𝓔𝓼𝓹𝓮𝓬𝓲𝓪𝓵 𝓼𝓲𝓮𝓽𝓮

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Hace 2 años atrás

—¡Checo, ahí va!

—¿Qu-? ¡Verga! —gimoteó, cayendo al suelo.

Apenas se oyó el silbato del entrenador, Charles detuvo el balón, preocupado. Estaba muy lejos, pero vio a su amigo de cabello castaño, agarrándose la pierna y frotando la zona de su muslo con una mueca.

— Max Verstappen, te voy a matar si me queda otro moretón — le
amenazó Sergio en medio del dolor.

— P-pero Checo es que... yo...

— ¿Puedes ponerte de pie,
Sergio? — habló el entrenador, examinándolo—. No hay nada
roto, solo fue un golpe...—el
profesor se pasó una mano por la cara, conociendo cómo de dramático era su alumno Pérez — Max, ¿crees que podrías llevar a tu
compañero a la enfermería?

El niño de Cabello  rubio y cachetes pronunciados asintió de inmediato.

—Ven, apóyate aquí —colocó el brazo de él sobre sus hombros y lo sostuvo de la cintura con fuerza — ¿Aún te duele? —la mirada del otro lo calló—. Cierto, cierto, qué torpe que soy, en serio, lo siento mucho...

Ambos adolescentes se retiraron del campo, mientras el entrenador rogaba a los cielos que, ojalá esos chicos se supieran entender. El más pequeño tenía un carácter de los mil demonios y el otro, siendo el más alto de toda la clase, era algo torpe.

—Bueno, reanudemos el partido —  suspiró el maestro.

Charles casi sintió pena por su mayor. Conocía lo explosivo que solía ser su amigo, pero le preocupaba el moretón que le quedaría. Lando y Yuki tampoco eran tan afortunados cuando se trataba de deportes.

—¡Aquí Charles! —gritó Alonso.

Concéntrándose en el juego, el Castaño pateó el balón. Esquivó a Mark y corrió cerca del arco contrario, asintiendo con pesadez.

A lo lejos, vio a Carlos, marcando sus movimientos y enarcó una ceja. No solía hablar mucho con él, pero Charles admitió que su compañero era muy bueno. Pateó de nuevo el balón, pasando por poco al Chico de piel bronceada.

La jugada estaba casi lista.

Era ahora o nunca.

Solo un pase extra y...

—¡GOOOL! —chillaron.

— ¡Bien hecho Charles!

Todos lo abrazaron con fuerza.

—Hey, ya, basta — replicó el Castaño, mientras todos reían—. ¡Por favor!

— Ya, chicos, cálmense y denle un respiro a Charles —les riñó el entrenador, negando con la cabeza—. Vayan a los vestidores y cuando acaben, los quiero ver en sus clases extracurriculares y no holgazaneando en los pasillos.

—¡Sí, señor!

Todos se fueron a las duchas. Aún estaban con la adrenalina por la emoción del juego, por lo que murmuraban su victoria y mencionando los mejores pases que hubo en el juego.

—A la próxima, pido a Leclerc — refunfuñó el capitán del equipo
perdedor.

— Ni lo sueñes, Charslito es mío — respondió Alonso.

𝓪𝓹𝓹𝓪𝓻𝓮𝓷𝓽𝓵𝔂 𝓱𝓮 𝓵𝓲𝓴𝓮𝓼 𝔂𝓸𝓾 || ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora