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Volví a la celda luego de haberme tranquilizado, hablar con ese tal Heeseung había logrado subirme el ánimo. Al entrar me sorprendí al ver a Yeonjun en su litera leyendo ¿Un libro? Sinceramente ni siquiera sabía que podía leer el alfabeto completo.

-¿Qué lees?- Pregunté parándome de puntitas al lado de la litera para intentar llegar a leer la portada del libro que el pelinegro se encontraba leyendo. Él se encogió de hombros y miró la portada

- "El Convicto"- Dijo relatando lo que decía en la tapa.

-¿Y de que se trata?- Pregunté ya más animado de que no me haya pegado aún.

-Mmm...No lo se- Se encogió de hombros.- Apenas voy por la primera página- Dijo y tiró el libro a un costado para luego posar su vista en mí.

- ¿Ya me vas a decir que te pasa? ¿O tendré que esperar todo el puto día?- Preguntó y yo suspiré. Me subí a su litera y me senté a su lado, acto que al parecer lo sorprendió, pero no se movió ni un centímetro.

-Realmente no creo que tenga importancia para ti...-Admití encogiéndome de hombros.

-Ya dime qué mierda te pasó, niño- Dijo algo impaciente.

-Bien...- Tomé aire al recordar lo ocurrido y lo miré, fruncí mí ceño al notar que al mirar aquellos orbes color café lograba tranquilizarme, algo completamente extraño, ya que la personalidad del pelinegro era algo que realmente me ponía nervioso, pero sus ojos...algo raro había en ellos que lograba calmarme en todo momento.

-Maldita sea ¿Vas a decirme, o que, niño?- Gruñó. Movi mí cabeza de lado a lado intentando borrar los pensamientos recientes y asentí

- Sí, sí...Bien. Un guardia vino hoy a la celda, cuando tú te fuiste a entrena-

-¿Te hizo algo?- Preguntó Yeonjun, algo ¿Molesto? No lo creo.

- No. Escucha, vino el guardia y me dijo que lo acompañe, que había alg-

- ¿Y tú lo acompañaste?- Gruñó otra vez y yo ya comenzaba a perder La paciencia.

- ¡Sí! ¡Déjame terminar la historia!- Suspiré y él asintió volviendo a prestarme toda su atención.

- Bien. El guardia vino y me dijo que lo acompañara, que había alguien que quería verme y qu-

-¿Quién era?- Preguntó interrumpiéndome...Otra vez. Tomé aire y mordí mí labio al recordar la cara feliz de mí mamá al verme, y sentí como mí corazón se partía, entonces busqué sus ojos y al conectar mi mirada con estos me tranquilicé y pude seguir hablando.

- E-Era mí mamá...- Hablé entrecortado por el nudo en mí garganta. El de quedó en silencio y me miró para que proceda con la historia.- E- Ella vino a verme, s-si necesitaba algo, y-ya sabes- El asintió y yo seguí con mí historia.- P- Pero...Yo no...Yo no podía, Yeonjun...- El nudo en mí garganta cada vez se hacía más fuerte, el pelinegro era con la primer persona con la que lo hablaba, y realmente me costaba hablar de cómo de un momento a otro le dije a mí propia madre, quien me crió por toda mí vida con un fuerte amor, que quería sacarla de mí vida.- Y-Yo...Le dije que se alejara de mí, que jamás volviera a buscarme, que ya no quería tener nada que ver con ella...- Finalicé y una lágrima rebelde corrió por mí mejilla.

Tal vez era por el frío de aquella noche, tal vez era por mí reciente "pérdida", o tal vez, simplemente fue porque lo deseaba...más bien, lo necesitaba. Y tal vez esa fue la razón por la cual hice lo que hice. -Yeonjun...- Hablé bajo y noté como su mirada se posaba en mis ojos y me daba esa calma que tanto necesitaba en esos momentos.

-¿Mmm?- Dijo mirándome atentamente, más bien, a la lágrima que corría por mí mejilla, mirándola con ¿Odio? Tal vez.

- Bésame.

EL CONVICTO - YeonGyuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora