Sempiterno [König & OC]

Capitulo 1

Narra Emily

Terminé de empacar mis cosas, me van a trasladar de base ya que termine el trabajo aquí en Denver, había estado entrenando a unos reclutas.

Ese era mi trabajo aquí, entrenar los reclutas, muy pocas veces ir a campo y de vez en cuando ir a juntas en representación de los altos mandos de las bases en las que me encuentre.

Escuché que tocaban la puerta de mi habitación, fui a abrirla y era Keegan, ladee mi cabeza cruzandome de brazos.

— Muñeca - habló -

Se acercó a mí para abrazarme pero me hice a un lado.

— Muñequita - me tomo de la barbilla - siento no haber llegado anoche pero tuve papeleo en la oficina y...

— Ya sé tus excusas, Keegan - respondí soltando un suspiro - no necesitas seguir hablando.

— Muñequita - sus manos se colaron entre mi cintura y mis brazos - sé que te quedaste con la cena pero... De verdad trate de venir y mi teléfono se quedó sin batería...

— Claro y la marca en tu cuello fue por una picadura de mosquito...

Se quedó en silencio viéndome, solté una risa girando mis ojos.

— Keegan no somos nada... Eras mi amante y ya, no teníamos nada sentimental, así como estaba contigo estuve también con otros.

Me jalo más a él para besarme, fui relajando mis brazos y termine aceptando el beso.

— ¿Puedo ir a visitarte? - susurro -

— Tal vez - abrí mis ojos para verlo - depende de cómo estén las cosas allá.

— No me tengas tan descuidado - habló -

— Keegan - me separé - tu no eres hombre de una sola mujer...

— Tú eres la única que aguanta mi ritmo.

— No mientas - entre cerré mis ojos -

— Lo digo en serio - respondió - todas se quejan que ya están cansadas, que no quieren seguir y tú eres con la única que puedo estar toda la noche seguida.

Dibuje una sonrisa, volvió a besarme, paso sus manos por debajo de mis piernas cargándome y llevándome hasta la cama.

Después de unas horas ya estaba lista para irme aunque Keegan no dejaba irme.

— Déjame ir - me reí - después nos veremos de nuevo.

— ¿Segura?

— Sí - giré mis ojos - tengo que llegar temprano allá.

— Bien - respondió - nos vemos después.

Me despedí de él y salí de la habitación, fui directo al campo para irme en uno de los aviones, tuve que despedirme nuevamente de Keegan ya que me alcanzó en la pista y volvió a besarme, por poco el avión se va sin mí.

Llegué, luego de horas, a una base un poco adentrada al bosque. Me llevaron a mi habitación después de presentarme con los altos mandos de aquí.

— Mañana te presentaré con los reclutas que estarán bajo tu cargo - Alex me miró -

— ¿Y como son?

— Son unos putos niños que creen que todo es un juego.

— Hmmm - hice una mueca - bueno ya veremos mañana.

— Haz lo que mejor sabes hacer.

— Yo sé hacer todo bien - sonreí -

— Eso dicen todos por ahí - respondió soltando una risa - no sé si sea cierto o no.