16.- Carro

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Apenas era Lunes por la mañana y se cargaba un genio de los mil demonios, pateando a cualquiera que se le atravesara por su camino, no pudo dormir bien el Domingo con todo el problema de su ex-novia y con el problema que tuvo con Toya, todo iba de mal en peor.

Entraba por el salón cuando sintió miradas y un gran silencio que callaba a toda el aula.

Volteo a ver a sus compañeros, todos tenían un semblante de miedo hacia el peliverde, algo que lo irritó más, volteando los ojos, haciendo que los demás dejaran de verlo por miedo a ser el siguiente en recibir un golpe o sermón del peliverde.

Cuando se sentó en su lugar, sus amigos corrieron a él, con sus celulares en mano.

-¡Izuku!, ¡¿ya te enteraste?!.- Kaminari fue él primero en hablar.

-No, ¿de qué?.- Preguntó desinteresado.

-Publicaron el video en donde golpeas al hermano de Shoto en el grupo del salón, ¡si no haces algo ahora, esto puede empeorar!, ¡tal vez puede llegar al director!.

-¿Y qué quieres que haga?. El daño esta hecho, y la verdad, no me arrepiento de nada.- Su tono de voz fue hostil, desinteresado, se podría decir que hasta divertido.

Iida intervino, dando masajes histéricos en su puente nasal, levantando y bajando sus lentes por los movimientos de sus manos.

-Izuku, sé que estás enojado, pero no solo te comprometes a tí, también a los demás, a Shoto, Katsuki y hasta a tu equipo de basquet. Por lo que te pido que no tomes la situación a la ligera, arregla esto y rápido.- El tono de Iida fue directo, sin rodeos, pero amistoso, convenciendo al peliverde de arreglar todo el problema hecho por él mismo.

Rodó los ojos y tumbó su cabeza ligeramente hacia atrás, mostrando fastidio con la situación. -Bien.- Se limitó a decir, no quería hablar de nada y con nadie, estaba fastidiado con todo lo que estaba pasando, estaba enojado con todo el mundo, odiaba a todos y todo, y más al imbécil de Toya.

Echó su cabello hacia atrás, con su vista perdida en algún punto al azar, viendo el hermoso cielo de la mañana.

Escuchó la puerta abrirse para luego cerrarse ligeramente, dirigiendo su vista a la persona que había entrado, viendo al cenizo, tan pulcro y perfecto como siempre, su uniforme perfectamente liso, su corbata perfectamente acomodada, donde debería de ir, sus botones de la camisa abrochados al límite, dando una imagen al cenizo de elegancia y limpieza, pero lo que más le gustaba al peliverde era la delicadeza al hacer sus cosas y al moverse, sumándole el como se ve con esos lentes, tan perfecto con y sin ellos.

Caminó hacia su lugar con su teléfono en manos, tecleando en el, se veía feliz y algo divertido, todo lo contrario al peliverde, que miraba con fastidio como el cenizo seguramente hablaba con alguien, y odiaba eso, pero odiaba más el hecho de que estuviera hablando con otro que no fuera él, pero no lo admitiría, se guardaría su secreto hasta la tumba.

Katsuki se sentó en su lugar dejando su mochila en su costado de la banca, para luego seguir escribiendo en su teléfono, siquiera se tomó el tiempo de saludar a sus amigos, mismos que seguían rodeando al peliverde.

Luego, otro sonido se hizo presente en el salón, las típicas pisadas del mayor de la clase, Aizawa, él cual entró bastante alegre a clases.

-Ya me enteré que ganamos otra vez.- Habló una vez estuvo en medio del salón. -Felicidades a todos aquellos que participaron.- Pausó dando una sincera sonrisa. -Bueno, iniciemos la clase.

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Era hora de receso y el gran grupo de amigos de Izuku se encontraban comiendo en cafetería, estaban todos, lo único diferente eran los lugares, los susodichos ya no estaban sentados juntos, cada uno al extremo de la mesa, con diferente acompañante, Katsuki con Shoto e Izuku con Sero.

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⏰ Última actualización: Jul 06 ⏰

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