𝓔𝓼𝓹𝓮𝓬𝓲𝓪𝓵 𝓣𝓻𝓮𝓼

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Para el día lunes, había vuelto a su típica rutina.

Clases-deportes-máscara seria.

El beso con Kevin no le
importaba en lo absoluto, porque éste no era relevante para él. Había empujado al chico  y se había largado al sanitario a vomitar. Así, la mayoría había entendido que Carlos solo estaba borracho y que solo cometió una locura.

Ahora solo veía al Castaño
sentado delante de él, totalmente pálido, ojeroso y distraído.

—Alumno Leclerc, ¿podría decirme cuáles fueron las principales consecuencias que se dio en la Revolución industrial? —le preguntó el profesor de Historia. Pero Charles siguió perdido en sus pensamientos, mirando hacia la ventana.

Lando le susurró algo al Castaño, porque Charles de inmediato se concentró en la clase.

—Lo siento profesor, no escuché — se disculpó, bajando la mirada.

—Concéntrense más, señor — le dijo el profesor con tono serio.

Finalizada la clase, Charles se fue del aula sin mirarlo. El moreno solo se quedó mirando hacia la ventana, indiferente.

Cuando acabó el recreo, para su furia y disgusto, Pierre tenía rodeado a Charles con uno de sus brazos, sonriendo tontamente.

Ahí estaba la sensación gélida de los celos.

Charles había llegado a su asiento sin darle mirada alguna, ni siquiera de reojo; y Carlos tampoco se tomó la molestia de dirigirle la palabra. Parecía que el Castaño en serio había perdido el completo interés en retomar su antigua y confusa relación, para en su lugar, pasarla con Pierre Gasly.

En la hora de almuerzo, decidió salir del aula con rapidez, dirigiéndose a una de las canchas de baloncesto, buscando la forma de despejar su mente. Tomar alcohol ya no le parecía atractivo en lo absoluto. Dribleó el balón con lentitud y dio un salto, con el objetivo de hacer una canasta. Pero el jodido balón naranja estaba reacio a entrar por el maldito agujero.

Y para variar más las cosas, el clima estuvo a la par con su estado de ánimo.

Estupendo.

Risas masculinas irrumpieron y Carlos rodó los ojos al reconocer a uno de los chicos.

Su día estaba dispuesto a joderlo aún más, ¿cierto?

El muchacho se despedía de un compañero, ignorando la presencia de Carlos, mientras silbaba con los audífonos puestos y con la mochila sujeta a uno de sus hombros. Tenía en sus manos un pequeño folder y el moreno no dejó de observarlo.

En ese momento, Pierre perdió el equilibrio por culpa de una agujeta suelta de su zapatilla y el objeto que tenía salió volando de sus manos, esparciendo el contenido. Carlos obtuvo un segundo de satisfacción infantil y finalmente, Pierre se dio cuenta de la presencia del moreno.

—Oh, hola Carlos — saludó, quitándose los audífonos—.
No te había visto ―al mirar las fotos esparcidas, hizo un mohín, murmurando algo entre dientes.

— ¿Te ayudo con eso? —dijo lo más maduramente posible.

Pierre negó con la cabeza, mientras recogía coloridas fotografías impresas. Varias eran de la niñez del chico con amigos sonrientes y collages editados. En silencio, siguió mirando hasta que se topó con una foto que definitivamente era actual.

Su cuerpo comenzó a temblar, mientras empezaba a llover.

Pierre guardó sus cosas en la mochila, pero sus movimientos se detuvieron al oír a Carlos.

𝓪𝓹𝓹𝓪𝓻𝓮𝓷𝓽𝓵𝔂 𝓱𝓮 𝓵𝓲𝓴𝓮𝓼 𝔂𝓸𝓾 || ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora