Alysanne, la única hija de la princesa heredera Rhaenyra, siempre había sido lo que se espera de una princesa; poseía gracia, belleza, era educada y correcta, pero a pesar de su nombre ser Velaryon, la sangre Targaryen también corría por sus venas.
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𝑷𝒆𝒒𝒖𝒆ñ𝒐 𝑻𝒊𝒈𝒓𝒆
Rhaenyra caminaba por la fortaleza buscando por su hija mientras acariciaba su vientre abultado, cada día se hacía más cercana la fecha de parto y la verdad estaba ansiosa que llegara pronto.
Ya había buscado a Alysanne en su cuarto, en el patio donde se encontraba aquel viejo árbol, también le habían informado que en Dragon Pit tampoco se encontraba; últimamente su hija era bastante escurridiza, se desaparecía por horas y no sabía dónde, aunque en ese momento recordó que una de sus doncellas había dicho que hace unos días vio a la pequeña asistir a menudo a la biblioteca. Por lo tanto, encaminó sus pasos hacia ese lugar, sonriéndole a los que reverenciaban al verla.
Subió el último tramo de las escaleras hasta que visualizo la puerta de la biblioteca; al abrirla se adentró con la intención de llamarla, pero cuando estaba por llegar al área de asientos y mesas en el cuarto, decidió silenciar y mirar escondida detrás de una de las estanterías. Así que en eso ocupaba sus horas su única hija.
Pudo vislumbrar a Alysanne acompañada del hijo menor de Alicent; ambos le daban la espalda, pero notó que tenían un libro en el medio. Su hija estaba arrodillada en la silla, una posición no adecuada para una princesa, pero la silla le quedaba muy incómoda para su estatura, cosa que como madre le dio ternura.
Los niños hablaban animados sobre lo que leían, incluso distinguió que hasta debatían como dos adultos. Rhaenyra sonrió para finalmente alejarse de allí sin molestarlos, imaginando lo que si antiguo amiga pensaría al ver a sus hijos juntos.
Pero ella claramente no sabía que Alicent ya los había visto en la misma posición, y también los había dejado continuar con aquella extraña amistad ya que no supo cómo actuar en ese momento.
Alysanne y Aemond llevaban aproximadamente dos semanas de citas de lectura, incluso ya habían logrado leer todo un estante completo. A pesar de no ser libros completamente aptos para niños, ambos encontraban entretenido leerlos y después discutir sus puntos de vista con el otro, se podría decir que habían ya generado un vínculo amistoso.
El niño de cabello platinado incluso se había comenzado a relajar en su presencia y no estar constantemente a la defensiva, además ayudaba el hecho de que decidieron mantener sus reuniones solo para ellos dos. Sabían que la relación entre sus familias, sobre todo con sus madres, no era la mejor, él estaba seguro que su hermano se burlaría de ambos y esa era otra razón por la cual prefería el secreto.
Por ese día habían terminado pero cada uno se llevó a sus cuartos un libro; Alysanne recomendado por Aemond, y Aemond recomendado por Alysanne.
Finalmente se despidieron para cada uno partir por su lado.
Alysanne al llegar a su cuarto dejó el libro en su mesita de luz para prepararse para la cena que siempre compartía con sus padres y hermanos, luego se dirigió al cuarto de su abuelo para desearle buena noche como cada hora del lobo.
Una vez en su cuarto, tomó un baño, se colocó su pijama y se acostó en su cama. ¿Pero iba a dormir? Claramente no. Estiró sus manos hacia el libro en su buró para comenzar a leerlo, perdiendo total noción del tiempo.
Ya había consumido un cuarto del libro y sabía que era muy tarde, que debería estar durmiendo en vez de leer, pero es que estaba entretenida. Pero cuando golpearon a su puerta ella había pensado que su madre había llegado a regañarla, y cuando vio a su pequeño hermano asomar su cabeza por la puerta suspiro con alivio y le indicó que podía acercarse.
Cerró su libro dejándolo dónde estaba antes, así le hacía lugar en su cama a su hermano menor que rápidamente se acostó a su lado con el peluche que ella había logrado confeccionar con ayuda de su maestra el día que supo que su madre esperaba un bebé.
- ¿Qué pasó, pequeño tigre? - Si bien su familia materna el animal representativo era el dragón, para ella, Luke era su pequeño tigre.
- Tuve una pesadilla. - Dijo Lucerys en un murmuro. - Iba a ir con Jace, pero vi que estabas despierta.
- ¿No le dirás a madre, verdad? - Alysanne lo vio negar con su cabeza, entonces le sonrió. - Bien.
Ella los tapó a ambos para luego apagar una de las dos velas que tenía prendida, sabía que si su hermano había tenido una pesadilla no querría estar a oscuras; ella se recostó quedando frente a frente con una sonrisa, entonces notó su semblante.
- ¿Qué sucede Luke?
- Nada. - Claramente no decía la verdad.
- Príncipe Lucerys, puede ser aprisionado por decir mentiras. - Dijo bromeando, aunque su hermano rodo sus ojos. - Ahora sé sincero.
Luke lo pensó en unos segundos; se sentía avergonzado por sus preocupaciones, pero su hermana siempre lo escuchaba sin burlas. Bueno, ninguno de sus hermanos mayores lo hacía, tenían un buen lazo, aunque no lo pareciera.
- ¿Madre se olvidará de mí cuando el bebé nazca? - Preguntó finalmente con tristeza en su voz.
Alysanne le sonrió y lo abrazó, ella entendía esa sensación de miedo y de celos ante la llegada de un nuevo hermano, era algo válido y normal.
- Claro que no, siempre serás su pequeño Luke. - Le recordó ella con ternura. - ¿Sabes? Yo también estuve celosa cuando tú ibas a nacer. - Al ver el rostro ingenuo de su hermanito, ella asintió. - Y estoy segura que Jace lo estaba de mí.
- ¿Y qué hiciste, Aly?
- Te quise dar de comer a los dragones.
- ¿Qué? - Luke la observó con sorpresa y un poco de miedo ahora, pero Alysanne estalló en risas por la inocencia de su hermano.
- Era broma. - Dijo de manera tranquilizadora. - Cuando te conocí por fin, me sonreíste...- El recuerdo llegó a ella. - Sé que fue la mueca de cualquier recién nacido, pero para mí fue una sonrisa.
- Estoy seguro que sí sonreí. - Lucerys le sonrió con diversión. - Porque eres la hermana mejor hermana mayor que pude tener.
Alysanne se dejó abrazar por el pequeño, devolviéndoselo con cariño, después de todo era su hermanito menor y lo adoraba con todo su corazón. A Jace también lo quería tanto, era su sangre después de todo, pero su conexión con el pequeño era distinta y estaba segura que la relación entre sus hermanos también era distinta.
Ninguno de los tres sabía cómo vivir sin el otro, eran hermanos y amigos, la falta de uno sería doloroso para los otros dos.
--- Holi! Por primera vez hablando aquí Quería ir preguntándoles que les parece este fanfic 🤍 Ojalá les esté gustando como a mí ☺️ Nos vemos en la siguiente actualización!
