9- extremadamente sexy.

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florencia perdió la noción del tiempo, se entregó por completo al beso hambriento que le proporcionaba nicolás en ese momento, y se olvido de todo lo que seguía pasando a su alrededor. nicolás le rodeaba la cintura con sus brazos, uniéndola a él, y se preocupaba por no dejar de besar los labios definidos de la bailarina.

ninguno de los dos estaba siendo realmente consciente de todo lo que ese momento significaba para el vínculo que habían tenido años atrás, para los sentimientos encontrados que mantenían en el presente.

─ nico -titubeó flor en medio del beso, intentando entrar en razón-

nicolás, absorbido por las sensaciones que sentía su cuerpo al reencontrarse con otro que había conocido demasiado en tiempo pasado, ni siquiera escuchaba del todo lo que su acompañante le decía. abandonó la cintura de florencia para posar sus manos en la espalda baja de la chica, atrayéndola todo lo que podía hacía él, todo lo que sus propios cuerpos le permitían, suministrándole caricias con el pulgar a la piel descubierta que dejaba al aire el top de flor. por momentos creía estar en un sueño, uno de esos que después te levantas y decís ¡qué loco! al creer que era real, como si durmiera plácidamente en la comodidad de su cama y en cuanto abriese los ojos, por culpa de la alarma o por la luz del sol, ella no estaría frente a él, aceptando sus besos, abrazándolo cómo lo hacía en ese mismo instante.

─ nicolás -florencia frenó aquella situación al sentir como las manos de su acompañante pasaban de acariciarle la espalda baja a posicionarse sobre sus glúteos, donde más se perdía. por mucho que le gustará estar así, ahí, con él, no dejaban de estar en plena playa- relajemos un toque, estamos en la playa.

─ no hay nadie -gruñó-

─ no tenemos veinte años, nico -se rió con ternura al verlo ansioso por ella, por sentirla- no tengo ganas de estar en pleno toqueteo en un lugar donde nos podría ver cualquiera.

─ en la fiestita no te importaba tanto que te estén toqueteando -reclamó, separándose a regañadientes-

─ ya empezamos otra vez? -rodó los ojos, buscándole la mirada con seriedad reflejada en la suya-

─ shh -chistó entre mínimas risas, acercándose otra vez a ella para iniciar un nuevo beso- era broma.

─ ajam, broma, sí. entre broma y broma, la verdad se asoma -parafraseó, dejándose llevar nuevamente por las caricias que nicolás le proporcionaba a sus labios al unirlos a los suyos-

nicolás estaba desesperado, como si esa noche fuese él una de las chicas que solían pedirle por favor en la diaria, no estaba predispuesto a irse de esa playa sólo. necesitaba abrigar su piel gélida y fría con el calor que podía llegar a darle la piel de la bailarina, quería sentirla cerca suyo y evitar pensar en el daño que había sentido su cuerpo entero durante poco meses atrás, cuando ella había decidido irse sin más. si por él fuera buscaría la manera posible, la que fuese necesaria, para fusionar su cuerpo al de florencia y dejar sentirse sólo y abandonado a causa de los fantasmas del pasado.

─ nico -advirtió florencia nuevamente al sentir como el beso pasaba a calores mayores-

─ vayámonos al hotel donde te estás quedando -pidió él, apoyando la cabeza en el hombro de ella, fastidiado por no poder hacer lo que quería en ese momento-

─ estás loco? -preguntó atónita- ni en pedo, no hay chances de que te lleve allá.

─ por qué? -se quejó exhausto-

─ en el hotel está zoe, no te voy a llevar ahí -respondió y nicolás resopló- y, además, nos podrían ver otras personas.

─ no queres? -preguntó enseguida, cayendo en la posibilidad de que ella no quisiera pasar el momento junto a él- no pasa nada si no tenes ganas, solamente decimelo.

zoe (occhiamin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora