Cap. 6 El viaje

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Sebastián llevaba 3 días sin salir de casa. No iba a la escuela, no estaba comiendo bien y por las noches solo lloraba. El solo quería tener esos ojos frente a él que al mirarlos lo tenían paralizado, esa sonrisa que lo enamoro y escuchar una vez más las incoherencias que decía su Mario.

-Hijo, tienes visitas- Karen intentaba darle ánimos pero Sebastián no cedía, cada visita que llegaba el la rechazaba.

-No quiero ver a nadie, a nadie que no sea Mario- decía entre lágrimas el menor totalmente destrozado sobre su cama

-Caballero...- Bautista decidió ir a verlo y entrar al cuarto de Sebastián aunque él no quisiera –Amigo, no me gusta verte así.

-Mi Mario, mi Mario se fue- estaba totalmente destrozado. Bautista solo lo abrazo y dejo que llorara, como su amigo era lo que podía hacer en ese momento.

-Le he mandado mensajes y llamado, pero no contesta –el en verdad estaba haciendo todo lo posible por encontrar al pequeño Mario, le dolía ver en ese estado a su amigo –Sebastián, vengo a decirte algo, es algo muy fuerte.

-¿Es de Mario? ¿Sabes dónde está?.

-Si es de Mario, pero no sé dónde está- tomo aire y solo soltó la noticia –Mi hermano vio a Juana salir de la casa de Mario el día que él se fue.

Esa noticia cayó como balde de agua fría a Sebastián, se levantó, se puso lo primero que encontró y salió de su casa. El destino era claro, la casa de Juana. Bautista solo corrió tras el. Al llegar a casa de Juana se llevó una sorpresa extra, ella estaba afuera de su casa besándose con un chico, el chico era Paisa. Sin importarle nada en ese momento separo a los chicos del apasionado beso que tenían y jalo a Juana.

-¿Qué le dijiste a la mamá de Mario?- grito enojado Sebastián a la peli-rosada asustada.

-Suéltame imbécil marica. Yo solo hice lo que Paisa me pidió. Le dije las porquerías que hacías con su hijo.

Era demasiado para Sebastián todo lo que estaba pasando en su vida. Uno de sus mejores amigos lo había traicionado, una de las personas con las que creció y en quien más confiaba le dio un puñetazo por la espalda.

-¡Maldito hijo de puta! No tenías que hacer eso, tu sabias que yo lo quería- Se lanzó sobre paisa y le dio un par de puñetazos en la cara mismos que respondió Daniel.

Bautista los separo y se llevó a Sebastián antes de que la situación se complicara más. Trataba de calmarlo pero era imposible, Sebastián lloraba, gritaba y pateaba cuantas cosas encontraba a su paso. Estaba decepcionado y triste, solo quería tener a Mario entre sus brazos de nuevo.

...

Habían pasado 4 meses desde que Mario se había ido. Sebastián había terminado sus estudios y tenía planes de viajar a la playa todo el verano con Bautista y sus hermanos. Empacaba todo lo necesario para ese verano, abrió el cajón junto a su cama buscando sus gafas y encontró una hoja doblada en un rincón del cajón. Era la última carta que le dio Mario antes de irse, recordó que solo la guardo sin leerla pues se quedó dormido y al siguiente día solo fue a buscarlo. Un sentimiento de miedo invadió su cuerpo pero comenzó a leerla.

Hola mi novio:

No sé por qué te escribo una carta si soy el peor para esto. Bueno ya la estoy escribiendo así que la terminare. Te das cuenta ya estoy haciendo la carta mal... bueno ya.

Te vi por primera vez dije: por dios que chico tan despeinado, alguien denle un peine por favor. Jajaja no es cierto bebe, desde que te vi me encantaste, solo quería pasar más tiempo a tu lado, pasar cada minuto de mi vida contigo. Pero creí que jamás te fijarías en un chico tan enano y ñero como yo jajaja. Pero ve lo que somos ahora, un par de novios enamorados [inserta emoji con ojitos de corazón].

Bebe si algún día mi familia se llega a enterar de esto y me llevan lejos de aquí, yo buscare la forma de regresar a ti. Es una promesa. Yo no quiero estar lejos de ti. Eres mi todo. Eres lo mejor que ha llegado a mi vida. Tengo todo preparado para una situación así. Tengo el mejor plan. Si yo no puedo regresar quiero que en el verano nos encontremos en Cuernavaca. Yo tengo mucha familia ahí y siempre pasamos verano con ellos. Sera nuestra promesa. Pase lo que pase. Siempre estaremos juntos.

Te quiero mi idiota.

Con amor y pizza. Tu Mario.

Sebastián con lágrimas en los ojos tomo el teléfono y llamo inmediatamente a Bautista.

-Caballero, tenemos cambio de planes. Pasaremos el verano en Cuernavaca.

...

Tomaron nuevos rumbos, con la esperanza de encontrar a Mario en ese viaje. Sebastián no sabía por dónde comenzar, no tenía una dirección. Pero pasaría cada día de su verano buscado a Mario en cada rincón de Cuernavaca. La familia de Bautista tenía una casa en ese lugar, los gastos de hospedaje estaban resueltos. Todos apoyarían la búsqueda, veían a Sebastián en verdad enamorado y destrozado por no tener a su amor cerca de él. Comenzarían en lugares públicos como las plazas buscando pistas de él.

Día 1

Sebastián se levantó a las 7am, se alisto tan rápido pudo y salió junto a su amigo el primer centro comercial que tenían cerca.
Pasaron unas 10 horas buscando en tiendas, calles y todo lugar en donde hubiera gente. Había muchas personas pero no estaba Mario.

Día 2

Fueron esta vez a caminar entre las colonias del lugar, Sebastián mostraba fotos de el a la gente que pasaba por las calles, esperando que alguna de esas personas le diera señal de Mario.

Día 3

Bautista estaba pensando seriamente en hablar con Sebastián, sentía imposible encontrar a Mario sin una direcciona a la cual ir. Fueron a desayunar a una cafetería cerca de la casa donde ellos se estaban quedando. Y como era la rutina Sebastián comenzó a mostrar la foto a todos los que estaban en esa cafería pero ninguno de los que estaba ahí le dio razón de su amor. Un pequeño chico de gorra entro a la cafería y de inmediato clavo mirada sobre Sebastián y se le acerco asustándolo.

-Madre mía, ¿eres Sebastián?- pregunto asombrado el chico

-S-si yo soy. ¿Tu como sabes mi nombre? ¿quién eres tú?
-Mi nombre no importa ahora, soy primo de Mario. Se estaba iluminado el camino de Sebastián, era una señal y se sentía cerca del mayor.

-¿Dónde está Mario? Por favor dime, necesito verlo.

-Sebastián, el llego a Cuernavaca la semana pasada. Me conto todo sobre ti y me dijo que vendrías a verlo en este verano- el chico solo agacho la cabeza lo cual no era buena señal- mis tíos escucharon que vendrías y se lo llevaron.

-¿A dónde? Iré a buscarlo a donde sea que se lo hayan llevado. Por favor dime en donde está.

-No dijeron a donde irían, pero me dejo su número y un correo para que puedas comunicarte con él.

-¡Joder! Muchas gracias por todo, dime ¿Cuál es tu nombre?

-Sebastián igual que tu –dijo sonriente el muchacho- pero dime RK.

Salieron del lugar, con una esperanza de encontrar a Mario de nuevo. Tenía ahora un medio para comunicarse con él.



RelationshiT / MariostiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora