Capítulo XIII

514 42 61
                                    

Un portal dorado y brillante se abrió en medio de la oscuridad infinita, del cual emergió la forma humanoide de Dios con gracia y elegancia.

El creador observó todos los rincones de aquel negro espacio, buscando a su viejo amigo con una mirada seria. De la nada, unos susurros empezaron a sonar de la nada, señal de su llegada.

- ¡Aquí estás, creí que no vendrías a recibirme! -Sonrió contento- ¡Tengo tantas novedades que contarte que apenas puedo contenerme!.

Los susurros se volvieron mucho más fuertes, rebelándose como una voz sin género en un idioma que ningun ser además de Dios puede entender.

- ¿Que me vez mucho más animado que antes? Normal, después de todo esa es una de mis noticias -Dios sacó de su bolsillo una figura de Charlie con cabello rubio y ojos azules- Mira a mi nieta ¿No es hermosa?¡Y es la hija de mi estrellita! Así que era obvio que sería divina.

Mientras Dios acariciaba la estatuilla con sus dedos, la voz le comentó algo que lo hizo detenerse.

- ... ¿Que cosa? -Preguntó, sin poder creer lo que estaba oyendo- ¿Como que tu ya lo sabias?¿Desde cuando cualquiera, en especial tu, se entera de algo antes que yo?.

Recibió burlas mal disimuladas, que se regodeaban de su desinformación.

- ¿Lo viste a través de tus múltiples ojos en el Infierno?¿Hace cuanto lo sabes? -Exigió saber con furia Dios, rompiendo en pedazos la porcelana en sus manos.

La voz habló, y de la oscuridad un folleto del Hotel Hazbin cayó en manos de Dios, quien empezó a iluminar su cuerpo para leer su contenido.

- No me importa si la luz te molesta, quiero claridad para leer -Sacó uno lentes de su bolsillo y leyó el cartel.

Al terminar, hizo el papel una bola y lo arrojo por su hombro, empezando a reír.

- Vaya, Charlie cada día me sorprende mas ¿Un hotel para redimir las almas pecadoras del averno? Ni al querubín mas imaginativo se le habría ocurrido algo asi. La amo, es tan linda soñando a lo grande, me recuerda a mi querido hijito cuando tenían la misma edad.

El contrario abrió un ojo, observando el papel flotando mansamente en la oscuridad, preguntando con algo de curiosidad.

- ¿Mi opinión del Hotel Hazbin? Suena interesante, nadie intentó jamás dar una segunda oportunidad tan grande a los pecadores, por lo que quizás sea divertido escuchar si esto continuara para bien o se caerá en pedazos por lo pesado que es.

- Ayuda... ayuda... ayuda... -Retumbó un eco por la gran oscuridad, que no le pertenecía a ninguna de las dos entidades allí.

- ¿Ayudar? Lo haría gustoso. Es mas, revelaría el ansiado secreto de que lleva a alguien al Cielo... si alguien no me hubiera bloqueado la entrada a su dominio -Miró al ojo de su amigo.

Este frunció el ceño ante lo que estaba escuchando, y su aura liberó disgusto en la oscuridad.

- ¿Sigues enojado porque destroce tus creaciones en el inicio del universo? Eran horrendas, tu no tienes talento para la creación de la vida, amigo -Se defendió, mirándose las uñas con una mirada indiferente- Ninguna de esas basuras era digna de poner un pie en mi mundo, y era un desperdicio que las conservaras una vez descartadas.

La voz susurró algo, y Dios le dio una mirada ofendida.

- ¿Cómo que yo no le doy valor a las cosas?¡Por supuesto que valoro mis posesiones! -El creador se llevó una mano al pecho, molesto- ¡Lo único que pido es que cumplan con mis estándares!¡No es algo difícil para cumplir!.

PurificadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora