𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕮𝖎𝖓𝖈𝖔

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𝑱𝒖𝒈𝒂𝒓𝒓𝒆𝒕𝒂𝒔

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𝑱𝒖𝒈𝒂𝒓𝒓𝒆𝒕𝒂𝒔

Alysanne caminaba con suma velocidad, de a ratos incluso parecía trotar, pero cuando la observaban nuevamente caminaba de prisa. Estaba emocionada y se notaba, por eso estaba caminando lo más rápido que sus cortas piernas le daban para atravesar todo Red Keep, tenía que encontrar a su ahora amigo para comentarle la nueva noticia.

Cuando estuvo frente a las últimas escaleras, ella miró hacia arriba, más específico la puerta que estaba buscando, por lo que sin importar lo que pensaran ya recogió un poco su vestido para subir las escaleras corriendo y luego empujar la puerta, viendo a su compañero de lectura con una sonrisa.

— ¡Aemond! — Lo llamó con emoción y apenas lo vio girarse fue corriendo a él. — ¡El bebé está por nacer!

El joven príncipe no tuvo tiempo de decir nada ya que ella se le había aproximado rápidamente y lo había abrazado que lo dejó aún más estático sin saber cómo reaccionar; no habían tenido ese tipo de cercanía hasta ese momento por lo que él no supo que debía decir o hacer.

Por si lado, Alysanne se había dejado llevar por su emoción por la buena noticia, que apenas había reaccionado que lo estaba abrazando lo soltó de prisa y alejándose un poco de él, incluso bajó su mirada par a evitar que se noten sus mejillas sonrosadas.

— Lo siento. — Murmuró un tanto avergonzada. — Solo es que estoy feliz.

— No...— Aemond hizo una mueca, buscando que decir. — Supongo que es algo normal, más cuando se desea un hermano. — Ambos se removieron levemente incómodos. — O hermana, seguro esperas que sea hermana.

— Mientras mi madre y el bebé estén bien, no importa que es. — La niña formó una tímida sonrisa.

— ¿No quisieras una hermana? — Preguntó ahora con un poco más de interés debido a su respuesta. — No creo que sea algo... Divertido, ser la única niña.

— No es que no quiera...— Alysanne se encogió de hombros mientras se sentaba, haciendo que él la siguiera intrigado y se colocara a su lado.

— ¿Pero?

— Es que ya estoy acostumbrada a ser solo yo.— Nerviosa se puso a jugar con su brazalete.— Además ustedes los niños lo tienen todo más fácil...— Su voz había salido en un susurro apenas audible para su amigo.— Desde que tengo memoria me han enseñado las cualidades que toda futura mujer debe tener; como sentarme, como hablar, como comer y a Jace no, a él no le han enseñado a Jace a comer porciones pequeñas y con delicadeza o como al sentarse como colocar sus piernas y manos.— Hizo una pausa antes de seguir hablando.— Un día se lo pregunté a la institutriz el porqué, y me dijo que a él le enseñaban como convertirse en rey... Mientras que a mí me enseñaban a como ser una futura esposa. — Ella lo miró con resignación, aunque él pudo notar un poco de tristeza en sus ojos. — Prefiero que el bebé sea niño, no quiero que pase lo mismo que yo si es niña... Yo puedo soportarlo.

•𝑯𝒂𝒖𝒏𝒕𝒆𝒅• |𝕬𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉 𝕿𝖆𝖗𝖌𝖆𝖗𝖞𝖊𝖓|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora