𝑪𝒐𝒔𝒕𝒂𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑴𝒂𝒓
— ¡Ay! — Exclamó Alysanne cayendo al suelo de espaldas.
— ¡De nuevo!
La niña de ahora 13 años observó a su padrastro desde aun en el suelo con molestia para pararse, limpiarse un poco la tierra de su ropa de entrenamiento y tomó la espada de madera para ponerse en posición. Había sido la quinta vez que tocaba el suelo en el día y ya no le gustaba perder en cada momento, no con el hombre frente suyo sino con ella misma.
Dos años son los que pasaron tras esa fatídica tarde en Driftmark, y ese día no solo había perdido un amigo, Alysanne también perdió a su padre; pero, aunque lo extrañaba tanto y aun lloraba su partida, ella y sus hermanos ese día habían ganado un padrastro y dos hermanastras.
Aun recordaba el día en que Daemon interrumpió en su habitación obligándola a seguirlo hasta fuera del castillo de Dragonstone en donde había adecuado para entrenamientos. Rhaenyra le había comentado la noche anterior que sus hijos solían entrenar en Red Keep y que los niños sabían bastante a ese punto ya pero que Alysanne solo lo hacía en privado y quería que ella estuviera a la altura del conocimiento de sus hermanos, por lo que Daemon continuó las rutinas que cada niño tenía. Por lo tanto, la hija de la princesa continuaba entrenando sola.
Ella había encontrado cierta gratificación en aprender a defenderse, quizá seria asqueroso e impropio de una niña sudar y poseer una espada, pero a ella en verdad le gustaba y por eso se molestaba no lograr hacerlo bien.
— La frustración es el peor enemigo de un guerrero. — Le dijo su padrastro apuntándole con la espada de madera.
— Sí, sí, ya lo sé. — La jovencita de ojos verdes claros como su madre, soltó un resoplido.
Daemon la observaba con una ceja enarcada, ninguno de sus hijastros e incluso sus propias hijas eran capaces de contestarle de esa manera y le causó cierta gracia oír su voz en un tono sarcástico; si no estuviera seguro de que nunca había tocado de esa manera a Rhaenyra, creería que la jovencita frente a él podría ser tranquilamente su hija. Pero la verdad era que se notaba que los genes Targaryen de alguna manera se habían impuesto sobre los genes Strong, por eso la clara diferencia entre no solo el aspecto de los tres hijos varones de la princesa sino también de la personalidad; Daemon podía ver una parte de su actitud, una parte de la actitud de Rhaenyra e incluso una parte de la actitud de su hermano Viserys en Alysanne, pero no en los niños varones. Lo que sí compartían los cuatro hermanos, era la compasión que heredaron de su madre.
Pero con limites y él notó ese limite al ver como la niña había visto a su tío en aquella dichosa noche en Driftmark; como su mirada había pasado de sentir compasión por él a sentir repudio. Y era por eso mismo que se empeñaba en que ella lograra ser una pequeña guerrera, sabia que en un futuro era posible que le sirviera.
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•𝑯𝒂𝒖𝒏𝒕𝒆𝒅• |𝕬𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉 𝕿𝖆𝖗𝖌𝖆𝖗𝖞𝖊𝖓|
FanficAlysanne, la única hija de la princesa heredera Rhaenyra, siempre había sido lo que se espera de una princesa; poseía gracia, belleza, era educada y correcta, pero a pesar de su nombre ser Velaryon, la sangre Targaryen también corría por sus venas. ...