–¿Qué te dijo el doctor? –. Preguntó Victoria sentada al lado de Hannah. Cómo era sábado, ambas estaban en el parque sentadas en una banca comiendo comida china. No era de esperarse, era el mediodía.
–Por suerte no tengo nada, dijo que fuí muy afortunada de haber sobrevivido a un ataque, aún que lo sentí un poco exagerado –. Respondió la rubia–. ¿Cómo te fue con Owen?
–Me dio bastante informació.
–Me alegro.
El día era soleado y el cielo estaba despejado. Al parecer, después de aquella llamada que habían tenido con Hannah, su relación había mejorado a una más amistosa.
–Hannah, lamento no haberte podido ayudar en ese momento –. Se disculpó Victoria dejando su cajita de fideos a su lado junto con los palillos.
–No fue nada –. Contestó Hannah dejando sus cosas aún lado también.
–¿De verdad no recuerdas nada?
–No... –. Hannah suspiró–...lo único que recuerdo es que iba caminando, y luego todo se oscureció.
–Es una pena que no hayas podido ver al responsable.
–Tenia mucha fuerza para ser mujer.
–Tal vez un hombre o un chico.
–Probablemente...
–Hannah, el día de la llamada me dijiste que era mejor que no confiara en alguien, ¿De quién hablabas?
La rubia se quedó en silencio y luego la miró.
–Es mejor que tú sola te des cuenta de eso –. Dijo Hannah–, ya debo irme.
–Te acompaño a tu casa.
Ambas se levantaron de sus lugares y tiraron las cosas que usaron en los cestos de basura en el parque.
La casa de Hannah no estaba tan lejos de donde estaban, era una casa sencilla y bien cuidada, las paredes eran blancas y las ventanas eran amarillas pastel. Habían macetas con lindas flores y un gnomo de jardín.
Cuando llegaron, vieron a la madre de Hannah cuidando y regando las flores de las macetas.
–Victoria, que gusto verte –. Saludó la mujer rubia quitándose los guantes de granjero para saludarla.
–Hola señora Andrea –. Saludó Victoria dejándose abrazar por la mujer.
–Mamá, no la sofoques –. Dijo Hannah rodando los ojos.
Andrea dejó de abrazar a Victoria y se alejó sonriendo. Una mujer de cabellera rubia llegando a las canas, ojos azules y piel clara mostrando pequeñas arrugas.
–Oh Victoria, lamento lo de tu hermanito, es una pena.
–Gracias Andrea, pero se que puedo encontrarlo –. Se dio ánimos Victoria.
–Se que sí –. Aseguró la mujer–, ¿No intentaste llamarle?
–Lo hice, pero su celular estaba en casa...
–Que pena, bueno, si sabemos algo te estaremos avisando, ¿Si?
–Claro, muchas gracias, nos vemos Hannah.
–Adios Victoria.
Una vez que se despidió, Victoria se puso en marcha a su departamento, tenía que terminar el diseño para el proyecto y solo le faltaban algunas cosas. En el camino de regreso a su casa se topó con una linda perrita pitbull de pelaje gris y ojos azules. La pitbull se acercó a ella y se dejó acariciar.
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El Hacker: Código de Rescate ©
RomanceAdéntrate en la emocionante aventura de "El hacker: código de rescate", donde nada es lo que parece y la confianza se convierte en el arma más poderosa. Sigue a Victoria, una joven valiente dispuesta a arriesgarlo todo para salvar a su hermano, mien...