5- enero en pinamar.

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llegó enero, y zoe sentía como el solcito le hacía cosquillas al posarse en su rostro. estaba comiendo mandarinas en la reposera, mientras veía de reojo como su madre disfrutaba darse un baño en el mar, leyendo un poemario y tarareando canciones al aire libre. el verano finalmente dió el presente en buenos aires y ellas habían decidido escaparse una semana a pinamar.

─ ¡zopi! vení! -escuchó como le decían desde el mar y sonrió al visualizar a su madre alzando los brazos entre la gente dispersa-

decidió que podía darse también un chapuzón y que después volvería a leer el libro que había escogido llevar esa tarde a la playa.

─ al fin -dijo su madre al verla correr hacía ella- un poquito de tiempo puesto en la lectura y otro poquito pasando el tiempo con mamá.

─ empiezo a creer que con mamá paso tiempo por demás -bromeó metiéndose al mar por primera vez en el día-

─ ah, si? maldita -fingió ofensa, salpicando el agua para mojarla-

sin darse cuenta, iniciaron una mini guerra entre salpicones de agua y carcajadas sonoras. zoe no se daba por vencida, corría de un lado a otro tanto como la pesadez del agua se lo permitía, y se reía divertida cuando el agua impactaba contra el rostro de su madre y esta la miraba haciéndose la ofendida.

pasaron la tarde entera entre risas, charlas, frutas frescas, y melodías reproduciéndose desde la playlist que compartían. la noche llegó y el cielo oscureció, abandonaron la diversión típica de un día de playa en la primera de enero, y se acercaron hasta el hotel donde se hospedaban para prepararse e irse a cenar a un restaurante cerca de la zona.

─ mirá, este vestido o me llevo el body blanco que me compré el otro día y una falda simple? -le preguntaba zoe a su prima, que la miraba riéndose de su indecisión desde el otro lado de la pantalla-

─ dios, zoe, cualquiera de las dos opciones está bien.

─ decime cual te gusta más o te cuelgo -refunfuñó-

─ sos igual a la tía -se quejó también, rodando los ojos- la pollera y el body blanco.

zoe sonrió, victoriosa, y fue directo a su maleta para poder sacar las prendas de vestir.

─ entonces, volves por acá la semana que viene? -preguntó azul, su prima-

─ sí, el sábado a la noche salimos.

─ y cuándo nos vamos a poder ver? -volvió a preguntar- es que tengo muchas cosas nuevas para contarte, pero quiero hacerlo personalmente.

─ te mato -la miró seria, dejando de hacer lo que estaba haciendo, sosteniendo el celular con las manos para que azul le viera bien la cara- cómo me vas a decir que hay cosas para decirme y no simplemente hacerlo en el momento?

─ es que te quiero contar en persona, zowi.

─ pero por el móvil también podemos hablar -lloriqueó y su prima se carcajeó- si hablamos siempre por el móvil.

─ por eso, prefiero contarte todo en vivo y en directo la semana que viene, o cuando sea que nos veamos, y así  también poder mirar bien las reacciones que tengas.

~ ¡zoe! vamos ya! -gritó su madre desde la otra parte de la habitación, interrumpiendo por completo su queja-

─ te odio -dijo apuntándola con el dedo- esto no va a quedar así, luego hablamos tu y yo.

─ chau, chau -se despidió azul entre risas- mándale saludos de mi parte a la tía, decile que la amo y la extraño mucho.

─ y tú dile los míos a tu madre -hizo un mohín, saludándola con la mano-

zoe (occhiamin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora