CAPÍTULO 11

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Tyrion desayunó con Missandei esa mañana solo para pasar el rato. La pobre niña seguía preocupada por Grey Worm y la misión que tenían ahora. Había creído que después de todo no irían a tomar Casterly Rock cuando se enteraron de que no quedaba nada allí, pero Daenerys mencionó que solo lo quería por izar su estandarte en toda la fortaleza rocosa.

Cersei era una idiota si había aprobado ese plan. Si bien fue inteligente mandar a todos sus ejércitos a King's Landing y atacar Highgarden de paso, eso solo dejó como desesperada a la casa Lannister. Ella, quien según siempre estaba preocupada por el estatus de su casa, había cometido un grave error ante los ojos de los lores del reino. Tyrion debía estar feliz por ese desliz, pero la imagen de sus días allí aún persistía mucho en su memoria.

Los barcos de la reina habían zarpado esa mañana por su orden hacia la bahía y así comenzar el bloqueo de todo barco que intentara cruzar. Habían enviado algunos cuervos con ellos para que los mantuvieran informados de todo lo que sucedía. También había llegado una carta de un comandante Tyrell diciendo que en su camino habían detenido las caravanas que iban a King's Landing. No dijo cómo, pero no le importaba mucho, aunque a la reina probablemente sí.

Con Missandei habló un poco sobre el nuevo compromiso entre Jon Snow y su reina Daenerys. Missandei era la amiga más cercana de su reina y podía darle a entender si este fuera el mejor plan de acciones o tendría que encontrar una forma de encontentar a su reina en algún otro lado. Ya habían firmado el tratado y no podrían romperlo. Había mandado una carta a Old Town para anunciar la reconstrucción del septo de Dragonstone. Llevaría demasiado tiempo conseguir construir el septo, pero harían uno improvisado. Jon se iría en tres semanas y para eso ellos ya deberían estar casados.

En el pueblo había algunos albañiles que con gusto reconstruirían el septo provisional hasta que el nuevo septón supremo mandara a su propia gente a construir uno más «digno» para la fe. Odiaba a esos hombres, pero eran una columna fundamental en los siete reinos y serían de gran ayuda en este momento para convencer a los lores de que Daenerys es la mejor opción de monarca siendo aún mujer y extranjera.

Bien podrían traer algún septón de Driftmark o de algunos de las tierras de la corona para casar a los dos reyes. También podrían conseguir algunos de Sharp Point o de Rock's Rest.

Missandei solo mencionó que la reina estaba aceptando el matrimonio de buena gana, pues parecía segura y no resignada. Eso fue buena señal. Jon, a pesar de ser terco y bastante callado, podía llegar a ser un buen hombre en un futuro. Quizá le faltara voz, pero podía ver aún al chico noble que había conocido en Winterfell.

—Esperemos que nuestra reina no acabe con Jon —murmuró Tyrion y luego rió—. Quizá en un futuro ambos puedan ser más amigables y no solo lanzarse miradas de anhelo no correspondido.

—Será difícil —murmuró Missandei tomando con un tenedor un pequeño pedazo de pato—. La reina cree que será un matrimonio frío.

—¿Frío? Seguro lo dice porque Jon es norteño —Missandei no se rió con su broma—. Quizá estos primeros meses, pero ambos ya están pasando más tiempo juntos y sabemos bien que Daenerys siempre atrae a las personas de formas únicas. Un día veremos a Jon detrás de Daenerys, lo aseguro.

Cuando terminaron de desayunar se despidieron. Missandei volvería al pueblo junto a su propia guardia personal que le había puesto Daenerys. Si bien se había dicho a los cuatro vientos que aquellos que tuvieran problemas o inseguridades y necesitaran un apoyo de la reina podrían ir al castillo, muchos temían a la guardia de dothrakis e inmaculados, por no hablar de los tres dragones volando por toda la isla. Habían instalado a Missandei en un pequeño edificio abandonado (fue remodelado con un banquito y varios tapices para demostrar un poco de poder) para que ella atendiera a la gente común.

Los sueños de la Reina | GOT fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora