Sempiterno [König & OC]

Capítulo 9

Narra Emily

Estaba con Johnny en casa, los dos hablábamos sobre nuestras relaciones y de como iba nuestra vida. Si ya le había contado a Simon sobre König que más daba si le contaba a Johnny sobre él, necesitaba su opinión sobre todo esto.

— Me estoy acostando con alguien de aquí - lo miré -

— ¿Es alguien más arriba de ti?

— No - negué -

— ¿Recluta?

— Sí - asentí - es un niño... Tiene dieciocho.

— ¿Quién es?

— De seguro lo has visto, es el chico alto.

— Ah... Con que es él - soltó una risa y se cruzó de brazos - ¿Y qué pasa? ¿No te gusto el sexo con él?

— Sí... Me gusta el sexo con él pero... Dios, sigue siendo un niño... Fue algo de una sola noche, y pensé que podría manejarlo así, pero las cosas se han complicado.

— ¿Y qué es lo que te preocupa?

— No quiero una relación con él, Johnny, no es por él - negué ligeramente - es solo que no estoy en un lugar donde pueda permitirme esos sentimientos, prefiero mantenerlo como algo de una sola noche, pero parece que no puedo alejarme de él.

— Por lo que veo él ya se ilusionó ¿Verdad?

— Cada vez que trato de poner distancia, siento que lo estoy lastimando más. No quiero ser cruel, pero tampoco puedo seguir con esto.

— Si realmente quieres alejarte, tienes que hacerlo de una manera que él pueda entender y aceptar.

— Debo hablarlo con él.

— Si de algo te sirve... Quizá yo puedo hablar con él también - respondió -

— Eso sería bueno - suspiré - solo... No seas tan duro.

— Haré mi mejor esfuerzo - soltó una ligera risita mientras palmeaba mi mano -

Actualmente

Pasaron los días y ellos volvieron, la misión fue un éxito, estaba esperando a que bajarán del avión. Al hacerlo König paso por un lado de mi sin decir nada ni siquiera mirarme, Johnny se acercó a mí con una sonrisa en sus labios.

— ¿Qué tal salió todo?

— Ya debes saberlo - respondió - sabes que conmigo siempre hay un éxito garantizado.

— Lo sé pero quería escucharlo - reí -

— Vamos a tu oficina.

Los dos caminamos para allá, me senté en mi silla mientras él cerraba la puerta y dejaba los archivos sobre el escritorio.

— ¿Qué te dijo?

— Es muy callado - respondió - creó que lo entendió, fue un golpe a la realidad.

— Ahora me siento mal por eso.

— No tienes permitido sentirte mal, las cosas son así, de alguna manera iba a terminar por saberlo... Y eras tú quien estabas decidida a alejarlo.

— Lo sé, lo sé - me queje - pero aún así.

— El problema ahora es encontrar con quién más quitarte las ganas - soltó una risa -

Solté una risa y negué varias veces.

— No creo que quieras venir todos los días para acá ¿O si? - alce una ceja -