PRÓLOGO

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La lluvia azotaba durante la noche toda la isla de Dragonstone. Era una lluvia tranquila, no como la tormenta de la que su hermano le había hablado cuando fue el día de su propio nacimiento. A pesar de ello, todo sus hombres estaban bien cubiertos para evitar enfermedades que pudieran sucumbir, no quería que sus hombres enfermaran si aún no habían luchado contra la usurpadora.

Dany salió rápido de su habitación, a penas vistiendo su camisón delgado que había estado usando cada noche para dormir desde que llegó de la Bahía de Dragones. Era tan delgado que no hacía nada para protegerla del frío de la noche, no es que a ella le importase en realidad. Sus guardias la miraron por un segundo antes de comenzar a caminar detrás de ella. Una mano alzada de ella fue suficiente para hacerlos detener en seco. Una orden silenciosa de que no la siguieran a pesar de la preocupación sobre su seguridad.

Sintió el ritmo acelerado de su corazón en su pecho y sus oídos. El sudor hacía que su cabello platinado se le pegara a la frente y que su piel pareciera brillosa ante la luz de las numerosas antorchas del castillo. Descalza caminó por los pasillos y bajó hasta la salida más cercana al exterior.

Su mente era un completo descontrol, aún atormentada por que fuera que vio en sus sueños.

Había tenido pesadillas antes como todos los demás. De niña eran pesadillas acerca de los asesinos que había enviado el usurpador para acabar con toda su familia. Mientras crecía las pesadillas no cambiaban mucho, aunque siempre supo distinguir de ellas muy fácilmente. Pero la de esta noche...

Más guardias la miraron y, al igual que los de su habitación, solo alzó la mano para que no la siguieran. Sabía que debía parecer un poco loca, pero necesitaba ir con sus hijos, necesitaba asegurarse que ellos estaban bien, sanos y durmiendo en los nidos que habían hecho en el parque de dragones que había en la isla.

La puerta hacia el exterior estaba custodiada por cuatro guardias inmaculados, sus lanzas descansando a sus costados. Cuando la vieron no parecía perturbados, pero no se movieron para dejarla pasar.

-Necesito salir -dijo en Valyrio y vio por un segundo que dudaban, pero nunca desobedecerían una orden suya.

Salió y la lluvia le pegó de frente. Fue liberador sentir la lluvia en su cuerpo, como si necesitara un respiro de todo lo sofocante que habían sido sus días desde que salió de la Bahía de Dragones.

La hierba y la tierra húmeda bajo sus pies la hizo estremecerse un poco, pero fue ignorado a los segundos mientras iba a un paso más rápido que antes para llegar a con sus hijos. Lamentablemente no se veía mucho. La luz de la luna no podía atravesar las nubes de la lluvia y las antorchas no iluminaban el camino seguro hasta el nido de sus hijos, así que confió en su instinto. No fue de mucha ayuda cuando tropezó con una roca y cayó al suelo llenándose de barro en las rodillas y las palmas de sus manos. No importó.

Se levantó y siguió su camino. Comenzó a caminar con más cuidado intentando tantear un poco el terreno para no volver a caerse. Fue un camino tortuoso, pero lo logró.

La cueva donde estaban sus hijos era caliente. Estaba cerca del volcán y el calor debía ser demasiado para la mayoría de las personas, pero a Dany no le molestó en absoluto.

Al que vio primero fue a Drogon, quien estaba acurrucado como un gato hecho ovillo. También fue el primero en notar su presencia ya que alzó su enorme cabeza un poco y la miró con esos enormes ojos rojos. El siguiente en ver fue a Viseryion, quien solo emitió un gruñido como señal de su presencia. Rhaegal solo le abrió un ojo y después lo volvió a cerrar.

Ya no pudo más y las lágrimas comenzaron a caer sobre sus mejillas. Lloró y comenzó a hipar mientras se acercaba a pasos tambaleantes a todos sus hijos. Pasó una mano sobre la nariz de Drogon mientras murmuraba lo hermoso que era en Valyrio. Luego fue a Viseryion. Su llanto aumentó mientras lo intentaba abrazar, aunque no fue muy bien recibido, pero no le importó. Viseryion estaba vivo, seguía con ella y no parecía ninguna marioneta como lo había visto en su pesadilla.

Rhaegal por fin alzó su cabeza, tal vez curioso por saber por qué su madre parecía estar desesperada con Viseryion. Dany lo miró y pareció ahogarse. Llevó su mano a su boca y a él también le tocó abrazo.

A la mañana siguiente, el castillo estaba hecho un caos. Todos buscaban a la reina. Los inmaculados dijeron que la habían visto salir. Tyrion Lannister estaba completamente preocupado. Eso fue hasta que Grey Worm llegó con ellos diciendo que la habían encontrado en la cueva con sus hijos, pero que nadie podía acercarse porque los dragones se mostraban reacios a dejarla.

Ese día Dany supo que las cosas debían cambiar y que ella tenía que hacerlo. Si su sueño fuera real, entonces se aseguraría de que sus hijos sobrevivieran hasta el final.


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Hemos vuelto después de casi un año de inactividad. Ahora estamos en un nuevo fandom, que creo que en español no hay tanta variedad de historias como las de habla inglesa, así que por eso escribo esto.

Necesito una historia con un mejor final para mi Dany, así que aquí estoy, a mitad de madrugada escribiendo tremenda mamada y con un ship que no daba nada de simpatía, pero que de alguna forma me terminó gustando.

Este fanfic se basará solo en la serie, ya que una gran parte del fandom no ha leido los libros y yo todavía no los acabo de leer. Así que... Buenas noches!!!

Los sueños de la Reina | GOT fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora