𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 𝕺𝖓𝖈𝖊

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𝑨 𝑻𝒓𝒂𝒗𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑨𝒍𝒎𝒂

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𝑨 𝑻𝒓𝒂𝒗𝒆𝒔 𝒅𝒆𝒍 𝑨𝒍𝒎𝒂

Al día siguiente, apenas Alysanne se despertó tuvo la noticia que sus cosas habían llegado junto con la doncella que su madre le había puesto hace unos meses por lo que fue quien la ayudó a vestirse debido a que Helaena pidió desayunar con ella para presentarle finalmente a sus hijos. Su doncella era apenas unos años mayor a la joven princesa y por suerte habían congeniado bien desde el inicio, Alysanne incluso la ha ayudado cuando lo necesitaba y la doncella estaba muy agradecida por ello.

Una vez vestida con uno de sus vestidos celestes, la joven princesa fue escoltada a la habitación de su tía y amiga quien la esperaba con té y algunos postres por lo que desayunaron amenamente ambas; Helaena nunca había sido considerada una persona muy social, de hecho, tampoco era muy amena al contacto físico y Alysanne lo sabía. Desde que era pequeña, ella había notado lo retraída que era su tía y como se perdía en su mundo, y a diferencia de muchos, Alysanne nunca le pareció extraña o quiso que se comportara distinto. ¿Por qué cambiar como es alguien?

Cuando habían terminado el desayuno, dos doncellas de Helaena llegaron cada una con un pequeño en brazos haciendo que la madre de ambos les sonriera y se acercara a ellos, mientras que su sobrina se colocaba en pie y los miraba a distancia.

— Aly, ellos son Jaehaera...—Dijo señalando a la niña. — Y él, Jaehaerys. —Los pequeños de solo susurraron palabras sin sentido.

— Se parecen a ti. — Alysanne se les acerco con una sonrisa para notar como el pequeño estiraba sus manos hacia su persona así que, con una pregunta silenciosa a la madre de estos niños, lo tomó en brazos tras una afirmación. — Hola pequeño.

Helaena cargó a su hija para acercarse a la zona de cojines que estaban situados en el suelo y sentarse con su hija en su regazo, haciendo que su sobrina la imitara con su otro hijo. Mientras la madre de los mellizos notaba como Alysanne comenzaba a jugar con los niños, ella se perdió en su mente.

— ¿Sabes? A Joff le gusta jugar en el suelo también. — Dijo Alysanne moviendo uno de los juguetes para Jaehaera, pero no tuvo respuesta. — ¿Hel?

— Dos serán tus dragones. — Murmuro Helaena con la mirada perdida. —Sangre verde, sangre negra, mezcladas...

Alysanne la oyó atentamente y como siempre no le dijo nada ya que ella le sonrió como si nada hubiera ocurrido hace unos segundos por lo que, aunque las palabras aun seguían presentes en su mente, decidió ignorarlas en el momento y continuar pasando la mañana con Helaena y sus hijos.

Aemond, por su parte, como casi cada día había ido a entrenar apenas había amanecido para luego tomar un baño en su cuarto y finalmente desayunar; tras finalizar, decidió pasar por el cuarto de su hermana para corroborar como se encontraban sus sobrinos. Él sabia que su hermano no se preocupaba por sus hijos, que prefería huir de su deber de padre reciente y ocultarse en la Calle de la Seda, por lo que entonces prefería velar al menos por el bienestar de sus sobrinos, pero cuando llegó a la puerta pudo oír las risas provenientes del cuarto; al echar un vistazo, observó a su hermana en compañía de su sobrina, ambas en el suelo con las criaturas en brazos. Aemond hacía mucho no veía a su hermana reír y sentirse cómoda en presencia de alguien, por lo que no quiso molestarlas, así que se dio media vuelta para caminar por los pasillos.

•𝑯𝒂𝒖𝒏𝒕𝒆𝒅• |𝕬𝖊𝖒𝖔𝖓𝖉 𝕿𝖆𝖗𝖌𝖆𝖗𝖞𝖊𝖓|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora