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- Lisandro Martínez -
***
Mi hijo me había pedido cientos y cientos de veces ir a un partido de la selección argentina. Lo había llevado a los partidos de todas las selecciones y solo quedaba una.
Le encantaba el fútbol y le prometí llevarlo a al menos un partido de cada selección este año. Ya iba a acabar el año y lo prometido era deuda.
-¿Estás ya? -le pregunté a mi hijo.
-Y dale ma, soy yo el que te esperaba a vos -se quejó.
-Ay mi pequeño hombrecito -lo cargué en brazos.
-Ya soy un niño grande -me dijo.
Tan solo tenía cinco años, y ya sabía más que yo de fútbol.
-Claro que sí, pero vamos ya que se nos hace tarde.
Fuimos en coche y llegamos media hora antes.
Escogí asientos de primera fila para mi niño pudiera disfrutar.
-¿Tenes hambre gordo? -le pregunté.
-Sí ma -asintió y le di su bocadillo.
-Mordé -le ofrecí.
-Que rico ma -me dijo mientras comía.
-Me alegro que te guste -sonreí.
En un momento vi como salíamos en la pantalla del estadio y mi hijo saludó con la mano, en la radio escuché lo que hablaban.
"Y viste, el fútbol no es algo de padres e hijos, las mamás también acompañan".
"Y nada mejor que con un buen bocadillo que te traiga mamá, son los mejores" los comentaristas charlaban.
"Chicos, ella es Fiorella Dámaso, fotógrafa internacional y expareja de uno de nuestros titulares hoy de la selección, Lisandro Martínez".
"Bueno, no molestamos más a madre e hijo".
Dejaron de hablar con nosotros y apagué el móvil.
-Mami, ¿crees que van a ganar? -me preguntó mientras seguía con su bocadillo.
-Y claro que lo creo, la selección argentina es la mejor -contesté.
Yo era argentina de nacimiento, mis papás eran argentinos también, pero mi hijo nació en España a pesar de tener este tan característico acento que heredó de mí.
Teníamos residencia en España pero también en Argentina, no quería que mi hijo estuviera lejos de sus abuelos.