En un pueblo pequeño era fácil aparentar cualquier cosa fenomenal.
Para los Cullen era demasiado aburrido e interesante volver a iniciar nuevamente su rutina como años atrás.
La llegada de dos hermanos, colocará todo de cabeza, revolcará los coraz...
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Habían pasado dos semanas ya, lamentablemente, Jenna no podía alejarse de Jasper, Jake tampoco podía de Alice.
John ya tenía mucho mas plática con Carlisle y al rubio mayor le alegraba que por fin se llevaran bien, puesto que sería muy feo saber que sus hijos saldrían con sus sobrinos y que no sea del gusto del tío.
— ¿Podría invitarla a dar un paseo por el bosque? Nada malo — alza las manos de inmediato — Solo quiero enseñarte un lugar — la pelinegra asiente sonriéndole.
— Le avisaré a mi tío, ¿me pasas a recoger? — el chico asiente y ambos caminan por el pasillo para llegar a la cafetería.
Jenna no había tenido tantos pinchazos de muerte en estas semanas, y cuando los tenía era en casa, no quería pensar que influían en jasper, pero en parte si.
Solo que, no siempre podría ayudarle, estaba pasando a un nivel de delicadeza más fuerte y ella no lo notaba aún, pero su cuerpo estaba haciendo todo lo posible por combatir ese veneno dentro de ella.
— Jamás había dicho nada de tu collar — ambos se sientan con los Cullen y ella lleva su mano a él — Es hermoso, tu anillo también — el rubio le sostiene la mano para primero besar sus nudillos causándole una sonrisa para después admirar la pequeña perla Aqua.
— Me lo dio mi madre, ella — se queda pensando un momento, habían pasado tantas cosas y había pensado solo en el chico rubio que por un momento había olvidado a lo que venía a Forks — Le gustaba mucho la joyería, es todo.
Jasper asiente no muy seguro, sus emociones eran a veces muy confusas.
— Jenna, ¿cuando volverás a ir a la casa? Podemos jugar cartas, somos muy competitivos en aquello.
Jake y Jenna se ríen entre ellos — No pueden ser más que nosotros — el pelinegro habla y Emmett lo reta con la mirada.
— Concurso de fuerza, ahora — habla lento sonriéndole, sus hermanos le dieron la mirada de que no usará su fuerza vampirica para ganar y este con la cabeza asintió.
En cambio Jenna le decía lo mismo a su hermano.
— Uno, dos, ya — Alice alza la voz para que empezaran.
La pelinegra no pudo mirar hacia los demás, sonríe para ella misma, a todos ellos no les importaba armar una escena, solo vivían el momento, como le encantaba aquello.
Sintió la mano firme y dura de Jasper agarrarle su muslo, sin pasarse de la raya y vaya que eso le encantó mucho, más de lo que pensaba.
En menos de un segundo se puso nerviosa y Jasper sonrió al sentir su emoción, pero no pudo evitar morderse el labio y agachar la cabeza en una sonrisa ladina al sentir la necesidad de la chica hacia algo más.
