𝐃𝐨𝐥𝐥'𝐬 𝐇𝐨𝐮𝐬𝐞 [𝐓𝐨𝐝𝐨𝐫𝐨𝐤𝐢 𝐓𝐨𝐮𝐲𝐚]

『••[𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑫𝒐𝒄𝒆]••』

[Larga vida]

Kaia observaba a Dabi desde el umbral de la puerta. El chico estaba sentado en una silla de la pequeña cocina, con una toalla alrededor de los hombros y una mirada de incertidumbre en su rostro. En la mesa frente a él, había un kit de tinte para el cabello, listo para ser usado.

—¿Estás seguro de esto, Dabi? —preguntó Kaia, entrando en la cocina y tomando asiento frente a él.

—Sí, es necesario. —respondió Dabi, con firmeza. —El pelo blanco atrae demasiada atención. Necesito pasar desapercibido.

Kaia asintió, comprendiendo la necesidad de Dabi de ocultarse. Ella abrió el kit de tinte y comenzó a preparar la mezcla, siguiendo las instrucciones al pie de la letra. Mientras trabajaba, sentía la mirada de Dabi sobre ella, aunque él no decía nada.

—Esto puede tardar un poco —dijo Kaia, tratando de aligerar el ambiente—. ¿Listo para ser paciente?

—He sido paciente por años —respondió Dabi con una sonrisa sarcástica—Puedo aguantar un rato más

Kaia sonrió y comenzó a aplicar el tinte en el cabello de Dabi, trabajando con cuidado para asegurarse de que cada mechón estuviera cubierto. El silencio se hizo cómodo entre ellos, solo roto por el sonido de la brocha y el suave murmullo de la mezcla de tinte.

—¿Alguna vez has hecho esto antes? —preguntó Dabi, más por curiosidad que por preocupación.

—Una o dos veces —respondió Kaia—pero creo que sé lo que hago.

Dabi asintió, cerrando los ojos y relajándose un poco bajo el toque de Kaia. Había algo tranquilizador en la forma en que ella trabajaba, como si sus manos supieran exactamente qué hacer para calmarlo.

—¿Por qué haces esto por mí, Kaia? —preguntó Dabi de repente, su voz apenas un susurro.

Kaia se detuvo por un momento, mirando el cabello de Dabi antes de responder.

—Porque todos necesitamos a alguien en quien confiar, alguien que nos ayude cuando lo necesitamos. —dijo suavemente.

Kaia y Dabi estaban sentados en el tejado de un edificio abandonado, observando la ciudad iluminada en la distancia.

La noche era fresca, y el aire estaba cargado de una tensión palpable, como el momento justo antes de una tormenta. La guerra entre héroes y villanos se acercaba rápidamente, y ambos sabían que el destino de muchos estaba en juego.

Kaia rompió el silencio primero, girándose hacia Dabi con una mirada preocupada en su rostro.

—Dabi —empezó, con voz temblorosa— ¿qué crees que va a pasar después de la guerra? ¿Qué va a pasar con nosotros?