dentro de una semana.

—Debo irme, Clarity.

—Buenas noches, Cinco. Espero haberte ayudado.

—Gracias. ¿Mañana vas a odiarme?

—Probablemente, amargado —Sonrío un poco.

—Es un buen plan —Termina de decir y desaparece de mi habitación.

¿Por qué solo vino él?

¿Y cómo llegó un frasco de mermelada a mi mesa de noche? 

𝗠𝗔𝗡𝗜𝗔𝗖 | 𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠 ☕︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora