𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑪𝒂𝒕𝒐𝒓𝒄𝒆

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—¡Es que aún no puedo creer que te guste alguien! —exclamó la chica por cuarta vez en lo que iba de la mañana.

— ¿Era necesario contárselo? —gruñó Carlos, mirando a Rubí con fastidio.

Pero la anciana solo sonrió y se hizo la desentendida. Por su parte, Martha seguía mirándolo con asombro por arriba de su desayuno.

— ¿Y por qué es que aún no le pides que salgan? — preguntó la chica

—¿Quizás porque quiero que las cosas fluyan tranquilamente? —respondió el chico de forma tentativa.

— Ni yo me creo esa basura y eso que soy una chica. Dime la verdad antes de que lo averigüe por mis propios medios—amenazó Martha

Carlos dejó caer la cuchara en el tazón con cereal y pasó sus manos por su rostro con exasperación. Le gustaba tener a Martha de visita en su casa (aunque nunca iría a admitir eso frente a ella), pero en esos momentos quería despacharla en el siguiente avión para España lo más pronto posible.

Y de pasada enviaría a Rubí con ella. ¿Por qué demonios debió haberle contado?

— Aunque también puede ser que ya le hayas pedido que salgan y que te haya rechazado —comentó Martha pensativa mientras esparcía mermelada en una tostada.

Carlos tomó su café y dio un sorbo largo. Su vida sentimental era asunto de él y no pensaba discutirlo con ella. Al menos no a estas horas del día.

—Oh, Dios mío, ¿ya se lo pediste? — exclamó Martha mirándolo estupefacta.

Carlos levantó una ceja.

— Yo no he dicho nada.

— ¡Pero tu silencio lo dice todo!

Carlos casi golpea su cabeza con la mesa. Nunca entendería esa habilidad especial de las mujeres para crear drama de la nada.

— ¿Y qué pasó? —preguntó cada vez más fascinada la chica.

La respuesta de Carlos fue simplemente observarla en silencio.

— No me digas, ¿te dijo que no? Me agrada esta chica —concluyó Martha con una sonrisa, a la vez que le daba un mordisco a su tostada.

'Si supieras, Martha, si supieras...' pensó Carlos con ironía, pero no se molestó en corregirla.
Martha había creado toda una telenovela sobre la vida amorosa de Carlos y él no había dicho ni la más mínima palabra al respecto. Asombroso.

Aunque tuvo admitir que, en algunas cosas, había más verdad que ficción. La relación entre él y Charles estaba en una extraña posición en esos momentos.

Aún culpable por sus celos
imaginarios y ese estúpido beso con Kevin, no se había atrevido a pedirle a Charles que salieran de nuevo. Decidió no presionarlo y darle tiempo para que pensara las cosas. No quería lastimarlo otra vez.

Pero no sabía cuánto más se iría a resistir. Estaba en tal punto de frustración que más de alguna vez se le cruzó por la cabeza tomar a Charles y besarlo con fuerza, incluso si todo el mundo los miraba.

Le importaba una mierda.

Solo quería alguna señal que le indicara que no había jodido las
cosas. Que Charles lo iría a perdonar. Que podrían partir de nuevo. Que aún había una chispa de esperanza para ambos.

Aunque la paciencia ya se le estaba acabando. Y Charles aún no había dicho si lo quería.

—Un momento — exclamó de repente Martha seria—. ¿Sabe ella sobre tu familia?

𝓪𝓹𝓹𝓪𝓻𝓮𝓷𝓽𝓵𝔂 𝓱𝓮 𝓵𝓲𝓴𝓮𝓼 𝔂𝓸𝓾 || ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora