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ERA UN DÍA FRÍO Y HÚMEDO el clima era digno de un otoño siendo amenazado con el invierno. Los alumnos corrían para no empapar su uniforme y Crystal se encontraba mirando el exterior del edificio perdida en sus pensamientos. La noche anterior fue extraña y alarmante
Pero sentía mucha curiosidad a aquel chico, incluso podría decirse que le daba un escalofrío él solo pensar en él.
—Señorita Walker.— escucho a lo lejos haciendo que regresara a la realidad, miró a su profesor confundida pues no escucho lo que dijo anteriormente.—¿Me esta prestando atención?— Pregunto cruzándose de brazos molestó.
—Lo siento.— agachó la mirada avergonzada.
El timbre de la clase sonó indicando que el día laboral avía concluido, todos empezaron a levantarse para irse y Crystal no fue la excepción.
—Walker, déjame hablar un momento contigo.— anunció su profesor desde su escritorio a lo cual todos los alumnos soltaron una bulla,
—Claro..— terminó con un suspiro, estaba esperando un regaño. Se acercó a paso lento a su escritorio mientras todos salían dejando a el profesor y la alumna solos.
—Te vamos a recomendar para la UA.— dijo con una sonrisa.
—¿Que?— su mirada expresaba confusión , nunca pensó que eso estuviera pasando. Su escuela era de prestigio y cada año se les daba a oportunidad de recomendar a un estudiante para que estudiara en la UA, nunca pensó que podría ser ella.—¡Voy a ser recomendada a la UA!— hablo con emoción cuando capto las palabras de su profesor
—Debes prepararte aún más, ya eres la mejor en nuestra escuela... pero nunca esta de más prepararse.— dijo con calma.
—¡Muchas gracias!— dijo mientras salía con emoción de su escuela. Definitivamente odiaba el turno vespertino, ahora era de noche y los truenos empezaban a manifestarse, una tormenta estaba por llegar.
Corrió lo más rápido posible hasta que cruzó a él mismo parque de el día anterior y su curiosidad volvió a encenderse, desvió su vista a el kiosko y miró la figura de Dabi quien parecía encontrarse en la misma situación que ayer.
Detuvo sus piernas pensando en si sería correcto hablarle,como si el universo hablara por sí solo el cielo comenzó a lloviznar convirtiéndose en un aguacero, suspiro con pesadez maldeciendo la lluvia y camino a paso lento a el kiosco
Los nervios se manifestaban de forma expectante, el sudor en sus manos era molesto y el vacío en su estómago la hacía perder la concentración.
—Hola.— dijo al llegar, estaba algo avergonzada.
—Hola.— respondió sin alzar su vista, parecía no tener humor para hablar, Crystal se sentó en el suelo imitando su posición.
—¿Todo bien?— preguntó con suavidad, pero no obtuvo respuesta. Preocupada intento tocar el hombro de el chico pero al fijar su vista en el, unas pequeñas lágrimas de sangre salían de sus ojos.
Su confusión se convirtió en preocupación y no sabía que hacer, regresó a su lugar buscando darle espacio a Dabi pero él parecía estar más consternado.
Los sollozos de Dabi se hicieron presentes y la adolescente se alarmó aún más, no le importó que recién se conocieran y buscó su mano para apretarla fuertemente, a lo que él respondió con dejarse caer en su regazo, estaba vulnerable.
Busco consuelo en su pecho tomando su brazo con fuerza, el dolor que sentía estaba saliendo a la luz con una completa desconocida pero no le importaba mucho
Dabi solo era un adolescente de trece años, la vida fue cruel con él y bueno, ella era la persona más cercana a un vínculo.
—Tranquilo.—acarició su cabello con un poco de incomodidad.
Y así pasaron unos cuantos minutos, la escena era tierna y cálida aun con la lluvia y el olor húmedo de los árboles parecía haber un pequeño destello entre ellos Una conexión única y reconfortante para Dabi, el frío desapareció y solo podía sentir el calor corporal de su acompañante. Un poco más tranquilo y calmado se dio cuenta de la situación y se alejó bruscamente de ella.
Limpio las comisuras de sus cicatrices adoloridas por el llanto dándose cuenta que avía ensuciado de sangre el saco de Crystal.
—Perdón.— señaló su saco—no controlo eso.
—Tranquilo, solo lo lavo y ya.— restó importancia sacudiendo su mano, algo sonrojada.
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