Sempiterno [König & OC]

Capítulo 16

Narra König

Pasaron los minutos y ella no llegaba, la ceremonia había comenzado y fue cuando escuché que ella no podía asistir. Más tarde iré a visitarla a su oficina, espero que no esté demasiado ocupada y así poderle enseñar las medallas.

Narra Emily

Seguía en la oficina, había terminado el trabajo de Johnny y lo estaba metiendo en un sobre para enviárselo. Escuché que tocaban la puerta e indique que entrarán, como lo supuse, era König.

— Emily - podía notar la frustración y tristeza en su voz - ¿Podemos hablar?

— Claro - alce mi vista y gire a verlo - ¿Qué sucede?

— Hoy fue la ceremonia y me dieron estás medallas - él murmuró - fue un momento muy importante para mí y esperaba que estuvieras ahí pero no te vi.

Deje las cosas por un lado y lo mire fijamente.

— Tenía cosas que hacer, König - le respondí y me cruce de brazos - no siempre puedo estar presente en todo.

— ¿Ni siquiera por un momento así? Pensé que significaba algo para ti.

Fruncí el ceño al escucharlo decir eso.

— König, no soy tu mamá, no soy nada tuyo, no tenía porque estar ahí contigo - le respondí de una manera fría -

Él se quedó en silencio por un par de segundos, ví como sus ojos se llenaban un poco de lágrimas.

— ¿Así que eso es todo? - pregunto - ¿Solo soy alguien más en el equipo para ti?

— Eres un buen elemento - respondí - pero tengo responsabilidades que van más allá de tus expectativas.

— Pensé que eramos más que eso.

— No podemos permitirnos ese tipo de lazos en este lugar... Te felicito por tus medallas pero tienes que entender que no siempre estaré ahí para ti.

Él solamente asintió agachando la mirada y susurro nuevamente.

— Gracias por aclararlo.

Dicho esto él salió de mi oficina, mis ojos se llenaron de lágrimas, pase mis manos por mi rostro maldiciendo todo. Es algo de lo que me arrepiento pero es lo mejor para él, es lo mejor para ambos.

Los días pasaban y cada vez se hacia peor, verlo triste, ver cómo no prestaba atención a las clases, todo me estaba volviendo loca, me estaba matando por dentro, no podía verlo así.

Estaba en mi oficina, sentada en mi silla tras el escritorio, tenía la mirada perdida en mis papeles que había estado intentado leer desde hace una hora. Mis pensamientos estaban en cualquier lugar menos en mi trabajo, trataba de convencerme de que había hecho lo correcto, una sensación de remordimiento me invadía.

König.

Su nombre resonaba en mi mente como un eco constante, uno que no podía silenciar por más que lo intentará. Sé que lo había lastimado al no asistir a la ceremonia, lo ví en sus ojos cuando nos cruzamos por el pasillo hace unos días, ese brillo apagado, esa decepción que él intentaba ocultar pero que yo conocía demasiado bien. Lo había visto tantas veces con otros hombres pero con König resultaba diferente.

Me incline hacia adelante en mi escritorio apoyando mis codos mientras pasaba mis manos por mi cabello, trataba de calmarme, me di cuenta que lo que siento por él va más allá de la atracción física, lo quiero demasiado hasta el punto de decir que comencé a sentir cosas por él.

Tomé la decisión de marcar esa línea con König, de distanciarme, porque sabía que lo que estaba haciendo solo terminaría hiriendolo más. Él es joven, aún le quedan muchas cosas por vivir y yo ya estaba rota de mil formas que no podía siquiera podía explicar.