¡Malteada con las chicas! | 1

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Miércoles por la mañana. Me desperté más temprano de lo habitual para poder ganar un poco de agua caliente y así ducharme. Usé la misma ropa y salí con el pelo húmedo.

Cociné algo rápido, Zoe no estaba en el bar, así que no tuve mis panqueques mañaneros. Lo único que encontré en la cocina fué una nota con mi nombre.

»Niña rara, la única que hay. Douxie me dejó encargada de darte esto, pero me surgió un problemita, por lo que no podré dártelo personalmente«

Debajo, había una flecha apuntando a unos libros y un estuche con unos lápices.

Sonreí. En serio debía darle más crédito a Douxie después de esto.

Guardé las cosas en la mochila y salí del lugar.

Caminé en dirección a la escuela, a paso lento pero seguro.

Andaba distraída, pensando en mis cosas cuando me choqué con... Toby.

En serio, creo que soy la persona más desafortunada.

Mierdamurmuré mientras lo miraba fijamente.

Tobías estaba en el suelo, mirándome con el ceño fruncido.

—Tú —exclamó con mala cara.

Me miré todo el cuerpo de manera irónica.

—Sí, creo que soy yo —dije, de nuevo, en forma irónica.

—¡Ayer huíste! —exclamó en un tono de voz muy alto y mientras se ponía de pie.

—No me digas —ese día revisaba sarcasmo—. Creo que si no hacías el comentario, no me daba cuenta —puse los ojos en blanco.

Me puso mala cara y yo solo lo ignoré, siguiendo mi camino. No tardó en seguirme, a lo que yo suspiré.

—¿Que quieres? —dije sin dejar de caminar, mirando un punto fijo en frente.

—Solo los culpables huyen —declaró con los ojos entrecerrados y apuntandome con el dedo.

Comencé a reírme.

—No tienes idea —dije, y aceleré el paso.

Si supiera que robó una patrulla, y escapó de la policía —varias veces—, yo creo que su perspectiva cambiaría bastante.

Llegué a la escuela, con Tobías pisándome los talones. Lo dejé atrás cuando él vió a Jim y se acercó. Cuchicheban entre ellos mientras me miraban.

Puse los ojos en blanco y entré a la escuela, intentando ignorar las constantes miradas que sentía a mis espaldas.

Me acerqué a Darci, que charlaba con Mary y Clara cerca de la entrada.

—Hola —saludé con una sonrisa.

—Hola, Elizabeth —sonrió Clara.

Imité el acto otra vez.

—Hoy tenemos pensado ir a tomar algo al centro, ¿Quieres venir? —Darci ladeó la cabeza con curiosidad.

Una sonrisa dulce le invadía los labios.

Miré hacia atrás un momento, los chicos seguían ahí. Me encogí de hombros.

—Claro, me haría bien salir un rato —dije, volviendo a mirar al grupito.

—Yo no puedo, chicas, perdón —se disculpó la pelinegra—, ¡Pero Tom por fin me invitó a salir! ¡Y Ryan dijo que pasaría por mi para ir al cine! — exclamó con expresión de fascinación en los ojos.

Yo En Relatos De Arcadia | Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora