𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝒖𝒏𝒐

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Charles no sabía qué era peor: tener clases de Matemáticas a la primera hora de la mañana o a la última hora de la tarde. El año pasado tenía esa asignatura el lunes en la mañana y era una tortura. Pensaba que solamente podría superar ese suplicio al tener Educación Física a la hora siguiente, pero su establecimiento se las ingenió para atormentarlo de otra manera peor. Tener Matemáticas a la última hora de la tarde de los viernes le venía tan bien como tomar leche avinagrada. En serio, había
que ponerse de pie y aplaudir a cualquiera que haya organizado los horarios este año.

— Si hacemos estas pruebas, mas con los dos trabajos que harán en dúos o grupos, tendremos suficientes notas para terminar bien el semestre.

Al menos la profesora no estaba hablando de la materia.

Charles miró a su lado y Lando le sonrió. El buen Lando, siempre levantándole el ánimo. Pero ni
cuatro payasos y globos en el cielo le quitarían el aburrimiento. Miró el reloj de la sala y suspiró. Mejor se armaba de paciencia, la clase no terminaría demasiado pronto para él.

Cincuenta minutos después y suficientes bostezos como para toda una semana, la clase había finalizado. Charles estiró los brazos para alejar el sueño y se levantó.

—Ánimo, Charles. No fue tan
malo -— Lando comentó mientras ordenaba sus cosas.

—No, no lo fue, pero aún queda todo el año por aguantar, ¿no? —replicó Charles ordenando su mochila también.

— Vamos, Char, tú no eres así. Tú siempre miras lo bueno a todo.

Y eso era cierto. Charles Leclerc era conocido por su buen humor y
optimismo. Sin embargo, una simple clase de matemáticas era capaz de drenar toda la energía positiva que su cuerpo contenía.

— ¿Están listos, chicos? — gritó sergio desde la puerta del salón.

— Sí, vamos de inmediato — respondió Lando, y tomó del brazo a su malhumorado amigo.

— ¿A dónde vamos?

— ¿No te acuerdas? Le dijimos a los chicos que acompañaríamos a sergio donde su tía — Lando le sonrió y siguió empujando al castaño.

Aunque entre las varias características de Charles se encontraba el ser despistado, él podría jurar que jamás dijo nada de acompañar a sus amigos a ningún lado. Pero prefirió guardarse el comentario y seguir la corriente. ¿Qué tan malo podría ser? Aparte, le gustaba la tía de Sergio. Era algo "extraña", pero siempre tenía cosas interesantes que contar.

Charles y sus amigos cursaban su penúltimo año de secundaria y todos se conocían desde primaria. En realidad, casi a la mitad de su grupo curso los conocía desde primaria. Todos fueron al mismo colegio,y todos se cambiaron a la misma secundaria. Varias veces bromeaban entre ellos de que, lo más seguro, todos terminaran yendo a la misma universidad.

—¿Y qué le llevas a tu tía hoy, Sergio? — preguntó Lance, mientras se alejaban del establecimiento.

—  Mi mamá me pidió que le llevara un libro de cocina. Últimamente está muy interesada en la comida china.

— ¿Pero no que tu tía vivió en China hace unos años atrás — comentó asombrado Charles .

— Sí, pero dijo que para no olvidarse de sus raíces solo comió ahí comida Mexicana — Sergio suspiró— Ya saben que mi tía es algo especial.

Los chicos sonrieron. Oh, sí, todos sabían que la tía Bianca era inigualable. Ella era la hermana mayor de la mamá de Sergio, y desde que terminó la secundaria dedicó su vida a viajar, ser fanática del té, llenar su casa con incienso y coleccionar colgantes y aros. Muchos la considerarían una hippie, bohemia o, directamente, una excéntrica. Sin embargo, Charles sabía que era extremadamente inteligente y sabia. Manejaba varios idiomas, tenía un título en ciencias políticas, y como pasatiempo, resolvía problemas aritméticos y crucigramas.

𝓪𝓹𝓹𝓪𝓻𝓮𝓷𝓽𝓵𝔂 𝓱𝓮 𝓵𝓲𝓴𝓮𝓼 𝔂𝓸𝓾 || ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora