FOREVER - JASPER HALE

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El jeep negro estaba estacionado frente a la casa. Jenna no paraba de acomodarse los finos guantes de sus manos mientras veía aquel vehículo, tenía nervios del primer día, tenía una corazonada que no le estaba ayudando mucho.

Hoy era 1 de Octubre, Jake tocó la puerta de la recámara de su hermana y al estar entre abierta pudo notar como ella se pellizcaba una y otra vez el brazo mientras acomodaba sus guantes que le llegaban a la muñeca.

— ¿Todo bien? — se acerca a la ventana para hacerla mirarlo a los ojos — Esos idiotas hablarán siempre, pero nosotros somos los Clensen, somos mejores que ellos —

— Me preocupa no controlarlo — arruga la nariz y Jake la toma de las manos.

— No me estás haciendo daño ¿o si? — ella lo mira con una mala cara pero ocultando una mini sonrisa.

— Sabes a qué me refiero — ella vuelve a voltear al bosque frente a la casa en su otra ventana — Pero tienes razón, somos los Clensen.

Ambos adolescentes bajaron para ver a su tío prepáreles dos licuados y meter la sustancia en un bote de metal. Se los dio y ambos lo guardaron en sus mochilas.

También le tendió a la chica 4 jeringas que ella guardó rápidamente en su mochila y John le dio por si acaso dos a Jake.

— Recuerden, no se dejen intimidar por ninguno de ellos — ambos asintieron mientras caminaban fuera de la casa — Y otra cosa, no quiero a ninguno de los dos, cerca de esa familia, ¿de acuerdo?

Una vez afuera Jake le abrió la puerta a su hermana y se aseguró que tuviera todo para cerrar la puerta.

— Espera — dice deteniéndolo pues ya estaba por prender la camioneta — Se me olvidaron mis anillos — el chico rueda los ojos y se baja de nuevo a la casa para ir por ellos.

— Algo más, ¿princesita? — lo mira divertida y niega — Vamos entonces.

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Desde aquella mañana, Jasper caminó más alegre de lo normal a la cocina donde se encontró a toda su familia — Debo ir al hospital más temprano, hoy tenemos un nuevo integrante que ayudará cuando haya casos extremos, solo debo darle la bienvenida y hará su trabajo desde casa —

— Que te vaya muy bien, cariño — dice Esme dándole un casto beso en los labios.

- Adiós papá, suerte hoy - lo abraza con una radiante sonrisa Alice quien también estaba muy feliz, no solo por su hermano sino por ella.

Rosalie le da una sonrisa a su padre y después el rubio logra cruzar miradas con su hijo — No te atrabanques hijo, ella ya está aquí, no se irá a ningún lado —

Y es que era verdad, todos estuvieron escuchando varias maneras por la madrugada en la que Jasper podía entablar una conversación con su compañera. O incluso estuvieron escuchando sus pequeñas risas risueñas imaginándose lo linda que sería ella.

Pero sin duda el que tuvo que salirse unas horas al bosque fue Edward, no le molestaban los pensamientos de su hermano, estaba feliz por él, pero lo agobiaba un poco el mismo tema durante todo un día seguido, ahora será más normal y deberá acostumbrarse a eso, pero no lo culpen, ya estaba acostumbrado a que su hermano apenas tuviera pensamientos, solo ocupaba su mente con los demás estudiantes.

Los Cullen subieron a sus automóviles para dar paso al camino directo a la escuela.

Todos iban con una emoción muy distinta a otros días, Jasper en general, estaba nervioso, ansioso y feliz.

Ya antes hace más de 100 años, Alice le había dicho cómo se iba llamar su compañera pero realmente perdió la esperanza desde hace mucho. Ahora solo añoraba para que ella estuviera frente a él por fin.

No importaba si él tenía que convertirla o si ella ya era vampiro, solo la quería a ella.

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Todos estaban en el estacionamiento, fue una noticia grande y rápida de liberar hacia todo el pueblo de Forks que una familia nueva llegaría.

La noticia de los padres de los Clensen realmente había quedado en el olvido, como si no hubiera pasado, así que nadie realmente se acordaba que ellos eran los hijos.

El apellido para los humanos podía ser solo mera coincidencia.

El gran jeep negro se dio a la vista para todos ahí, los hermanos ya notaban la mirada en ellos.

— Tu espera ya termina hoy hermanito, ella llegará en dos minutos al fin —

En el camino Jake y Jenna mantuvieron sus pensamientos en bloqueo. No querían que el integrante de la familia Cullen pudiera leer algo que no debía.

Antes de bajar a la camioneta ellos se vieron entre sí, Jake toma las manos de su hermana y se da cuenta que están heladas, las acerca a su boca para aventarle aire caliente y ella pueda estar más relajada.

Los dos estaban nerviosos, pero solo faltó que Jake la mirara con una sonrisa ladina llena de ego para que Jenna también hiciera lo mismo.

Ambos bajaron, Jake se colocó su chaqueta de cuero mientras Jenna llevaba una falda negra pegada con medias negras y botines del mismo color, con una blusa pegada a su cintura sin mangas verde militar, y por supuesto, sus guantes y anillos puestos.

Jake llevaba en mano la chaqueta de cuero más pequeña para su hermana que le daría apenas entrando al edificio.

El pelinegro colocó su brazo por los hombros de su hermana mientras caminaban sin voltear a ver a nadie — Como te encanta hacer una escena — dice ella mientras caminan, claro que los Cullen los estaban escuchando.

— Linda camioneta — un chico les dice embobado en ella.

— Linda seguirá siendo tu cara si dejas de mirar a mi hermana — el chico del comentario agachó la cabeza con miedo, no sabía cómo es que aquellos hermanos intimidaban.

Nadie lo sabía en realidad, ni siquiera los Cullen, ellos dos eran dos dioses o hijos de Afrodita, su belleza era incluso más bella que la de los chupa sangre, estaban robando la atención de todos, incluso de ellos.

— Se ven irreales — dice Rosalie.

— ¿Qué es lo peor que podría pasar? Se ven perfectos pero dudo que sean mejores que nosotros — menciona Emmett.

Y por favor, a los Cullen también les gustaba competir, pero no cuando la compañera de su hermano estaba ahí.

Jasper por su parte sintió una punzada en su no latente corazón, como si la pieza que le faltaba para ser extremadamente feliz o sentirse completo hubiera llegado, y es que, sí llegó. Jenna ya había llegado, la espera de Jasper había valido la pena, pues el rubio no pudo creer que tal chica fuera real.

Jenna era hermosa, en todo sentido de la palabra, mentiría si no le daba celos como todos los demás podían verla con tanta atención y morbo, incluso pudo notar que sus hermanos quedaron un poco embobados con ambos. Sus hermanas de igual manera.

Sea lo que sea, ella ya estaba ahí, su compañera había llegado, el latente corazón de la chica lo escuchaba como música en sus oídos, era un pulso relajante y sereno.

Jasper sonríe junto con su familia para adentrarse a la escuela como hace minutos hicieron los nuevos.

Vaya, ya quería conocerla, escucharla, reír con ella y hacer todo. Pero debía ser paciente, ¿qué es esperar un poco más?

Gomixkill