| 10 | ¡No puede ser!

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Todo estaba oscuro, negro y en silencio, pronto una luz de señalización roja se encendió, dejando ver el desastre a su alrededor. Se encontraba en un lugar parecido a un sótano, había caído varios metros abajo después de esa explosión. Todo fue tan rápido que ni siquiera pudo reaccionar. La granada había explotado muy cerca de él.

A unos metros y entre los escombros estaba el Lauren, pero inconsciente. La odiaba y la odiaba de verdad, pero necesitaban salir de ahí. No sabia como se encontraba el resto del equipo y no pondría en riesgo la vida de los tripulantes por los problemas que tenia con ella. Hizo un gran esfuerzo y se trago su orgullo.

Decidido, se levanto con cuidado, afortunadamente no se encontraba herido. Pronto se acerco a ella y se inclino para tratar de hacerla reaccionar. Trato de moverla pero una biga de metal se había clavado en la pierna de la chica y estaba perdiendo sangre.

- Grey despierta - llamó, pero no recibió respuesta - Grey necesitas levantarte - repitió - ¡Lauren! - esa ultima llamada por fin hizo que reaccionara.

Tenia un golpe en la cabeza y estaba sangrando, eso lo preocupo un poco.

- ¿Dónde estamos? - preguntó ella

- No lo se, pero tenemos que salir de aquí. - explicó, seguía molesto pero sabía poner lo mas importante primero.

Ella trato de moverse pero el dolor de tener la biga incrustada en la pierna se hizo presente. Pronto Rogers intervino.

- Déjame ayudarte - termino de decir para después acercarse a su pierna herida, estaba apunto de mover la biga.

- No, no necesito tu ayuda - exclamó Lauren molesta y adolorida al mismo tiempo

- Lauren estas perdiendo mucha sangre no pued-

- ¡He dicho que no te necesito! no finjas que te intereso, no seas hipócrita Rogers - fue lo ultimo que dijo para después con sus poderes levantar aquella biga y arrancarla de su pierna. Le dolió como el infierno, pero su orgullo era mas grande. Trato de ponerse de pie pero la debilidad en su pierna se lo impidió, regresándola de nuevo al suelo.

- Lauren - llamó el rubio - deja que te ayude - pidió. Seguía molesto pero algo en ella le hizo sentir compasión, no le agradaba y eso estaba mas que claro, pero después de todo ella era una dama que necesitaba ayuda, no podía simplemente ignorarla.

- He dicho que no necesito tu ayuda, estoy bien - recalcó Lauren

- ¡Escúchame Lauren! y escúchame bien porque no lo voy a repetir - clamó autoritario captando la atención de la chica - Te odio y mucho, pero no voy a ignorar que tu pierna este sangrando como si fuese una cascada, te ayudare te guste o no, a fin de cuentas somos un equipo por algo. Además no voy a arriesgar esta misión por un capricho.

Ella no dijo nada, el tenia razón, seguía molesta por lo de hace un rato y no quería que la tocara, pero necesitaban ir con el resto a ayudar y su pierna lastimada solo los estaba retrasando. Pronto Steve se coloco a un lado de ella, con mucho cuidado y con una mano sujetando su cintura y la otra su brazo logro ponerla de pie, una vez arriba Lauren quedo frente a él, ambos muy cerca uno del otro, ella no pudo evitar inhalar aquel aroma varonil, tan propio de él, mientras que Rogers no pudo evitar perderse por milésimas de segundo en sus ojos, que por usar sus poderes aun conservaban un brillo color celeste en ellos. Permanecieron así, quietos los dos, solo sus respiraciones se escuchaban.

Pronto un estallido los hizo regresar a su realidad, aquella en la que ambos se odiaban a muerte.

- Debemos darnos prisa - exclamó ella tratando de olvidar lo ocurrido segundos atrás

Dangerous love | Steve RogersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora