𝓪𝓹𝓹𝓪𝓻𝓮𝓷𝓽𝓵𝔂 𝓱𝓮 𝓵𝓲𝓴𝓮𝓼 𝔂𝓸𝓾 || ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ ||

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑶𝒏𝒄𝒆

Y resulta ser que, por segunda vez consecutiva, el curso de Charles fue el ganador como el mejor curso de la Academia  de Monaco durante el Aniversario de Monaco. Eso, agregado al muy respetable segundo lugar de Pierre en la maratón, hacía que Charles no pudiera estar más feliz y orgulloso de sí mismo.

Sus compañeros, por otro lado, solo esperaban el dinero que recibirían como premio. Apenas les informaron que el viernes por la mañana les llegaría susodicho monto, guardaron 2/3 de él para futuras necesidades y, con el dinero restante, planearon lo que llevaban esperando semanas organizar: Una fiesta.

Y las fiestas de este curso en particular eran del tipo de fiestas que uno no olvidaba fácilmente.

— Yo digo que hagamos la fiesta este sábado ―opinó Logan con actitud testaruda.

—Pero igual es poco tiempo — replicó Sergio ―. Mañana nos llega el dinero. Tendríamos que organizar todo entre mañana en la tarde y el sábado en la mañana y suena como a receta para el desastre.

— Aparte, no tenemos lugar donde hacerlo — agregó Lance.

— Yo presto la casa, si quieren.

Instantáneamente, todas las
personas del salón se dieron vuelta hacia el fondo de esta y observaron a Daniel con expresiones entre asombro y desconcierto. Pero el pelinegro no se inmutó y miró a sus compañeros con absoluta calma.

— Sin ofender, porque a mí me gusta mucho tu casa —comenzó Sergio con algo de cautela—. Pero la última vez que hicimos una fiesta ahí hubieron ventanas rotas, varias sillas cojas y se arruinaron dos cuadros.

— Y hubieron vómitos, condones abiertos, cerveza en el suelo, completa destrucción de tu sofá, bolsas y bolsas de basura, y puedo dar fe de todo ello porque te ayudé a limpiar el día siguiente —  secundó Max.

— Buen punto — concordó Daniel. Tras meditar unos segundos, volvió a hablar—. Pero presto la casa si después me ayudan a limpiarla profundamente el domingo. O bien, lo hacemos todo en el patio.

— Honestamente, yo jamás prestaría mi casa de nuevo para una fiesta de este tipo — comentó Yuki sin entender a su compañero.

— Es que, si no hacemos la fiesta ahora, ya no la hacemos hasta final de año — argumentó Daniel.

— Lo del patio suena bien, pero ¿y si llueve? —señaló Alonso.

— Yo tengo toldos en mi casa —ofreció Lando —. Aunque, si lloviera, dudo que importe mucho.

— Un momento. ¿De verdad quieren la fiesta este sábado? ¿Sí o sí? —exclamó Sergio sin poder creerlo.

Sus compañeros se miraron entre sí y, para la poca sorpresa de Sergio, la mayoría asintió. Al ver eso, el chico respiró hondamente y se preparó para organizar. Por segunda vez en dos semanas.

—Bien, será el sábado entonces. Solo espero que, por el poco tiempo, no mucha gente se entere.

— Mi inocente Sergio, ¿de verdad piensas que no se van a enterar? —  preguntó Daniel con ironía.

Sergio miró a su compañero
detenidamente unos instantes para después suspirar con pesar.

— Este va a volver a ser otro largo fin de semana.

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Hace un año atrás Charles ayudó prácticamente en todo lo que pudo para preparar la fiesta de su curso. Teniendo a Sergio de amigo, y el hecho de que Lando había prestado el recinto en esa oportunidad, no le había quedado de otra. Así que el hecho de que ahora estuviera encerrado en su pieza sin ánimos de hacer absolutamente nada era un cambio del cielo a la tierra en comparación.