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𝐚𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: ninguna
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Eras una joven estudiante de artes escénicas con una pasión por el teatro. Tu universidad organizaba un evento especial cada año: una serie de talleres impartidos por actores profesionales.
Te enteraste por ciertos rumores que se esparcian por los pasillos qué uno de ellos sería nada más y nada menos que Kit Connor. Lo conocías bien, había capturado tu atención con sus interpretaciones naturales y carisma en pantalla, sin olvidar lo increíblemente guapo que era. No pudiste evitar emocionarte y contar los días que faltaban para que empezarán los talleres.
El día del taller finalmente llego y te encontrabas entre un grupo selecto de estudiantes ansiosos por aprender. Kit entro con una sonrisa cálida y un aire relajado que inmediatamente te hiso sentir cómoda. Durante la sesión, como a cada uno de tus compañeros te dedico atención especial, corrigiendo tus movimientos y el tono de tu voz con consejos expertos. Era evidente que disfruta enseñando y compartiendo historias divertidas.
Después del taller, algunos estudiantes se quedaron para hablar con Kit y hacerle algunas preguntas. Te uniste al grupo, con la intención de aprender más, mirando como respondía cada pregunta con paciencia, pero tus compañeras comenzaron a hacerle cumplidos directos, destacando lo impresionante que era en la pantalla y lo guapo que era en persona.
- ¿Cómo te preparas para tus papeles más desafiantes? -, preguntó una de ellas, con una sonrisa coqueta.
Kit respondió y compartió algunos de sus métodos de preparación. - Intento encontrar la motivación detrás de cada personaje. Es como descubrir un nuevo mundo cada vez- explicó, mirándote brevemente para asegurarse de que estabas siguiendo.
Sin embargo, su tono cambió sutilmente cuando una de tus compañeras sugirió que debería hacer una película de romance ardiente lo más pronto posible.
- Quizás en el futuro, ¿quién sabe? - respondió con una risa forzada, pero luego dirigió la conversación hacia otro tema más neutral.
El comentario te hizo sentir incómoda. Observaste cómo las otras chicas parecían más interesadas en coquetear que en aprender de verdad. Decidiste intervenir para cambiar el tono de la conversación.
- Me encantaría saber más sobre cómo trabajas tus emociones con tu personaje en escenas intensas - preguntaste, esperando desviar la atención hacia temas más profesionales.
Kit te miró a los ojos, agradecido por cambiar el enfoque. La conversación se volvió más profunda y significativa. Hablo sobre la importancia de la vulnerabilidad en la actuación y cómo cada experiencia personal podía enriquecer una interpretación.
A medida que los otros estudiantes se iban, Kit y tú continuaron conversando. Descubriste que tenían intereses similares fuera del teatro y compartieron anécdotas de su propia vida. Te sentiste genuinamente conectada con él, más allá de su fama o atractivo físico.
En un momento dado, mientras discutían sobre una obra clásica que ambos admiraban, viste cómo entraba una chica rubia con un vestido ajustado y una sonrisa coqueta. Se acercó a Kit con confianza, interrumpiendo su conversación contigo.
- ¡Hola, Kit! ¿Vienes con nosotros a tomar algo? - dijo con una risa ligera, posando su mano en su hombro de manera descarada y con su otra mano señalando a su grupo que se encontraba en una esquina esperándola.
Kit la miró brevemente y luego volvió su atención hacia ti, una leve incomodidad visible en su expresión. - Lo siento, pero estoy en medio de una conversación muy interesante aquí - respondió cortésmente pero con firmeza.
La chica rubia frunció el ceño ligeramente, pero se marchó sin decir una palabra más. Observaste cómo Kit suspiraba, claramente molesto por la interrupción.
- Lo siento por eso - te disculpaste, sintiéndote culpable por la situación incómoda.
- No te preocupes. Es solo que a veces las personas no entienden cuándo es un buen momento para intervenir - respondió Kit con una sonrisa suave, tratando de disipar la tensión.
La noche continuó y ambos siguieron conversando animadamente.
Cuando finalmente te despediste para irte a casa, Kit te detuvo con gentileza. - Oye, ¿te gustaría ir a tomar un café o algo así algún día? - preguntó, con una mirada esperanzada en sus ojos.
Sonreíste, sintiendo un cosquilleo de emoción en el estómago. - ¡Claro! Me encantaría - respondiste sinceramente.
Después de unos días decidieron reunirse en un café que resultó ser un lugar encantador y acogedor en el centro de la ciudad. Las mesas estaban adornadas con pequeñas velas parpadeantes y flores frescas, creando una atmósfera íntima y romántica.
Mientras esperaban sus bebidas, Kit y tú charlaban. Descubrieron una pasión compartida por la música y discutieron las últimas películas que habían visto. A medida que la conversación fluía, te sorprendió lo fácil que era hablar con él, su sentido del humor y la forma en que te hacía sentir cómoda y entendida.
- Es increíble lo rápido que pasa el tiempo contigo - comentó Kit, sonriendo con ternura mientras jugaba con una servilleta.
- Lo sé, parece que acabamos de sentarnos - respondiste, devolviéndole la sonrisa. - Me encanta pasar tiempo contigo -
Los ojos de Kit brillaron con sinceridad. - Yo también disfruto mucho estar contigo - dijo suavemente.
La camarera trajo sus cafés y ambos disfrutaron del cálido aroma mientras continuaban compartiendo historias. Kit habló sobre sus experiencias en el set de su última película, revelando detalles divertidos y momentos emotivos detrás de escena.
- ¿Y tú qué sueñas hacer en el futuro? - preguntó Kit, mostrando un genuino interés en conocerte más allá de la superficie.
Te tomaste un momento para pensar. - Quiero viajar por el mundo y explorar diferentes culturas - compartiste finalmente. - Además de seguir actuando y tal vez dirigir algún día -
- Eso suena asombroso - respondió con admiración. - Me encantaría acompañarte en esas aventuras -
Tu corazón dio un vuelco ante sus palabras sinceras.
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