el lunes se asomó para poner orden en la rutina, nicolás decidió levantarse temprano, entreno dos horitas, y se metió en la ducha para empezar la mañana despabilado. desayuno en jaramillo, un café, amargo como solía tomar siempre, y una medialuna simple. leyó los documentos en formato pdf que tenía pendientes y después paseo a carlitos, su mascota, por el barrio para que pueda hacer sus necesidades tranquilo. como toda persona responsable, y como debe ser, junto la defecación de su perro con una bolsita que solía llevar y lo tiro en un tacho de basura que había en la plazoleta donde estaban. se subieron al auto, cada uno en su sitio, y condujo hasta luzutv para que el día laboral empiece de una vez.
florencia, en lanús, se encontraba tomando unos mates con su mamá, rosa, en la cocina. hablaban del fin de semana, y también comentaban acerca de la idea de alquilar una casa con jardín que tenía la bailarina. iba relojeando la hora, por miedo a llegar tarde, y cuando considero que ya era el momento de prepararse, lo hizo. se vistió en mood chill, tranquila y liviana, usaba unas zapatillas negras, una camiseta ancha, por lo menos dos tallas más grandes que las de ella, y un pantalón negro que le ofrecía comodidad plena. besó a su madre en la frente, despidiéndose temporalmente, y emprendió camino a la academia de baile donde, si llegaban a un acuerdo, empezaría a trabajar en poco tiempo.
─ hola amiga -saludó caro, emocionada de verla-
─ carísima -saludó también flor, abrazándola fuerte- qué lindo verte.
─ lo mismo digo yo, loca. no aguantaba más el tiempo, quería que llegué por fin el lunes para poder abrazarte -decía su amiga, apretando más el abrazo que compartían-
conversaron amenamente, poniéndose al tanto de sus cosas, y, después de la emoción por la llegada de flor, caro le mostró personalmente todos los espacios del salón que utilizaría para dar clases. flor, contenta con todo lo visto hasta el momento, preguntó por la jefa del lugar y caro, también sonriente, la acompañó hasta la oficina de la susodicha. tocó la puerta con los nudillos, algo nerviosa pero también emocionada, y espero a que le abrieran la puerta.
─ hola -saludó tímidamente cuando la puerta fue abierta- soy flor jazmín. florencia jazmín peña -se apresuro a aclarar torpemente, sin saber del todo como presentarse- tenía una reunión programada para esta hora.
─ florencia! -exclamó una rubia de pelo corto, estrechándole la mano- un gustazo enorme poder conocerte personalmente. mi nombre es malena, soy la que te pidió la reunión para charlar acerca de las clases y tus horarios laborales. pasa, toma asiento.
la reunión se extendió lo suficiente como para que malena ponga al tanto de todas las cosas a florencia, le comentó cada cosa con suma atención y paciencia. le mostró un contrato, fácil de entender, para que firmará si terminara de aceptar trabajar en la academia de baile. era más que nada algo protocolar, por pura parte de la empresa del lugar. florencia, aceptó el trabajo de palabra, relojeo el contrato que estaba apoyado sobre el escritorio y le pidió permiso a malena para llevárselo a casa y poder mirarlo tranquilamente antes de firmar. no recibió ninguna negativa, obviamente, y malena le hizo otra vuelta corta por el establecimiento para que termine de entender bien todo lo que le decía. la bailarina estaba satisfecha con aquella propuesta de trabajo, le gustaba dar clases y más contenta le ponía saber que estaría en argentina, rodeada de su gente, y cerca de su familia. se despidió de malena, y también de su amiga caro, entre sonrisas amplias y después se fue a casa.
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─ ¿jugaste el finde? pícaro -le decía momi a nicolás-
estaban en el horario de nadie dice nada, haciendo el programa en vivo, y cada uno iba contando que cosas hicieron antes de que llegue nuevamente el lunes.
