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𝑅𝑢𝑛𝑛𝑖𝑛𝑔 𝑗𝑢𝑠𝑡 𝑎𝑠 𝑓𝑎𝑠 𝑎𝑠 𝑤𝑒 𝑐𝑎𝑛

—Gracias por donarme sangre, Clarity. —Dice Cinco entrando a la habitación.

—También lo hizo Klaus —Respondo sin verlo.

—Si, no me importa.

Dos días estuvo en la enfermería, y no hablamos nada. Siempre me iba cuando despertaba y volvía cuando dormía, gracias al cielo no tuvo pesadillas, por lo visto ya están desapareciendo.

Me sorprende que ya pueda estar caminando hasta, aunque es Cinco, el siempre puede hacer de todo.

Llevo horas intentando hacer algo con mi vida y sigo aburrida, las chicas están en pijamada y yo aquí sola, sé también que los chicos salieron a escondida a comer donas, extraño que me incluyan en esos planes.

En cambio, yo solo estoy acostada jugando con mis poderes al abrir y cerrar la ventana, lo que consigue frustrar a Cinco.

—Ocho, ya basta. —Camina hasta la ventana y la cierra.

—No —Vuelvo a abrirla.

—¿Por qué no puedes quedarte quieta?

—Porque estoy aburrida y triste porque las chicas no me invitaron a su pijamada...

Rueda los ojos —Ya están muy grandecitas para eso. ¿Por qué no te preocupas por resolver lo de tus poderes?

—¿Regresartelos?

—Si.

—Los últimos días estaba muy ocupada viendo que estuvieras bien en las noches. Mañana iré con mamá para que me haga los exámenes y ver como está mi sangre.

—Bien.

¿Por qué habla con monosilabos?

—¿Qué te pasa? ¿Te molesta mi presencia aquí o algo te tiene amargado?

Me mira con desagrado —Me molesta tener tu presencia luego de ser rechazado.

Me quedo callada y vuelve a ignorarme.

—Te diré algo, Cinco.

—Prefiero no escucharte. Tu voz me está comenzando a fastidiar.

Maldito.

Aparezco en su cama y le lanzo la libreta al otro lado de la habitación —Si pretendes volver a tratarme como una mierda solo por rechazarte después de que me humillaras, voy a golpearte hasta dejarte inconsciente en el próximo entrenamiento.

Me mira fijamente y por un momento olvido que mi poder está activo. Lo noto por el reflejo del color violeta en su rostro.

Me habla sacándome del trance —Voy a tratarte como tu lo hiciste conmigo, no esperes más.

Agarra la libreta y sale de la habitación.

Lo voy a ahorcar.

Voy hasta la mía y me siento en las escaleras de emergencia como hace días, estoy comenzando a sentirlo insoportable, era mejor que se quedara en la enfermería.

Al parecer no quiere asumir sus errores y espera que yo perdone aquello tan fácil, pero va a sufrir. No soy la misma ingenua ni enamorada niña de 14 años, acabo de cumplir 19, que se joda.

Veo a los chicos entrar al callejón y buscan como locos la escalera que lleva a la habitación de Luther.

—¡Ocho! —Grita Klaus al darse cuenta de mi presencia metros arriba. —¿Puedes subirnos?

𝗠𝗔𝗡𝗜𝗔𝗖 | 𝐶𝑖𝑛𝑐𝑜 𝐻𝑎𝑟𝑔𝑟𝑒𝑒𝑣𝑒𝑠 ☕︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora