𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 𝑵𝒖𝒆𝒗𝒆

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A estas alturas del año, Charles debía admitir que la sensación de ansiedad y nervios se estaba convirtiendo en algo de lo más cotidiano.

En especial los lunes por la mañana.

Lo único bueno de su situación ahora era que nadie sabía lo que estaba pasando. Nadie sabía la causa de sus angustias, ni el porqué estaba parado en el portón de su secundaría sin querer entrar. Bueno, nadie a excepción de Carlos, claro.

Pensar en él le producía una sensación entre dolor de cabeza,
matar a alguien, llorar sin parar y completa incredulidad.

Es que no era justo.

¡Realmente no era justo!

Acababa de salir de la vorágine de los correos y las mentiras, los rumores, las amenazas y, básicamente, toda esa basura en el que había estado envuelto en las últimas semanas y, de envuelto en las últimas semanas у, de la nada, sentía que volvía a caer en el mismo hoyo de nuevo. ¿Qué acaso no podía tener una tregua siquiera?

Aunque, por supuesto, sería todo mucho más entendible si supiera qué demonios era lo que estaba pasando por la cabeza de Carlos exactamente. ¿O es que ahora se puso de moda dar besos en la boca como despedida? ¿Y si fuese una tradición Española del que no era consciente? Charles no comprendía en lo absoluto por qué Carlos había hecho lo que hizo.

Y, francamente, no estaba muy seguro de si quería saber.

Ya el sábado en la tarde (después de salir un poco del shock) se le ocurrió contarle todo lo sucedido a Lando, pero sonaba demasiado increíble cuando ponía los hechos en palabras. "Oh, bueno, me estaba despidiendo de Carlos después de haberme ayudado y, en vez de despedirse como la gente normal, él me besa. No, no en la mejilla, en la boca...Y sí, de la nada...Claro, no nos olvidemos que ese fue mi primer beso... Y no, yo no lo busqué; él me besó a mí, no yo a él".

A quien quería engañar, ni él se lo creía. ¿Cómo le irían a creer los demás entonces? Ahora solo le quedaban dos opciones a seguir: Enfrentar valientemente la situación o ignorar olímpicamente lo sucedido. Y, después de mucho meditarlo, y porque era un cobarde confeso, se decidió por seguir la segunda opción.

Aunque no estaba muy seguro de cómo conseguirlo.

— Buenos días, Charles, ¿no entras? — lo saludó Gasly al llegar donde estaba.

"No, no entro porque no quiero ver a Carlos Sainz y preferiría estar escondido en mi pieza en vez de estar acá en estos momentos". Esa era la verdad, pero no podía decirle eso a Pierre, por mucho que se conocieran. Su situación era algo desesperada, pero no era necesario que su compañero se enterara de eso.

—Es que es lunes. Preferiría estar en mi cama y dormir hasta mediodía — se excusó el chico entrando finalmente al establecimiento con su compañero.

— Todos queremos eso— comentó riendo Pierre —. Pero el viernes es feriado, por el aniversario de la ciudad.

— ¿En serio? ¿Ya estamos a estas fechas? —preguntó Charles asombrado.

—¡Claro! El año ha pasado
rápidamente.

Perfecto, ese era un día menos que no vería a Carlos y, de pasada, serían dos horas de matemáticas que no tendría en su vida. Su humor cambió por completo ante esa perspectiva y sonrió por primera vez en lo que iba de día.

—¿Y cómo has estado? —preguntó de repente Pierre, ya entrando al edificio—  Digo, con lo de los correos y todo eso.

—Oh, bueno, lo sobrellevo lo mejor que puedo. Ni te imaginas lo difícil que es ser el novio del famoso Carlos Sainz —eso último lo dijo en tono de broma, pero un escalofrío recorrió su espalda al escucharse a sí mismo.

𝓪𝓹𝓹𝓪𝓻𝓮𝓷𝓽𝓵𝔂 𝓱𝓮 𝓵𝓲𝓴𝓮𝓼 𝔂𝓸𝓾 || ᴄʜᴀʀʟᴏꜱ ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora