CAPÍTULO 5

246 27 0
                                    

Las velas iluminaban bien la divina vista que tenía. Euron Greyjoy sonrió mientras sus ásperas manos tomaban con fuerza las caderas de la hermosa Cersei Lannister. Se lo había ganado, por supuesto. La puta rubia se hacía la difícil cuando abría las piernas tan fácilmente a su hermano. No es que como si importase mucho, ahora él disfrutaba de la sensación en su verga de su apretado coño.

Desde que trajo a las dos zorras de Dorne después de haber emboscado a sus idiotas sobrinos, Cersei no podía negarle este pequeño favor. Le hubiese encantado también haber tomado a sus prisioneras, pero sospechaba que las dos tenían venenos en lugares bien ocultos. Conocía la gran fascinación por los venenos de los dornienses, pero no quería jugar con su suerte. A parte, se había dicho Euron, tenía algo mucho mejor aguardándolo en el Red Keep.

Sus envestidas eran duras mientras se deleitaba con el sonido de los golpes de la carne junto a los gruñidos de la puta Lannister. Solo veía su espalda, pero no es que importase mucho. Odiaba que el cabello rubio de Cersei fuera corto; amaría poder tomarla del cabello para reclamar su boca. Su mano viajo por su costado mientras sentía las leves estrías en sus caderas. Siguió avanzando hasta tomar una de sus tetas y amasarla con dureza.

Cersei era hermosa, no era algo que se pudiera negar, pero su tiempo se marchitaba. Ya no era la joven rubia que podía poner a cientos hombres bajo sus pies, pero aún podía servirle a Euron.

Sonrió mientras sentía que estaba por terminar. Se acercó más a Cersei quien evitaba soltar gemidos de su linda boquita, aunque a veces los ahogaba contra la almohada. Acercó su boca a su hombro y le dio una mordida mientras sus envestidas eran más erráticas. Unas cuantas más y derramó su semilla dentro de ella.

Salió de ella y caminó al mueble donde estaba una jarra de vino y sirvió dos copas. Cuando regresó a la cama, Cersei estaba viendo el techo con una leve capa de sudor haciendo brillar su piel. Le dio a Cersei una copa y él bebió la suya de un solo trago.

—Mañana tienes que llevar tus barcos a Lannisport —dijo Cersei. Que lamentable que solo hablara con él sobre sus planes de batalla, pero así seguiría su juego por el momento.

Euron no respondió mientras miraba por la ventana hacia toda la ciudad que brillaba. Era repugnante el lugar, pero había estado en lugares peores después de su autoexilio. Sonrió y pensó en cómo sería cuestión de tiempo para que todo esto fuera suyo.

—Por supuesto —murmuró para después dar un trago al vino. Era una bebida muy dulce para su gusto, pero no podía negar que era bueno. ¡Cuántas cosas tendría más cuando tuviera a todos bajo su dominio!

Miró hacia Cersei, sus grandes pechos eran una vista tan erótica que sintió como volvía a ponerse duro. Sonrió mientras dejaba la copa en un pequeño mueble al lado de la gran cama. Cogerse a una reina era una maravilla y una gran meta para él, aunque lamentaba que sus malditos sobrinos se le adelantaran con la Reina Dragon, pero ahora no podía desperdiciar lo que el dios ahogado le dio. A pesar de su edad, Cersei aún mantenía una imagen divina y un cuerpo de envidia que muy pocas putas podían tener. Solo odiaba que aún pensara en el manco del matarreyes.

Cuando Cersei dejó su copa, Euron no tardó en ponerse encima de ella. Notó un poco divertido como ella se sobresaltó un poco, pero después se puso su máscara de indiferencia. Como le encantaba hacerse la difícil a la puta.

—¿Qué crees que estás haciendo? —gruñó Cersei.

—La noche aún no acaba —susurró Euron mientras se acercaba a su rostro. Pasó una mano sobre su mandíbula de forma delicada mientras comenzaba a besar de poco en poco su cuello hasta bajar a unos de sus grandes pechos—. Quiero divertirme un poco antes de volver a mi barco y traerte la victoria.

Los sueños de la Reina | GOT fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora