𝑱𝒆 𝑫𝒆̀𝒕𝒆𝒔𝒕𝒆 𝑻'𝒂𝒊𝒎𝒆𝒓 [𝔼𝕝𝕝𝕖 𝕃𝕒𝕨𝕝𝕚𝕖𝕥 𝕐 𝕋𝕦]

Chapitre 09

El día estaba teñido por un gris, el ambiente se sentía frío. La joven detective arropaba su cuerpo con una suave manta mientras tomaba un sorbo de su té caliente.

Sus audífonos estaban a gran volumen ignorando lo que pasaba al rededor prestando atención y analizando cada una de las palabras de los empresarios de Yotsuba.

Sus ojos estaban cerrados mientras se centraba en la conversación, hasta que una voz familiar la hizo abrir los ojos.

Se puso de pie rápidamente y corrió a la oficina donde se encontraba L.

—L, tenemos problemas...

El detective observó extrañado a la pelinegra.

—Es Matsuda, ha entrado en las oficinas de Yotsuba y lo han descubierto—. Una de sus manos se apoyo en la mesa mientras la otra iba hacia su cintura.

L insulto un poco a matsuda y rápidamente tomó el teléfono para llamarlo.

—¡Hey amigo! ¿Cómo está todo?, ¿te apetece ir por unas copas está noche?

Al otro lado de la linea se escucho la voz de matsuda. Después de un rato corto la llamada para luego observar a ______.

—Necesito que hackees las camaras y las conectes directamente al cuartel general, necesitamos observar detenidamente cada movimiento. También necesito que instales micrófonos por el edificio, está es nuestra última oportunidad ______, no falles. — Hablo L mientras comía un poco más de pastel.

—Bien, entonces iré yendo para allá ahora mismo. Watari, prepara mi equipo iré a prepararme Au revoir~. —Tomo su teléfono y comenzó a marcar el número de Sabine para luego salir de la sala mientras sus tacones sonaban por la estancia.

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Al entrar a Yotsuba lo primero que pudo observar fue la escasa seguridad de la empresa, colocó algunas camaras y micrófonos en puntos estratégicos y luego observó la sala de vigilancia, entro con delicadeza y comenzó a hackear colocando los comandos necesarios.

Suspiro mientras observaba como todo había salido bien, subió a la azotea y un poco decepcionada llamo a L.

—Pense que iba a ser un reto— Colocó un puchero en sus labios.— Mentiste de nuevo,  hackear Yotsuba fue lo más fácil que he hecho ni siquiera tenían tanta vigilancia, los guardias estaban dormidos y fue fácil acceder a las cámaras de seguridad.

—Bien, entonces ¿terminaste ya?—. Hablo L mientras ingresaba el código que había llegado a su pantalla por parte de Watari.

—¡Por supuesto! ¿Por quién me tomas? No soy una inepta que no sabe hacer su trabajo. Volveré al cuartel ahora mismo sino necesitas nada más llegaré pronto.

Colgó la llamada sin esperar respuesta, tomo asiento un momento en la orilla del edificio mientras contemplaba las estrellas.

Suspiro cuando escucho el pitido en su comunicador y se apresuró a bajar para luego subir a la camioneta de Watari.

Quito la peluca de su cabeza y solto el moño de su cabello.

—¿Quiere que pasemos por una tienda de té señorita? —. ______ lo vió y le sonrió.

—Me encantaría watari, muchas gracias...

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Los tacones de ______ resonaron por el edificio se acercó lentamente a L que se encontraba solo en la sala de vigilancia.

Colocó una pila de informes y hablo.

—Ese es el informe que enviara Aiber a los de Yotsuba... Lo redacte y te lo doy antes de que digas que soy una imprudente que hace las cosas sin pensar, ten buena noche Ryu—. Se dió la vuelta a punto de retirarse a su habitación.

—Vaya pensé que seguías siendo igual que antes, dime ¿que te paso todos estos años que estuviste asunte?— pregunto L aun con su mirada en la pantalla.

—¿Que crees que estuve haciendo?¿Jugando a ser una niñita buena mientras veía desde mi cómoda habitación como alababan cada una de tus hazañas? —. Suspiro y se dio la vuelta para observarlo sabía que él no la vería pero aún así ella tenía la leve esperanza de poder verlo a los ojos. —Se que nunca me tomaste enserio L... Pero mírame ya no soy la misma que antes y aun me tratas como una niña, no me dejas hacer nada en el caso. No tomas en cuenta mi opinión me haces de lado... Dime L, ¿porque eres así? ¿Acaso nuestros años de amistad no significaron nada para ti? —. Exclamó la pelinegra con un deje de esperanza en su voz, L no respondió ni siquiera se inmutó o se volteo para dirigirle la mirada.

—Para mí siempre serás una gran amiga...

—¡Mientes! Dijiste lo mismo un día antes de que tu y yo pelearamos y no te importo que me fuera, no me detuviste ni siquiera me dijiste adiós... —Habló con un nudo en la garganta mientras las lágrimas amenazaban con salir, pero no podía hacerlo se había prometido no llorar frente a alguien peor frente a L. —Yo siempre te considere mi familia... Y me abandonaste... Tal y como lo hicieron mis padres, Alex, Beyond, Linda... Te odio... Te odio con todo mi ser —. Exclamó la pelinegra aunque sabiendo que muy en el fondo ese odio no era más que un simple resentimiento hacia L. Sabía que se estaba comportando demasiado inmadura pero ya no podía seguir guardando sus sentimientos, no había tenido oportunidad de hablar con L desde hacía mucho, así que simplemente dejó fluir sus emociones.

Una lágrima traicionera resbaló por sus ojos, rápidamente la limpio y se dio la vuelta.

—Avísame si quieres que cambie algo del informe hay que enviar eso mañana por la tarde así que... No te demores mucho supongo... —. Subió las escaleras tan rápido como sus tacones se lo permitían, al llegar a su habitación se encerró y apoyo su espalda contra la pared mientras las lágrimas salían ahora con más libertad.

Se sentó en la cama mientras el balcón estaba abierto pudiendo observar así lo hermoso que estaba el cielo estrellado, quedando hipnotizada ante el hermoso paisaje que la ciudad le regalaba.