𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝖀𝖓𝖔

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𝑷𝒓𝒆𝒎𝒐𝒏𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔

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𝑷𝒓𝒆𝒎𝒐𝒏𝒊𝒄𝒊𝒐𝒏𝒆𝒔

Once años después...

Para Alysanne en Red Keep podría llegar a ser monótono, incluso a su corta edad de 11 años, ya que al ser la única nieta del Rey Viserys y por lo tanto ser una princesa tenía actividades un tanto limitadas en respecto a su género... Por ejemplo a ella no se le permitía entrenar con sus hermanos y tíos, por lo que a veces acompañaba a su abuelo a observar las prácticas.

Ella se encontraba parada a su lado mirando fijamente a sus hermanos; a veces ser la del medio tiene sus desventajas le han dicho, pero eso se contradice al ser la única nieta del rey.

— ¿Quién crees que gane, pequeña? — Le dijo el monarca a su lado, adoraba pasar el mayor tiempo posible con su nieta.

— No debería ser una competencia, abuelo. — Alysanne era la única de sus tres nietos que lo llamaba así, sabía que todos habían sido instruidos para dirigirse con cordialidad pero algo que se sabía era que la pequeña tenía más carácter que sus hermanos y desafiaba esas pequeñas reglas, después de todo antes de ser rey era su abuelo. — Pero podría ser cualquiera. — Ella apuntó hacia su hermano menor. — Luke es pequeño y escurridizo y eso lo usa a su favor; Jace es impulsivo y a su vez pensativo, siempre busca la mejor ventaja...— Sus ojos ahora se posaron en el hijo menor de su abuelo. — Y Aemond es calculador.

— ¿Qué hay sobre Aegon? — Preguntó curioso Viserys al ver que de él no había opinado, viéndola girarse para verlo a sus ojos.

— Aegon podría tener ventaja si su egocentrismo no tomara el control de sí mismo.

Ante el comentario de la niña, Viserys se comenzó a reir. Cualquiera diría que ese es un comentario insultante hacia el príncipe, pero para él era divertido y cierto, esa pequeña era muy inteligente y observadora para la edad que tenía.

Ambos miraron a los príncipes comenzar su práctica por unos minutos, hasta que Alysanne tomó el libro que había traído para luego saludar a su abuelo y bajar las escaleras para comenzar a dirigirse de vuelta al palacio, pasando luego por al lado donde los niños practicaban.

— Hermana. — Jace llamó la atención de la princesa. — ¿No te quedaras?

— Es martes, hoy tengo mi clase con Helaena. — Le recordó esta, volviendo a su camino hasta que una tercera voz le interrumpió.

— Es una niña y las niñas no están hechas para el combate. — Dijo Aegon con un tono burlón, haciendo que su propio hermano hiciera una mueca algo divertida.

En cambio los descendientes varones de Rhaenyra se miraron entre ellos y se alejaron un poco de su tío cuando vieron a su hermana caminar decidida hacia él; ambos sabían que eso había sido un insulto y que su hermana no iba a dejarlo pasar.

— ¿Dice que las niñas no servimos para pelear, mi príncipe? — Al escuchar el tono sarcástico de su sobrina, Aegon se puso ligeramente nervioso pero lo ignoró ya que una niña más pequeña y baja no iba a ganarle.

— Por algo nosotros aprendemos a usar espadas y ustedes agujas.

Los tres niños miraron ese duelo entre ambos, sobre todo como Alysanne estaba completamente en silencio, simplemente mirándolo fijamente a los ojos, hasta que les tomó por sorpresa que se diera vuelta para darle la espalda.

Aegon sonrió triunfal al notar que ella se había rendido pero la sonrisa le duró unos segundos ya que un golpe en su estómago lo hizo quedar sin aire; Alysanne una vez que le había quitado el aire con el golpe de su codo, en seguida se giró tumbándolo con su pie para luego dejar caer el libro pesado sobre él para mirarlo desde arriba con una pequeña sonrisa.

— Nunca subestimes a una niña. — Fue lo único que dijo ella para luego tomar su libro y seguir su camino.

Los presentes se quedaron sorprendidos y mientras se oían las risas del rey de fondo, Jacearys le explicó a Aegon que su hermana tomaba clases privadas con Ser Harrwin y su padre mientras su madre supervisaba, ya que la princesa deseaba que todos sus hijos supieran como defenderse, incluyéndola a Alysanne.

Cada que atravesaba los pasillos, las personas hacían una ligera reverencia hacia la pequeña princesa pero ella solo les sonreía. Tras unos minutos de caminar y subir escaleras finalmente encontró la habitación de su única tía materna por lo que le abrieron la puerta para entrar, allí se sorprendió al encontrarla con su madre, la reina.

— Oh disculpe su majestad. — Dijo al instante al verla allí. — No sabía que se encontraba con la princesa, puedo volver luego si desea.

— No, adelante Alysanne. — La monarca se colocó de pie para acercarse a la niña. — Pueden tener su lectura sin problema, yo me retiro.

La princesa hizo una reverencia para comenzar a caminar donde se encontraba su tía y única amiga pero antes de que la mujer saliera, ella se giró para llamar su atención.

— Su majestad...

— ¿Sí Alysanne? — Inquirió Alicent con curiosidad.

— Debo informarle que tenido un altercado con su hijo Aegon y tuve que recurrir a la defensa. — Ante las palabras de la niña, la mayor intuyó lo peor, después de todo conocía a su hijo. — Él me ha insultado por ser una niña, alegando que no soy capaz de defenderme por lo que tuve que demostrarle que se equivocaba.

Alicent suspiró un tanto aliviada ante las palabras de la menor por lo que primero asintió con su cabeza antes de contestarle.

— Agradezco que me lo hayas informado.

Alysanne nuevamente hizo una leve reverencia para girarse y sentarse con Helaena, dando de esa manera por zanjada la conversación por lo que sin más que poder decir Alicent salió del cuarto dejando a ambas niñas a solas para que continuaran con sus lecturas obligatorias.

Para los habitantes del palacio, la princesa Helaena era todo un misterio e incluso algunos susurraban que era un tanto rara, pero para la hija de Rhaenyra simplemente era su personalidad y su forma de ser, y así le agradaba. En una familia donde constantemente hay tensión y rencores, la inocencia y tranquilidad de la princesa era algo que Alysanne disfrutaba, además ambas habían logrado tener un vínculo cercano a pesar de que sus madres no se llevaran del todo bien.

— Bueno, creo que nos quedamos en el capítulo cinco...— Dijo Alysanne abriendo el libro.

— Negro y verde, uniéndose en corazón y alma...— Murmuró Helaena con la mirada perdida. — Difícil será el camino, difícil será el final...

Su sobrina la observó en silencio, no era la primera vez que notaba aquellos susurros por parte de su tía y creía ser la única que le prestaba atención a los mismos ya que había notado que esas palabras al azar en un futuro comenzaban a tener sentido, a veces en días y otras en meses. Ya logrará saber que significan estas palabras en esta ocasión.

•𝑯𝒂𝒖𝒏𝒕𝒆𝒅• |𝕬𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉 𝕿𝖆𝖗𝖌𝖆𝖗𝖞𝖊𝖓|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora