Capítulo 9-5(215)
Esa cara no tenía los ojos del todo normales; los párpados eran de un rosa translúcido, como piel recién formada, con los capilares claramente visibles y se podía ver la forma completa del globo ocular debajo.
Los ojos giraban ágilmente bajo esos párpados casi transparentes, emitiendo un sonido acuoso y espeluznante, como de líquidos presionados entre sí. Su piel era rosada y suave, como la de un recién nacido, incluyendo las comisuras de los labios, que también eran tan delicadas que parecían romperse al menor contacto.
... Esos ojos no encontraron en el interior del hueco del árbol la presa que esperaban.
Desde lo alto, Bai Anyi observaba esa cara que aparecía y desaparecía frente al hueco del árbol.
En cuanto reconoció que esos pies no pertenecían a "Bai Anyi", comenzó a moverse.
... Se alejó del hueco del árbol, frotándose contra el interior del tronco, colocando los pies en las ramas secas y rugosas del interior y empujándose con la fuerza de su cintura hasta llegar a una cavidad superior en el hueco del árbol.
Lo que el intruso vio desde afuera fue un hueco vacío.
Pero si asomaba la cabeza y giraba un poco...
Bai Anyi agarró con fuerza el cuchillo de piedra en su mano.
En un lugar tan estrecho, si el intruso lo descubría, estaría condenado.
Pero si él moría, ¿qué sería de "Bai Anyi"?
No estaba solo; su vida y su muerte afectaban la existencia de otra persona.
Sin embargo, lo peor no ocurrió.
La cara del intruso desapareció del hueco.
Bai Anyi no se relajó ni un momento, sosteniendo el cuchillo de piedra, los talones clavados en las arrugas del interior del hueco, inmóvil, respirando solo por la nariz para garantizar el mínimo consumo de oxígeno.
En ese instante, su mente estaba excepcionalmente clara.
Observaba las partículas de polvo de colores variados flotando frente a él, pensando en muchas cosas.
Su espalda, empapada de sudor, le picaba y escocía.
Un gran insecto de alas azules, posado en el techo del hueco, se movió chirriando sobre su cara, cruzando de la mejilla derecha a la izquierda, y él no mostró ninguna reacción, como un monje en meditación profunda.
Porque escuchaba con claridad.
Afuera, no había ningún sonido de pasos alejándose sobre las hojas secas.
Al final, resultó que su técnica de escondite no era tan buena.
... Así que el intruso no se había ido, seguía afuera, esperando a que Bai Anyi agotara sus fuerzas.
Él sostenía el espejo, apuntando a su propio rostro.
En el tronco del árbol había pequeños agujeros dispersos que dejaban entrar la luz, reflejando una cara perdida y confundida.
Pero "Bai Anyi" no apareció en absoluto.
Bai Anyi, aferrando un cuchillo de piedra, pensó, ¿cuál era exactamente su habilidad?
Antes de poder probarla adecuadamente, fue denunciado por Jiao Qingguang y llevado al organismo de supervisión. Después de entrar en este mundo, a pesar de la protección de "Bai Anyi", lo había intentado varias veces, pero siempre fracasaba.
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No recojas novio de la basura
Romance(Aviso con adelantación: la traducción iba dirigida a mi amiga, así que hay bastantes opiniones mías metidas entre la novela entre paréntesis) Chi Xiaochi, cuarta categoría de nacimiento, actor de tres estrellas(?), temperamento de segunda categoría...
