CAPÍTULO DIEZ (+18)

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SAKURA.

Estuve flotando como una hoja de árbol que tarda en caer. El viento soplo a mi favor por muchos días evitando alguna caída fatal. El peso de esa tarjeta fue como una piedra que me hizo recordar que a la gravedad no se le desafía. Todo tiende a caer por su propio peso.

La tarjeta arrugada entre sus dedos me dio a entender que estaba en su poder desde hace varios días. Sin ser consiente de como desapareció de mí. No fui lo suficientemente cuidadosa para deshacerme de ella. Podía verlo a los ojos sin ni siquiera titubear, esa afilada mirada que trataba de analizarme podía dar miedo a cualquiera, intimidar a un culpable.

¿Yo era culpable?

¿De qué exactamente?

— Para mi es obvio que lo conoces, ¿dime si justo ahora no eres una traidora? ¿Por qué diablos tienes su número? ¡Contesta! —exigió rompiendo la tarjeta en pequeñas partes.

La grotesca caligrafía en el papel era un montón de números rotos que no se podían descifrar. Ahora más que nunca estaba segura de que había un trasfondo. El señor Uchiha no puede reaccionar de esa manera por algo que no vale la pena, es muy meticuloso con el mundo que lo rodea, la mafia no es un tema que me hable abiertamente, ni siquiera me ha dicho su nombre.

Desafié esa mirada furiosa realzando mi barbilla.

— Él me ofreció su ayuda con ese número, estaba ahí justo el día en que vi a mi hermana. Su ayuda, nunca lo tome en cuenta ¿Te sirve mi respuesta?

Evite sus obsidianas enfocándome hacia el frente, huyendo de ese momento que se estaba poniendo tenso. Su palma atrapo mi nuca para acercarme hacia él, sin poder reaccionar a la defensiva, solo la sorpresa apareció en mi rostro.

— Espero que digas la verdad, Sakura, de lo contrario juntarte con Naruto puede joderte sin siquiera meter las manos.

— ¿A qué te refieres?

— A que si él llega a obtener información de nosotros me encargare de que nunca salgas del país y no puedas deshacerte de la mafia. ¿Oíste, pequeña?

Pego sus labios a los míos en un beso lleno de hambre, al menor descuidado introdujo su lengua haciendo olvidar que hace un momento sus palabras fueron de total amenaza. Correspondí con la misma fuerza que me arroyaba a disfrutar de lo que me estaba volviendo adicta. Su sabor a vino caro me hizo soltar un gemido involuntario, mostrándome cuan débil soy ante una simple caricia suya.

Cortó el beso ante la falta de oxígeno, jadeando me dijo:

— Si estas en sus manos no podre protegerte. —Su pulgar se deslizo por la longitud de mi labio inferior, sus ojos ascendieron hasta mi mirada que no perdía detalle de la suya. — ¿Lo entiendes, cierto?

Asentí aun aturdida por todas emociones juntas.

— Si...

Lo único que entendí es que no podría traicionarle, ¿de qué forma? Si es el único que me mantenía flotando en un mar inmenso de enemigos, aunque el fuera uno de ellos.

Esa misma noche compartí cama con el señor Uchiha. Me guio con besos hasta su recamara, no dudo en quitarme el vestido hasta dejarme desnuda. Beso cada parte de mi piel que ardía junto a la suya, estimulo mi zona sensible que con cada embestida lograba que fuera completamente presa de sus caricias. Dopada de placer toca mis senos sensibles, siento entre mis dedos su cabello suave dejándome envolver por su aroma.

¿Por qué no lograba pensar en nada que no fuera este momento? ¿Olvide su comportamiento de hace rato?

Mi mente estaba en un trance muy débil. Hipnotizada por su atención me deje guiar. Podría sentirme culpable mañana, pero hoy quería que solo él pensara en mí.

NO DEBERÍAS   (SasuSaku) En Emisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora