CAPÍTULO 18

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La habitación todavía le traía recuerdos de días mejores. Una vez le perteneció a su padre, y antes de él a su abuelo. Casi nunca había entrado de niño, mejor prefería ir a solar de su padre cuando necesitaba pedirle algo o hablar con él, y si no era allí, entonces iría al Bosque de Dioses.

Miró a Garra sobre la cama, su espada bastarda, y solo sintió más miedo ahora que estaba devuelta en Invernalia. Los vasallos que faltaban llegarían pronto para hablar más sobre su viaje a Rocadragón, así como empezar a planificar la guerra contra el Rey de la Noche. Esperaba que los miembros de la Guardia trajeran al espectro justo a tiempo para mostrarlo a sus escépticos vasallos. Si bien recordaba como lo nombraron rey, también sabía que pensaban en él más como un remplazo de Robb. Su hermano siempre fue bien recibido por todos los señores cuando venían de visita y él siempre estuvo en las sombras, deseoso de atención, y ahora que la tenía ya no se sentía a gusto.

Cuánto había querido ver a sus hermanos de nuevo, intentar regresar a los viejos tiempos donde todo era más sencillo, pero no fue así. En el momento en que entró por las puertas de Invernalia, todo fue más claro para él. Sansa estaba al frente de todos, vestida con colores grises y su cabello recogido en una coleta baja. Sonreía, pero no llegaba la felicidad a los ojos. Bran estaba a su lado, en una silla con ruedas de madera que parecía demasiado incómoda. Hacía tanto que no había visto a su hermano menor; cuando se marchó al Castillo Negro él todavía seguía en coma por la caída y verlo vivo y con los ojos abiertos le hizo sonreír como hacía tanto no lo había hecho. Pero Bran no parecía reconocerlo, asintió a su dirección y sus ojos lo estudiaron antes de volverse a los hombres detrás de él. Fue como ver solo una estatua con forma de su hermano más crecido. Y Arya, dioses, ella había crecido y ahora era una mujer, pero no como alguna vez la imaginó. Ella se comportaba más como un Inmaculado, con la espalda recta y siempre atenta a los ojos curiosos. Sonrió cuando lo vio y lo abrazó con fuerza, la primera en hacerlo, pero no fue tan cariñoso como cuando le regaló a Aguja o cuando le enseñaba a escondidas junto a Robb a tirar con el arco.

Arya se apartó de él, todavía sonriente y se puso al lado de Bran. Todos los sirvientes del castillo inclinaron la cabeza en son de respeto. Pudo ver a Fantasma detrás de todos, sus ojos rojos observando con interés a todos en el patio. Quiso ir con él, pero este se marchó deprisa a quién sabe dónde. Presentó a lord Manderly y su hijo, donde un sirviente bajo la orden de Sansa pasó el pan y la sal junto a un poco de vino para sellar el derecho de invitados. Entraron al castillo y allí se separaron para mostrarles sus habitaciones a sus invitados. En un principio había querido hablar con sus hermanos sobre todo el tiempo que estuvieron separados, pero fue Sansa quien pidió hablar con él a solas.

—¿Sucedió algo? —preguntó, cuando los dos estuvieron en su solar. El fuego calentó el lugar y había un poco de vino para Sansa y cerveza para él.

—Las cosas han sido... complicadas. Hay mucha gente ya llegando al Pueblo Invernal y los suministros se están acabando —Sansa lo miró y pareció contener la respiración—. Los señores han ido y venido, pero sus peticiones son las mismas: más hombres, más albañiles y más comida. No podemos darles ninguna de las tres a todos ya que dejaríamos el castillo vacío.

Algo no le estaba diciendo, pensó Jon viendo a su hermana. A pesar de eso, esperó a que ella siguiera dando todo lo que sucedió con respecto a Invernalia y su gente. Pero hubo algo raro. No había visto a alguien en el patio cuando llegó.

—¿Dónde está lord Baelish? —le preguntó a Sansa, quien se crispó y apretó los labios poco después.

—Llegó una carta desde el Nido de Águilas hace unas semanas —comenzó Sansa, su voz más fría que antes—. Venía firmado por mi primo, Robert Arryn, como señor del Nido de Águilas y Guardián del Este. Mandó a llamar a una parte de sus hombres, pero dejó una buena guarnición para nuestra protección, para unirse bajo el estandarte de Daenerys Targaryen.

Los sueños de la Reina | GOT fanfic Donde viven las historias. Descúbrelo ahora