Los Lake | 2

26 3 11
                                    

Holaaa! Cómo van mi gente?
Paso a pedirles disculpas -otra vez- por tardar tanto en actualizar. Pero aquí estoy.


Saludos, randoms, y que tengan una linda semana :D

-⁠ ✿⁠ ------------- ✿⁠ -

2×1!!!

¿Vas a acordarte? —preguntó ella. Su tono mexicano era bastante notorio, el dialecto argentino es bastante diferente.

Obvio, no te hagas drama —aseguré con una sonrisa.

Clara asintió, algo confundida y soltó un suspiro.

Gracias otra vez sonrió—. Solo... ten cuidado, ¿Sí? No me gustaría que nada pasara. Por favor puso una mueca.

Solté una risita y sacudí la cabeza.

Ni que fuera a hacer percha tu casa. Tranqui sonreí.

Enarcó una ceja, algo confundida pero asintió mientras sonreía.

Nos despedimos con un abrazo y me encaminé al bar. El día se presentaba perfecto para alguna actividad, y la mejor parte es que era mi día libre.

Oí pasos rápidos a mis espaldas, me volteé y me puse a la defensiva como buena y precavida latinoamericana y puse una mueca al ver que eran Jim y Toby.

—Pero si es el dúo dinámico —sonreí—. ¿Pasa algo?

—¡Lo arruinaste! —exclamó Jim.

Sin que dijera nada, ya sabía a lo que se refería. Solté un suspiro.

—Mira, Cazatrolitos —empecé—, no sabes ni la mitad de las cosas que yo sí, así que te recomiendo que no te quejes de lo que hago. Por primera vez, siento que puedo hacer algo para cambiar el final, y tú no vas a quitarme eso, ¿Bien? —enarqué una ceja.

—¿Final?

Solté un gruñido.

—¿Acaso tenías algas en las orejas cuando te lo expliqué en tu casa? —sentencié.

—Oh, claro. El final... Se me hace raro pensar que no somos reales —dijo mirándose las manos—. Bien, ¿Recuerdas que te dije que necesitaba hablar contigo? Bueno, ¿Podría ser hoy? Necesito tu ayuda con algo.

Enarqué una ceja, sonreí y asentí. Todo junto.

—Por supuesto. Cuenta conmigo en lo que necesites. Y siéntete halagado, no acostumbro a hacerlo con cualquier persona que me ata a una silla —sonreí divertida—. No es como que me haya pasado más de una vez, pero no lo haría.

Su azulada mirada se suavizó.

—Eres rarita, pero me caes bien —sonrió. Yo lo hice de igual manera.

Al final, quedamos en que nos veríamos en su casa a las cinco. Accedí y luego de eso nos separamos.

Dios mío... que vergüenza... Digo, no todos los días hablas con uno de tus primeros amores platónicos. Es decir: ¡Es James Lake! El Cazatroles y protagonista de mi saga favorita.

Yo En Relatos De Arcadia | Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora