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Número Desconocido.

Hola Victoria.

¿Cómo sabes mi nombre?

Yo sé todo sobre tí.

¿Quién eres?

Eso no importa.

Por supuesto que tenía importancia. ¿Quien recibía un mensaje de la nada?, ¡Nadie!, pero ahí estaba, hablando con un desconocido que no quería revelar su nombre. Tal vez era alguien que le estaba gastando una broma. O peor aún, algun mafioso que la estuviera buscando para cosas malas. Millones de ideas pasaban por su mente.

Solo te diré que soy la única persona que puede ayudarte a encontrar a tu hermano.

Por supuesto que no creía en eso. Había ido con la policía y no habían hecho nada, ¿Cómo podía confiar en una persona que no conocía?

No sé si puedo confiar en tí.

Creeme o no

Yo solo estoy haciendo lo que me pidieron.

¿Quien te lo pidió?

¿Había alguien en su mente en ese momento?, sí, por supuesto que ya estaba considerando a un persona. Pero no podía estar segura hasta que lo supiera.

No puedo decírtelo.

Un relámpago provocó un apagón. Victoria dió un respingón y agarró el celular con fuerza cuando casi se le cayó de las manos. Las luces se encendieron y miró el celular rápidamente. La conexión tardo en llegar al celular hasta que por fin tuvo conexión.

¿Cómo se que puedes
ayudarme de verdad?

Solo confía en mí.

Yo te mantendré informada de todo lo que sepa sobre tu hermano.

Adiós Victoria.

El desconocido se desconectó. Victoria suspiró y se sentó agarrando su cabeza.

–¿Qué estoy haciendo?...

A la mañana siguiente.

Salió rápidamente del departamento. No había recibido ninguna contestación por parte de Cleo, así que se decidió a hablar con su amiga cuando la viera en la universidad. Entró al lugar y pasó por los pasillos a paso rápido. Fue al salón correspondiente pero no vio a Cleo.

Miró la hora y aún faltaban unos minutos para que todos empiecen a llegar. Salió del salón y fue a la biblioteca. Pero tampoco estaba ahí.

–Disculpen, ¿Alguno ha visto a Cleo? –. Les preguntó a un grupo de chicas que estaban en la biblioteca.

–Me parece que hoy no vino –. Contestó una de ellas.

–De acuerdo, gracias.

Se alejó y fue al patio, solo faltaban cinco minutos y tenía que entrar al salón. Suspiró frustrada y volteó encontrándose con Sebastián.

–Hola Vick, ¿Estás bien? –. Preguntó al verla un poco altera.

–¡No, no estoy bien! –. Contestó sería–, mi hermano desapareció y la única persona que estaba con él era Cleo y no contesta mis mensajes.

El Hacker: Código de Rescate ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora