13.- Kaminari

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Era Jueves por la mañana, el día en el que le tocaba a los de Volleyball jugar.

El cenizo se encontraba bastante nervioso, ya que era su primera vez jugando en el equipo oficial, era su primer juego oficial, no con sus amigos o con el Coach, ésto era en serio.

En los últimos tres días su relación con el peliverde se veía en un hilo, no se podía acercar a él, pero había veces en la que los dos se pedían a gritos.

Las miradas que Izuku le daba a Katsuki no eran normales, nada era normal en él, sentía que iba a matar a cualquiera que se le acercaba al cenizo, sentía enojo cuando el cenizo ahora se quedaba a ver los entrenamientos de basquet, pero no sentía enojo por eso, lo que más le calaba era ver como Katsuki le llevaba bebidas energéticas al bicolor, le daba rabia ver como le dedicaban sonrisas, como Katsuki le mostraba esa bella sonrisa que sabía perfectamente que era suya, de su propiedad, de Izuku.

Sentía que iba a golpear a cualquier que estuviera cerca de Katsuki, a cualquiera que le hablara o simplemente, cualquiera que esté respirando cerca de él.

Se sentía como un verdadero cínico, él mismo fue el que apartó al cenizo, él mismo fue el que pidió que se alejara de él, pero ahora se sentía tan sumiso por Katsuki, sentía que él cenizo lo dominaba con solo existir, ni siquiera le daba una mirada, y eso lo enojaba, no le dedicaba nada de atención, nada, ni una sonrisa, una mirada, un suspiro, nada.

Se sentía tan dominado, sentía que si Katsuki lo volteaba a ver, él no lo pensaría dos veces para arrodillarse y pedirle perdón, y todo empeoraba cuando tenía sexo con Melissa, odiaba que en cada pose, antes de alcanzar el clímax, pasaba por su mente esa escena de su ex-amigo, pero ahora en distintas poses, distintos gestos, distintos jadeos, con sólo pensarlo sentía que alcanzaba el cielo.

Y claro que se sentía mal, se supone que su novia era la única que provocaba esas corridas, la única que provocaba las erecciones más duras de Izuku, la única que hacía que Izuku tocara el cielo, pero claro, eso era lo que ella pensaba.

Izuku odiaba ver a Katsuki cada que lo hacía con Melissa, pero no podía mentir que hacía que su pene se levantara tan rápido y se pusiera tan duro con solo imaginarlo en su cama, ni siquiera haciendo algo en su cuerpo, con el simple hecho de imaginar al cenizo acostado en su cama, con los dos botones de su camisa desabrochados, sus mejillas rosadas, viendo a un costado, evitando la mirada penetrante de Izuku, con sus gafas puestas, y con sus ojos llorosos, era una bendición para Izuku.

Más bien, un pecado.

Katsuki lo hacía sentir tan vulnerable, y amaba eso, pero no podía aceptarlo, tenía una perfecta novia, perfectos amigos, perfecta vida escolar y personal, no lo iba a dejar todo por un par de ojos rubíes, no podía.

Y claro que se sentía mal.

Pero mierda, todo era tan difícil.

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-Izuu, ¿te vas a quedar a ver el partido de volley?.- Preguntó la rubia.

Izuku solo asintió levemente.

Los dos ya estaban en el gimnasio, esperando la llegada del equipo contrario, faltaban alrededor de treinta minutos para dar inicio al juego, Izuku se sentía bastante nervioso y eso que él no iba a jugar, sentía nervios por Katsuki, que hipócrita, ¿no?.

Se levantó de su lugar, mientras le decía a su novia modelo que iba a ver a los chicos y animarlos un poco antes del juego, la cual, sólo asintió con una sonrisa.

Izuku se dió la media vuelta y empezó a caminar mientras su sonrisa se desvanecía, estaba harto de fingir que todo estaba bien, que amaba a su novia, que su relación era perfecta, que su novia era primero, estaba cansado de fingir que su amigo no lo volvía loco con sólo mirarlo, con solo toparselo, estaba cansado de fingir que no tenía sentimientos por su amigo.

Típico Cliché al Inverso 🏀🤓 || DEKUBAKU Donde viven las historias. Descúbrelo ahora