𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕯𝖎𝖊𝖟

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𝑬𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝑰𝒏𝒄𝒐𝒎𝒐𝒅𝒐

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𝑬𝒏𝒄𝒖𝒆𝒏𝒕𝒓𝒐 𝑰𝒏𝒄𝒐𝒎𝒐𝒅𝒐

Alysanne miraba a su familia que se había reunido para despedirse de ella, pero estaba siendo apresada por ambos lados de su cuerpo; Joffrey se había aferrado de su pierna izquierda y Lucerys de su cintura del lado derecho. Como pudo se despidió de sus hermanastras, ya que Baela también se iría pronto a Driftmark junto a su abuela.

— Aly no...— Murmuró su hermano menor con lágrimas en sus ojos.

— Quédate. — Agregó Luke al instante.

— Me iré una semana nada más, y es un viaje rápido. — Ella se agachó para tomar en brazos al pequeño para poder mirarlos a ambos a la misma altura. — Apenas se den cuenta que no estoy, ya estaré de vuelta. — Ambos la abrazaron aún más fuerte. — Los quiero.

Alysanne dejó un beso en la frente de cada uno para luego dejarlo a Joffrey sobre sus pies y ahora dirigirse a su hermano mayor, abrazándose mutuamente.

— Cuida a mamá y a nuestros hermanos. — Le dijo su hermana en un susurro.

— Y tú cuídate, no quiero que te pase nada. — Jace hablo en el mismo tono.

Al separarse, se sonrieron y ella lo vio colocarse junto a sus hermanos menores para luego dirigirse junto a sus padres. Daemon le recordó que tendría a alguien de su confianza que la estaría protegiendo durante toda su estancia y que, si lo requiere, que se defienda si es necesario y que él y su madre estarían a un vuelo de distancia.

Apenas terminó de hablar con él, la jovencita se colocó frente a su madre quien colocó una de sus manos en su mejilla con una sonrisa, acariciándola con su pulgar. Ahora que se marcharía sola por primera vez, notaba lo mucho que había crecido a pesar de tener tan solo 13 años.

— Issa riñītsos. — Mi pequeña niña murmuro Rhaenyra con orgullo de su hija. — ¿Estás segura de que quieres hacerlo?

— Así es...

— Bien. — La mujer inspiró profundamente para tomar su otra mejilla y besó su frente. — Lo ao jorrāelagon issa, pāsagon issa nyke jāhor gīmigon, Syrax se nyke jāhor gīmigon. — Si me necesitas, créeme que lo sabré, Syrax y yo lo sabremos.

Vayrmiraess nació de uno de los huevos que había anidado Syrax, por lo que, así como la conexión de Alysanne y su madre era un lazo fuerte, el de ambos dragones también. Si su hija estaba en problemas, su dragón lo sentiría, y por lo tanto Syrax también y Rhaenyra igual y ambas acudirían a su rescate.

Madre e hija se abrazaron para finalmente dejar a su pequeña princesa ir en esa nueva aventura por su cuenta.

Alysanne se dirigió a su dragón susurrándole en Alto Valyrio si estaba listo y que obedeciera sus palabras durante el viaje; un pequeño bolso con cosas esenciales de primera instancia colgaba de la montura de Vayrmiraess, ya que sus pertenencias habían sido enviadas al amanecer y llegarían al día siguiente.

•𝑯𝒂𝒖𝒏𝒕𝒆𝒅• |𝕬𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉 𝕿𝖆𝖗𝖌𝖆𝖗𝖞𝖊𝖓|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora