Maldición Asesina

Capítulo 13

                          ETHAN

Mis manos temblaban como nunca, no me lo puedo creer una chica muerta en la piscina.

¿Cómo sucedió algo así?

Mi cabeza daba vueltas, no lo entiendo y¿ si el asesino está dentro de la casa?

Elara me hizo prometer que no llamaría a la policía y qué no le contaría de esto a nadie trataré de cumplir mi promesa aunque mis nervios me estén traicionando.

(Toc Toc Toc Toc)...

Unos golpes acelerados en la puerta de la habitación me hicieron saltar de golpe.

¿Quién será a está hora? ¿Y si es el asesino?

Caminé despacio hasta la puerta y repentinamente golpearon nuevamente  di un pequeño brinco hacia atrás pero me llené de valor y entre abrí la puerta para ver del otro lado a ¿Emily?

Mi mejor amiga empujó la puerta de golpe y entró en mi habitación como si nada.

—Tenemos que hablar.—dijo en un tono entusiasmado.

—¡Has visto la hora que es!—negué con la cabeza lentamente.

—No puedo esperar mañana para contarte.—dio dos pequeños brinquitos.

—Ay no por favor Emily estoy agotado.—refunfuñe.

—August me besó.—dijo de golpe.

—¡¡QUE!!.—grité horrorizado.

—Siiiiiii.—chilló entusiasmada.

—Cómo que...—quedé completamente confundido.—Emily ya hemos hablado de esto antes.—suspire.

—Ethan no creo que el quiera jugar conmigo.—me tomó de la mano y me indicó que me sentará en el borde de la cama.—el es diferente, es un poco raro pero es un chico bueno y me gusta.—puso una sonrisa de enamorada boba.

—Te entiendo pero es que no se ese chico no me da buena espina no lo se—

—El es bueno, es muy inteligente y ve el mundo desde otro punto de vista.—apretó un poco mi mano.—la verdad yo lo quiero y creo que con el si que puede funcionar algo.—suspiró y bajó la mirada.

Esa mierda que hace tiempo no veía y sabía perfectamente lo que significaba.

—Creo que te estás aferrando al chico porque te recuerda a Walter.

—No, yo quiero a August y se que el me quiere Walter es parte de mi pasado y ahí quedo en el pasado.

                                ***

Estaba en el patio trasero podando las rosas cuando sentí a alguien llamarme por mi nombre. Voltee para ver a mi hermana con los ojos rojos y llenos de lágrimas.

Dejé lo que estaba haciendo y rápidamente me acerqué a ella.

—¿Qué a pasado?—la miré desesperado.

Ella me abrazó con fuerza y yo acaricié su cabello suavemente.

—Es papá.—secó sus lágrimas y me miró a los ojos.—está mucho peor.

—Pero estaba mejorando.—sentí que mi corazón se rompía.

—Está mañana a empeorando, mamá llamó desesperada quiere que volvamos a casa.—sollozo.

—Pero no podemos salir de aquí.—murmure.

—Crees que si pides permiso a la señora Sofía ella nos dejé ir a verle.