CAPÍTULO CINCO

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SAKURA

El timbre empezó a sonar sin parar. Sonando desesperadamente y retumbando en todas las paredes a mí alrededor. Joder. Fue como activar alarmas de que estaba escondida justo aquí, en serio trate de no hacer ruido, pero fue imposible con lo distraída que me he puesto. Con las preguntas que me surgían una tras otra, era difícil concentrarme. Todas y cada una de ellas tenían motivo: El señor Uchiha.

Pasadas más de las 48 horas desde que se fue, mi mente no dejaba de nombrarlo. Casi estaba por regresar y eso me puso aún más nerviosa.

Fui tan descuidada que justo cuando sonó el timbre por primera vez hice un desastre en la cocina. Las ollas cayeron y mi tobillo se lesiono al caerme por el aceite que derrame. Y todo ese ruido alarmo a la persona de afuera, que ahora insistía por que le abriera. Estaba un poco asustada, no tenía idea de que hacer. ¿Y si me han encontrado? ¿Esconderme no fue suficiente? Estaba segura que nunca pasaría desapercibida por la mafia, con ella no se juega.

Estaba completamente sola en el departamento, no tenía más apoyo que el mío para levantarme e huir. El dolor era terrible que al mínimo intento por ponerme en pie, volvía a caer. Tape mi boca callando mis gemidos para que no me descubrieran, e intente arrastrarme por el piso.

— Uchiha, ¿Estas bien?

Me sorprendí al escuchar la voz de una mujer del otro lado de la puerta. Se notaba preocupada, y luego de su voz el llanto de un bebe la hizo dejar de tocar el timbre.

— Sé que estás ahí, abre la puerta. —La mujer dejo a un lado el timbre y opto por golpear la puerta e intento abrir por su cuenta, pero era imposible, ya que el señor Uchiha se aseguró de que nadie pueda abrir, más que él.

Seguí arrastrándome, pero esta vez me acerque a la puerta.

— ¿Uchiha? —llamo una vez más y siguió golpeando la puerta forzándome a que la abriera. ¿Qué debía hacer? No la sentía una amenaza, con él bebe en brazos dudo que pueda hacer mucho.

— Deje de golpear la puerta... —Mi voz salió débil, pero escucharme la detuvo y después, tardo unos minutos en responder. Ahora yo sonaba como la amenaza.

— ¿Quién eres? ¿Y el señor Uchiha? —Ahora yo pase a ser la amenaza.

— Primero, dime quien eres tú ¿y porque tocabas la puerta?

— Yo vivo enfrente, quería verlo y luego sonaron muchas cosas caer y pensé que le había sucedido algo, oh espera ¿estás bien? ¿Puedo ayudarte?

Escucharla me quito un peso de encima, se oía amable. No resulto ser la mafia, de lo contrario ya hubieran abierto la puerta de una patada.

— Me caí y al parecer me hice un esguince en el tobillo, no es grave. —Me hice a un lado y quite el seguro dejando que entrara.

Lo que vi en seguida fueron unos tacones, muy altos para mi gusto, pero ella parecía manejarlos a la perfección. Eran unas zapatillas deslumbrantes sin lugar a duda, hacía que resaltaran sus largas piernas que la abertura de su vestido dejaba ver.

— Oh por dios. —Cuando me vio no dudo en poner a su bebe a un lado para ayudar a levantarme. Con mucho esfuerzo y su apoyo logro ponerme en el sillón. Después, volvió a cargar a su pequeño y me di cuenta que también tenía una bolsa llena en la otra mano.

— Gracias —musite.

Asintió regalándome una pequeña sonrisa. La mujer miro a su alrededor explorando lo que su visión le permitía. Su expresión me decía que nunca ha estado en el lugar, pues giro para apreciarlo mejor. Era una mujer muy guapa de larga cabellera rubia, justo como una modelo, de delgada figura y curvas exuberantes.

NO DEBERÍAS   (SasuSaku) En Emisión Donde viven las historias. Descúbrelo ahora