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Durante aquellos días desde que los Cullen supieron todo, habían dejado que la familia Clensen se quedaran a dormir con ellos por los días que quisieran.

Jenna era la que más se quedaba pues practicaba sus poderes detrás de la casa de los Cullen por el bosque, los vampiros la protegían así que su tío no tenía problema con aquello.

Habían descubierto otra posión que podían darle en el libro para que pudiera mantenerse más con vida.

Por supuesto que una de las razones por las que no ha tenido tantos ataques es porque Jenna mantenía su esencia cerca de ella.

Aún así, no significaba que su cuerpo no combatiera a cada hora del día el veneno dentro de ella.

Justo ahora Emmett y Edward la estaban cuidando mientras ella practicaba con las plantas.

Nadie ahí sabía realmente todo lo que ella podía hacer, dado que han estado todos ocupados para realmente ponerse a preguntarle aquello.

— Dale con más fuerza, pareces una bebé — Emmett se burla y el tronco en el que estaba sentado se movió abruptamente dejándolo en el piso en un segundo — Me callo.

Edward llevaba viendo dudativa a Jenna desde que su entrenamiento comenzó, además no podía concentrarse al máximo.

Según el azabache creía que era porque ella y Jasper no habían hablado desde aquella vez que supo que estuvieron juntos en el entrenamiento de ella.
Y eso fue hace dos semanas, ahora Jenna ya no sabía cómo seguir sin él.

El rubio se hizo presente alado de su hermano cubriendo el lugar del fortachón.

Jenna pudo percibir su aroma y una ola de tranquilidad le llegó, su esencia estaba ahí, se sentía llena ahora que sabía que el de rizos se mantenía viéndola.

— Tal vez debas hablar con ella — Edward inicia — Ya dejen de comportarse como unos niños cuando ambos se necesitan mucho más de lo que creen.

Jasper lo escuchaba pero no podía apartar la vista de su compañera quien ahora por fin se encontraba con llamas en sus manos, de vez en cuando quemaba un árbol pequeño convirtiéndolo en cenizas, después hacía crecer más árboles, a algunos les movía a propósito la rama o el tronco, luego nubes grises aparecieron y algunos truenos se escucharon.

Ambos fruncieron la cara, entonces ella era quien provocaba los cambios drásticos en Forks.

De un momento a otro Jenna se colocó de rodillas en silencio concentrándose en el suelo, sus manos tocaban la tierra y ninguno de los dos vampiros presentes sabían si hacer algo o quedarse quietos.

Un rayo logró espantarlos, cayó directo frente a ella, entonces supieron que Jenna lo había provocado. Al levantarse volteó a verlos a ambos, tenía los ojos brillosos de ciertas lágrimas que querían salir.

Ella ya no estaba soportando tenerlo tan lejos, ya no podía seguir con la idea de saber que estaba tan cerca de ella pero no a su lado como desearía.

Sabía que tenía que darse por vencido y renunciar a aquel juego de dejarle de hablar, sabía que para sacarse de dudas definitivamente debería sacar aquel collar rojo, pero ella ya sabía que era él.

Desde el primer momento que vio al Cullen lo supo, la manera en la que su corazón pareció detenerse, la manera en la que el tiempo y el espacio se dieron la tarea de hacer que ella se de cuenta que su encuentro detuvo todo a su al rededor, ella lo había encontrado desde ese día que sintió su presencia en el estacionamiento, desde aquel día que se presentó en su clase de literatura y aspiró su esencia proveniente a su frío y muerto corazón.

FOREVER - JASPER HALEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora