| 25 | Por favor promételo

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Habían pasado cerca de veinte minutos desde que ambos llegaron a Central Park. El dueño de aquella peculiar idea tenia como meta hacer que su compañera pasara por lo menos un día feliz antes de verse envuelta en cientos de experimentos que evidentemente ella detestaba.
Ella caminaba frente a el, lentamente y con un poco de timidez. Era mas que evidente que Lauren estaba mas que fascinada por el inmenso parque, aquel que había visto incontables veces solo en películas al fin estaba frente a ella.
Sabía que era el último día y gracias a Rogers esperaba disfrutarlo al máximo. Contemplaba los inmensos arboles, los patos que se veían a la distancia, hasta algo llamo su atención, a unos metros las pocas personas que paseaban y jugaban con sus hijos. Verlos pasar tiempo en familia, algo ella no tuvo, le pareció algo sumamente interesante y al mismo tiempo le trajo algo de melancolía. Debió de ser muy expresiva pues su compañero quien todo el tiempo se va tuvo tras de ella a una buena distancia se acercó rápidamente a su lado y la tomo del brazo.

- ¿Te encuentras bien? - preguntó el rubio sin soltarla. Ella sin quitar la vista de aquellas personas hablo.

- Me encantaría tener algo como eso - soltó sin mas

A Rogers le sorprendió lo trasparente que era ella con sus sentimientos una vez que la conocías bien y al mismo tiempo le entristeció la respuesta de la chica, quien trato de restarle importancia reanudando su caminata.

- ¿Qué te lo impide? - preguntó siguiéndola

- Creo que todo - respondió mientras se sentaba en una de las bancas frente al lago, luego continúo - Rogers me descongelaron hace casi dos años, y de verdad he tratado de mezclarme con las personas, pero aún así me sigo sintiendo como. . .

- Un extraño - interrumpió él. Ella asintió sin dejar de mirarlo. - Te entiendo, aun sigo tratando de acostumbrarme a todo, las personas, la tecnología, incluso la comida, sabe diferente. - declaró. Lauren era la única persona en el mundo que sabía lo que se sentía ser de otro tiempo, lo raro que era y lo diferente que era todo. Hablar con ella sobre eso era un alivio para el. . . Ya no estaba solo. - Algún día lo conseguireás - soltó mirándola

- ¿Qué cosa? - preguntó ella

- La familia y la libertad que deseas - respondió él regalándole una gentil sonrisa.

- Eso lo dudo Rogers, pero gracias por los ánimos - dijo ella

- Entonces al menos por ahora confórmate con el equipo. Seremos una buena familia. - declaró, esas palabras aun viniendo de Steve le llegaron a lo profundo, tanto que tuvo que desviar la mirada para limpiar la pequeña lagrima que solo sin querer.

- ¿Estás llorando de nuevo? - preguntó Rogers sin quitarle la mirada e encima, mirada que en ella provoco una pizca de nervios.

- No, es solo que, creo que algo entro en mi ojo - respondió Lauren tratando de evitar su penetrante mirada. El por su parte no quiso presionarla, no quería que volviera a llorar  le preocupaba que si insistía ella lo termine golpeando como la ultima vez, así que se dispuso a volver su vista al lago y esperar a que ella lo llamara.

- Steve - llamó Lauren, aunque con un tono bastante misterioso pues no le llamo por su apellido como siempre hacia. El de inmediato la miro. - ¿Puedes prometerme algo? - dijo dubitativa. algo en su tono no le gustaba a Steve

- ¿Qué ocurre? - preguntó

- Promete que si me salgo de control y no pueden conmigo harás lo necesario para detenerme - soltó Lauren de pronto, perder el control de sí misma era algo que le aterraba desde que obtuvo sus poderes, y sabia que de todas las personas que conocía Steve seria el único al que no le sería difícil tomar la decisión de acabar con ella. En el fondo ella sabia que tenia que morir, pero suicidarse era imposible para ella. Si salirse de control se volvía frecuente en ella la única opción que tenia en mente desde su primer incidente fue que la mataran. Eso le quedaba bastante claro.
El silencio se hizo presente, tal vez había sido muy directa con él, o simplemente el aun estaba asimilando que ella le diera semejante responsabilidad. De todas formas ella un estaba esperando una respuesta.

Dangerous love | Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora